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Una editorial con ADN venezolano

Su editorial, Kálathos Ediciones, es la primera venezolana en participar en la Feria del Libro de Madrid

  • MARITZA JIMÉNEZ

02/06/2019 01:00 am

"Médico editólogo", llaman a David Alejandro Malavé Bongiorni en España, donde hace tres años llevó a formato editorial su librería Kálathos, y hoy se ha convertido en la primera "con ADN venezolano" en participar en la Feria del Libro de Madrid, la más importante cita literaria de esa capital.

"En tres años, hemos publicado 21 títulos de autores venezolanos, el número requerido para poder asistir a la feria, aunque todavía a través de la distribuidora, Distriforma, pues para tener caseta propia debemos llegar a los cuarenta".

Nueve poemarios, nueve novelas y relatos, y polémicos títulos de política, conforman la lista de esta editorial que surgió para divulgar a nuestros escritores, tanto los que viven en España, como los que permanecen en Venezuela.

Nombres de diversas generaciones, desde Juan Liscano, Ida Gramcko o David Alizo, pasando por Santos López, Patricia Guzmán, Raquel Abend, Laura Cracco, María Sol Pérez Schael, David Alizo, Ben Ami Fihman, Inés Muñoz Aguirre, Gisela Kozak, Fernando Gerbasi o Carol Prunhuber entre otros, integran hasta ahora esa nómina que pronto aspira alcanzar las cuatro decenas.

Y de seguro lo hará en tiempo breve, pues, nacido bajo el signo Tauro, con ascendente Sagitario y Acuario en la casa nueve, Malavé Bongiorni es aventurero, entusiasta y de una constancia a toda prueba.

-Imagínate, ponerme a publicar en un país famoso por sus editoriales. Cuando llegué aquí, y hablaba de mis planes, me decían que estaba loco, y hasta que si volvía a Venezuela habría que medicarme. Y yo tengo muchísimos defectos, pero soy perseverante y paciente, y poco a poco estamos convenciendo a los españoles de que vale la pena editar venezolanos y latinoamericanos, y que la calidad de los libros que hacemos en España es excelente.

"De entrada, no estamos interesados", nos decían al principio cuando tocábamos la puerta de las distribuidoras. Ahora, ayer me llamó el gerente general de Distriforma, y me dijo: "David, los venezolanos tienen tanto empuje y entusiasmo, que si bien el país homenajeado es República Dominicana, la feria pareciera dedicada a Venezuela".

Entre el psicoanálisis y la literatura

El fundador de la librería Kálathos y, más tarde, editorial del mismo nombre en España, procede de una familia de galenos, y optó por esa carrera, especializándose en Psiquiatría y más tarde en Psicoanálisis. Pero la lectura lo atrajo desde niño, y pronto se apasionó tanto por el mundo literario que le dio por participar en cursos y talleres de poesía, hasta que un día hizo realidad su sueño de tener una librería.

-¿Por qué no estudió literatura?
-En mi casa todos eran médicos y estudiar medicina era como el camino natural. Y no me fue mal como psicoanalista, pero siempre estaba el gusto por la literatura. Además, el psicoanálisis marida muy bien con la literatura. Al fin y al cabo ambos son relatos de lo humano. Luego conocí a gente como Elizabeth Schön, Ida Gramcko, Oswaldo Trejo, Alfredo Silva Estrada, quienes asesoraron mis lecturas. Y yo era el médico de todos esos portentos.

Asistió a talleres con Edda Armas y Belkys Arredondo, entre otros, y cursos en el Iter, con María Fernanda y Rafael Cadenas. Sin embargo, nunca escribió poesía, dice. Apenas un libro de crónicas de humor perdido en su computadora robada. "Algún día tendré que rehacerlos", afirma.

De librería a editorial

Mientras estudiaba medicina, en medio de la dificultad de la materia, comentaba a sus amigos: "Debe haber otra cosa que yo pueda hacer", dándole vueltas ya a la idea de una librería con un café.

-Al principio tuvimos una pequeñita, con Rómulo Castellanos, en El Peñón. Se llamaba Las Musas. Allí hicimos muchas cosas, hasta teatro. Luego le ofrecieron a mi esposa, Artemis Nader Laltuff, el local en Los Galpones, y decidimos cambiarnos para hacer el café y la terraza.

Es así como nace Kálathos, en 2008. "En un momento dado en que los poetas hacían muchos recitales y eso llevaba clientes a la librería, decidimos publicar unos libros allá, y llegamos a sacar unos 15 títulos".

Pero en 2015 la inseguridad del país los obliga a buscar refugio en el viejo continente, donde la librería daría paso a Kálathos Ediciones, una editorial que nace en suelo hispano, "pero con ADN y alma venezolanos".

"Nos vinimos a vivir a España porque yo tenía ciudadanía italiana. Y al tiempo se me ocurrió que debíamos hacer una editorial para promover y dar a conocer los talentos venezolanos. Disparatada y descabellada idea en un país donde sobran los libros, pero la hicimos", afirma enfático.

Venezolanos en suelo español

Así, David Alejandro Malavé da cumplimiento a lo que siempre fue una carencia en las políticas culturales del país: la divulgación de nuestras letras en otras latitudes.

Es un trabajo, fuerza es reconocerlo, que empezaron nuestros propios escritores sin ningún respaldo oficial, sobre todo en España, desde donde autores como Juan Carlos Chirinos, Juan Carlos Méndez Guédez, Lena Yau o Rodrigo Blanco Calderón, premiado ayer en la Bienal Vargas Llosa, entre tantos otros, labran el respeto internacional a nuestras letras con una escritura que, "si bien empieza a dar cuenta de la conflictividad de estos últimos veinte años, no es puramente política, es muy creativa e intimista".

Malavé considera que, a pesar de su dureza, la diáspora ha venido a contribuir a dar a conocer al mundo nuestras potencialidades.

-Siempre pensé que la situación del país iba a empeorar, no solo política, sino económicamente, y que había que asegurarse la posibilidad de editar afuera. Y cada vez se convencen más los compatriotas de que debemos seguir este camino.

Destaca que editoriales y sellos españoles de mucha trayectoria y prestigio han estado publicando venezolanos, y menciona al premio Reina Sofía Rafael Cadenas, a Yolanda Pantin, Igor Barreto, Alejandro Oliveros, Alberto Barrera Tyzka, Juan Carlos Chirinos, y, recientemente, Karina Sainz Borgo, cuyos derechos fueron adquiridos en la Feria Internacional de Frankfurt, entre muchos otros. "Pero no había habido hasta ahora aquí una editorial con ADN venezolano", afirma.

-Poco a poco estamos logrando cosas, pero hay que ser muy pacientes. No digo que ya estemos listos, esto se llevará unos cuantos años todavía, pero ya empieza un camino para irnos metiendo. 

"Y hemos aprendido mucho de los españoles sobre cómo hacer los libros y comercializarlos. Es un conocimiento que va a ayudarnos mucho cuando nuestro país se recupere", finaliza optimista.    
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