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Mayra Martí: "Regreso al canto con más certeza de lo que quiero"

La cantante, quien fue jueza y docente universitario, regresa a los escenarios con "Música para el amor y el recuerdo"

  • AQUILINO JOSÉ MATA

26/05/2019 01:00 am

En plena cresta de la ola, en cuanto a éxito y popularidad, estaba Mayra Martí cuando decidió retirarse. La cantante, que arrasaba en cuanto festival de canciones se le presentaba, cautivando a todos con su poderoso registro vocal y su notable fuerza interpretativa, había decidido dedicarse a sus estudios de Derecho, que terminaría para luego marcharse a Londres a hacer un postgrado. Para recordarla quedaría su apreciable discografía, repleta de éxitos que se escucharon en toda Venezuela, algunos de los cuales, como Elevación o Mar de la virgen bonita, se situaron como emblemas por excelencia de nuestra música.

A su regreso de la capital británica emprendió una dilatada carrera en el Poder Judicial, en donde llegó a ser juez de adolescentes, trabajo que compartía con su actividad docente en la Universidad Central de Venezuela. De vez en cuando, y siempre que se lo permitiera el absorbente tiempo que le dedicaba a ambos trabajos, hacía apariciones esporádicas como cantante. Pero ahora ha decidido volver. Y lo hará el próximo domingo 2 de junio, en el Centro Cultural BOD, en un concierto que ha titulado Música para el amor y el recuerdo. Varias son las razones que ha tenido para hacerlo:

—Fui juez hasta 2016, cuando decidí tomar una jubilación especial que hizo el Poder Judicial. Y lo hice porque ya habían comenzado a presionar en la justicia penal de adolescentes, que era donde trabajaba, por las guarimbas y las OLP, que se llevaran a todo el mundo, ante lo cual me negué. Ya me habían puesto la vista y por eso me acogí a la jubilación luego de 18 años activa en el Poder Judicial. En la Universidad Central de Venezuela voy para 21 años y actualmente estoy en año sabático. Allí soy docente investigadora en la Facultad de Derecho. La universidad no me quita mayor tiempo y por ello decidí volver a la canción, pues se me incentivó el deseo de hacerlo. 

—¿Cómo fue eso? 
—Hace seis años alguien me comentó que si no había visto un blog sobre mí en Facebook. Yo no sabía qué era un blog. Todo el mundo escribía cosas bellas de mí. Mis alumnos de la UCV me las traían impresas. Hace cuatro años, cuando hice un concierto en el Teresa Carreño con la Orquesta Típica Nacional, se me acercó Carlos Aguilar, a quien no conocía, y se identificó como el autor del blog. Me dijo que era mi admirador desde muchacho. Ese cariño de la gente fue lo que me impulsó a volver. El año pasado estuve presentándome en Miami y la producción del evento me abrió una cuenta en Instagram (@mayramarti_elevacion) y tuvo mucha respuesta. Entonces me dije que si mi voz, a pesar de los años, se mantenía, la forma de agradecerlo era volver a cantar. Comencé a planificar este regreso, aunque nunca me fui definitivamente, lo que ocurre es que, como era juez, no podía compatibilizar las dos cosas, lo cual sí puedo llevar a cabo ahora con mi retiro del Poder Judicial. 

—¿Qué expectativa tiene, tomando en cuenta la Venezuela que vivimos? 
—Estoy consciente de que la situación en la Venezuela de hoy no es la misma. No hay plazas para los cantantes, solamente Venevisión, pero en otro nivel. Tomo en cuenta esa situación, aunque hay otras oportunidades que se te abren. Hice varias presentaciones en Miami, la más importante de ellas en el Teatro Trail, con numeroso público venezolano. Es una de las cosas que hay que agradecerle a la diáspora: que abrió un mercado para los artistas de aquí en el mundo entero. El del Centro Cultural BOD será mi primer concierto en Caracas después de volver, porque cuando hice los de Miami todavía no tenía el convencimiento pleno de regresar. 

—¿Proyectos para esta nueva etapa? 
—Mi retiro de la música no ha impedido que siga haciendo cosas. Tengo canciones mías; son baladas al estilo de Pérez Botija y Juan Carlos Calderón (destacados compositores españoles) e hice con la Orquesta Típica Nacional un repertorio de la música venezolana más hermosa que se ha escrito en este país, que creo gustará mucho a la gente. Grabamos un disco que tuvo una edición privada, pero comercialmente no lo hemos hecho todavía, Esperamos hacerlo. No quiero abundar mucho sobre esos temas, algunos de los cuales interpretaré en el espectáculo del BOD, pues quiero que sean una sorpresa. Solo te diré que entre ellos está Viajera del río

—¿Interpretará también sus éxitos? 
—Después de esa primera parte de música venezolana, la segunda será más internacional, con varios de mis éxitos, como Elevación, así como algunas novedades. Tendré también un invitado sorpresa. Con mi banda de ocho músicos estoy dispuesta a complacer al público. Sí me piden alguna canción, así no la tenga montada, la cantaré. 

—¿Qué rivales de peso tuvo cuando arrasaba en los festivales? 
—Nunca sentí rivalidad con mis compañeras. Siempre he creído que cada artista es único y tiene su estilo, Esas comparaciones no me gustan. Hay público para todos los artistas. Mirla tiene el suyo, así como también lo tienen Mirla, Lila y las demás.  

—¿Dejaron huella esos festivales? 
—La de los festivales fue la época más hermosa que ha tenido el país en los últimos 50 años. Los de la Voz de Oro y Diamante, el Festival Venezolano de la Canción (resultó ganadora en los tres), con esos eventos la música venezolana se vestía de gala con arreglos sinfónicos. Recuerdo que para el Festival Venezolano de la Canción, que patrocinaba la Fundación del Niño y transmitía Radio Caracas Televisión, el canal importó trajes de Francia para los competidores, lo que da una idea de la importancia que le daban. Yo gané con uno de esos atuendos. 

—¿Cree que la música venezolana tiene el apoyo que se merece? 
—Eso se perdió hace 20 años. La cultura en Venezuela se encasilló, se le puso un cerco, no fue universal, sino local. La concepción de Estado de los nuevos gobernantes se iba hacia ese lado, enaltecieron solo la música llanera y no el resto de nuestra riqueza rítmica, que tiene un rango de acción mucho más amplio. Esto se puede retomar en los nuevos tiempos por venir, porque tenemos músicos y cantantes muy talentosos. 

—¿Cree entonces que en Venezuela habrá un cambio?
—Siempre he tenido la esperanza de que la gente iba a abrir los ojos, que terminaría por pensar diferente y que cambiaríamos, que no seguiríamos igual por mucho tiempo más. El venezolano ama la libertad y cuando se la restringe el pueblo se da cuenta y se rebela. Eso es lo que está pasando ahora. Pienso que ese cambio propiciará mejores condiciones, porque hay un despertar del ser humano. Lo que hemos vivido es como una guerra sin armas y la gente que sufre una guerra es la que al final ama sus raíces y las atesora, pues uno no sabe lo que tiene hasta que lo pierde. Ahora habrá un renacer. Recuperaremos el tiempo perdido. 

—¿Cómo llega la canción Elevación a su repertorio?
—En 1968 había ganado el Festival Venezolano de la Canción con Tu lejanía y en el cuarto lugar figuró Raúl Naranjo con Elevación, compuesta por Josefa Victoria Almenar de Arreaza, con letra del poeta Manuel Osorio Calatrava. Los Arreaza eran los dueños de una emisora en Puerto La Cruz y llamaron de esa radio a mi papá para que yo montara la voz sobre la pista musical de Raúl Naranjo, que tenía un arreglo sinfónico precioso. Allí monté la voz y empezaron a radiarla y la gente a pedirla, hasta que se convirtió en un éxito, que llegó también a Caracas y Velvet (su sello discográfico) le hizo un nuevo arreglo, más moderno, estilo balada, pero la gente prefirió el anterior, que era más propicio con el espíritu de la canción. 

—¿Cuáles han sido sus mejores momentos en lo artístico? 
—Los mejores momentos como cantante los viví en los festivales donde participé, que fueron fundamentales en mi vida. Pero más importante fue el primero, en el que quedé en segundo lugar con Nostalgia llanera, de Ángel Briceño, porque allí fue donde se dio a conocer Mayra Martí en toda Venezuela. Tenía 15 o 16 años. La gente comenzó a interesarse en mí. La prensa se ocupó de ese segundo lugar más que de la canción ganadora, que interpretó Héctor Cabrera. Vale decir que ninguno de los participantes del festival quiso cantar Nostalgia llanera, hasta que el director musical, el maestro Ulises Acosta, dijo que se la dieran “a la muchachita nueva” y así fue como me la asignaron. Yo misma no imaginaba que podía tener esa resonancia. Es que la televisión era como un juego para mí, no pensaba en ser estrella ni tener éxito. Era como cuando cantaba dentro de mi casa en Puerto La Cruz haciendo los oficios. 

—¿Y qué ocurrió después? 
Después de eso, Luis Cruz, director de Los Naipes (donde se habían iniciado Mirla y Mirtha) invitó a mi papa para pedirle que yo perteneciera a su grupo. Mi papá lo consultó con gente del medio y le dijeron que no me convenía, porque ya me había iniciado como solista, Por eso dijo que no. Al año siguiente, cuando gané el festival con Tu lejanía, José Pagés, dueño de Velvet, me grabó mi primer disco. Estaba de novia con el locutor y radiodifusor José Luis Seijas Núñez y cuando mi papá se enteró dijo que yo no podía estar sola en Caracas con un novio, pues él vivía en Puerto La Cruz, y me pidió que me casara. Por eso lo hice, muy jovencita, estudiaba segundo año de bachillerato. Años después, y por tercera vez, gané el último Festival Venezolano de la Canción, celebrado en Maracay. Recuerdo que al empezar al cantar el micrófono se cayó, yo lo recogí como si nada, seguí cantando y el público se volvió loco. Mirla quedó de segunda. 

—¿Quién escogía sus canciones? 
—Los productores de Velvet siempre escogían mis canciones, aunque las más comerciales, las “rockoleras”, me las seleccionaba Seijas Núñez. Él me decía que yo vendia discos porque le gustaba tanto a los hombres como a las mujeres, porque ellas no me miraban como una rival, que había algo que hacía que les agradara. Imagino que por mi estilo, la sobriedad al vestirme, lo “modosita” que era… 

—¿Un álbum que le traiga buenos recuerdos? 
—El disco de Clásicos Dominicales. Lo grabé cuando regresé de Inglaterra, luego de hacer mi postgrado. Lo ideó el periodista Lorenzo Batallán, productor del programa, con las canciones venezolanas que canté allí acompañada solamente de dos guitarras. Fui la primera intérprete popular en ser invitada a ese espacio y tuvo tanto éxito que inmediatamente salió la idea de hacer el disco, que se sigue vendiendo. Lo he visto pirateado entre los “quemaditos” de los vendedores ambulantes del centro y de la autopista. Ellos, cuando me ven, me dicen que se vende muchísimo. 

—¿Lleva la cuenta de los discos que ha grabado? 
—Realmente no sé cuántos disco hice, pues hay muchas compilaciones, pero de los que llevo la cuenta fueron alrededor de 27 elepés y 7 CDs. 

—¿Y sus canciones más vendidas? 
—Las que más vendí fueron Sentimiento, Con razón o sin razón, Mar de la virgen bonita, El tren se va, Piel con piel y las de los festivales. Y, por supuesto, Elevación, que ha sido una de las de mayor demanda en mi carrera. 

—¿Qué cantantes le han servido de inspiración? 
—En mi niñez la primera cantante que mereció mi admiración fue Rocío Dúrcal en Amor en el aire. Cuando vi esa película quedé enamorada de su voz. Hoy la oigo y me entristece que no esté. Luego, ya más grandecita, admiré a Barbra Streisand. De los hombres me encantan Luis Miguel y Frank Sinatra. 

—¿Qué espera en este regreso artístico? 
—Que Dios me dé mucha salud, que me permita mantener mi voz en los niveles que se requieren para satisfacer al público y que la gente me siga con su cariño. También grabar un disco y que sea exitoso. Eso es lo que espero. Agradezco la vida que he tenido, sobre todo el momento en que dejé de lado el éxito y la fama para prepararme profesionalmente. Muchos artistas deben verse en ese espejo. Me he dado el lujo de retirarme y volver, pero es una vuelta con mucha más preparación, más segura, con más experiencia, con mucho más certeza de lo que quiero y hacia dónde voy. 



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