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Holanda gana Eurovisión con una balada de Duncan Laurence

"Arcade" se impuso gracias al voto del público, en una noche llena de tensiones y polémicas políticas

  • AFP

19/05/2019 01:35 pm

Tel Aviv.- Holanda granó este domingo el Festival de Eurovisión con la balada Arcade, interpretada por Duncan Laurence, en una edición que no estuvo libre de política, incluso durante la actuación de Madonna, invitada a la gala final. 

El candidato holandés, de 25 años y que se perfilaba como favorito según las apuestas, quedó por delante de los representantes de Italia y de Rusia y proporcionó a su país una primera victoria en 44 años con una balada inspirada en la desaparición de un ser querido. 

"Mi sueño se hizo realidad", dijo Duncan Laurence ante la prensa. 

"¡Estupendo!", reaccionó el primer ministro holandés, Mark Rutte. "Menuda actuación de Laurence, que logró mantener su posición de favorito con una presentación sublime y poderosa". 

Duncan de Moor, su nombre verdadero, era relativamente poco conocido en Holanda antes de ser elegido para representar al país en Eurovisión. El cantante, que en 2016 se declaró abiertamente bisexual, explicó que su amor por la música le proporcionó un refugio durante su infancia, en la que sentía como un "mini Harry Potter". 

"Creo que lo más importante es ser fiel a cómo eres [...] a lo que amas, aunque tengas una sexualidad diferente", dijo a los periodistas tras el espectáculo. 

El tema de Duncan Laurence, que quedó en tercera posición después de la votación del jurado de profesionales, subió a lo alto de la lista gracias a los votos de los telespectadores. 

El representante de España, Miki, quedó en 22º posición y cerrando la lista de 26 participantes se situó Reino Unido. 

La edición de 2019 de Eurovisión cumplió con las expectativas de efusión de brillo y extravagancia. La final del festival, declarado abiertamente apolítico, estuvo precedida por llamados al boicot de parte de los activistas propalestinos y no estuvo libre de controversia. 

Banderas



Varios medios locales destacaron la imagen de dos de los bailarines de Madonna, la gran estrella invitada del evento, que portaban las banderas israelí y palestina en sus espaldas durante la actuación de la reina del pop, un aparente llamado a la unidad. 

Por su parte, los integrantes del grupo Hatari, representantes de Islandia, mostraron banderolas con los colores palestinos durante el anuncio de los resultados, motivando silbidos entre el público. 

La Unión Europea de Radiodifusión, organizadora del evento, reaccionó en un comunicado señalando que la referencia política realizada por los bailarines de Madonna no aparecía en los ensayos aprobados por el organismo. 

Eurovisión "es un evento apolítico y Madonna había sido informada de ello", remarcó. Respecto a Hatari, sus actos "infringen" las reglas del concurso y la dirección del mismo "debatirá las consecuencias". 

El anuncio de su participación había motivado una protesta del movimiento Boicot, Desinversión y Sanciones (BDS), que lleva años instando a inversores y artistas a evitar Israel debido a la ocupación de los territorios palestinos, y que pidió el boicot del Festival de Eurovisión de este año. 

Pero Madonna, asidua de Israel, donde ha dado varios conciertos, y adepta de la cábala, mística judía secreta y reservada para los iniciados, rechazó los llamados al boicot . 

"No subestimemos jamás el poder de la música para unir a la gente", dijo la reina del pop antes de comenzar su actuación. 

Madonna interpretó junto al artista hip hop Quavo su nuevo single, Future, que forma parte de su próximo álbum de estudio, Madame X

Su interpretación del nuevo tema y de la archifamosa Like a prayer, que cumple 30 años, fueron criticados en redes sociales. 

Previamente, la ganadora de la edición 2018, la israelí Netta Barzilai, inició con su actuación la gala en la que participaron los representantes de 26 países. 

Decenas de millones de personas de todo el mundo siguieron la que se autoproclama como la mayor competición musical del mundo. 

Profanación

Conocida por su animada vida nocturna, Tel Aviv, parecía una localización perfecta para acoger esta cumbre de la extravagancia musical y televisiva. 

La capital económica y cultural de Israel se enorgullece de ser una ciudad moderna, cosmopolita, acogedora y un refugio para el colectivo LGTB (fiel seguidor de Eurovisión). Pero tras la victoria de Netta Barzilai en 2018, la opción de Tel Aviv no se impuso automáticamente. 

Varias personalidades políticas, como la ministra de Cultura, la conservadora Miri Regev, preferían Jerusalén por motivos políticos. Por otro lado, eminentes rabinos ultraortodoxos israelíes pidieron rezar para denunciar la "profanación" que, según ellos, supone la celebración del concurso durante el "sabbat", el día sagrado de descanso semanal judío. 

Y entretanto, los palestinos habían previsto un evento alternativo simultáneo bautizado "Globalvision", con actos previstos en Londres, Dublín, Ramalá (en la Cisjordania ocupada) y en Haifa.  
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