La migración puede tener rostros terribles. Como el de La Bestia, el Tren de la Muerte, red de carros entre la frontera sur y norte de México, a cuyos lomos suben cada día miles de guatemaltecos, mexicanos, hondureños, cruzando 1.450 millas de sordidez, peligros y muerte para cumplir su “sueño americano”.
Se trata de un modo de viajar extremadamente peligroso, a través de un territorio donde viven los deportados que no quieren regresar a sus hogares, y cualquier cosa puede pasar, desde muertes y mutilaciones por caída de los trenes, hasta desapariciones, secuestro o asesinato.
“Allí, seis de cada 10 mujeres son secuestradas, violadas o asesinadas. Es un viaje muy rudo, movido por el anhelo de una vida mejor”, afirma Roy Williams, autor de La Bestia, un unipersonal sobre este tema con el que el joven actor, dramaturgo y cineasta venezolano sorprendió en el 6° Festival de Teatro de Panamá, tanto por el texto, como por su novedosa propuesta escénica.
“Se trata –explica- de una historia ficcionada, que no habla de un solo país, sino que generaliza a todas esas personas desplazadas en el mundo, y las dificultades que hemos tenido que vivir en el rumbo hacia otros países”.
En esta obra, escrita, actuada y codirigida por él, Roy Williams asume diversos personajes para dar vida al tránsito de Ikaika, un hombre que en ese medio busca proteger a su hija Aroha del peligro, aunque en realidad son los recuerdos de cómo la perdió lo que el espectador está viviendo, en un final abierto, donde no se sabe al final qué pasó con ella.
Una carpa de 12 metros que va adaptándose al relato, y una marioneta de tamaño natural, son los dos elementos escénicos mediante los cuales la pieza recrea ese ambiente.
La obra fue presentada en el teatro Anita Villalaz, uno de los más importantes de Panamá, donde el público participó con el equipo de la obra en un conversatorio que se extendió por 45 minutos.
“Fue un privilegio poder estar en esta sala para presentar una propuesta diferente, donde un solo actor intercambia muchos roles para mostrar una visión, una temática y un punto de vista a una cultura que hasta ahora no se ha visto en la necesidad de migrar forzadamente a otro país”, afirma este realizador de 24 años sobre la experiencia vivida en el evento panameño.
La pasión de Roy Williams por el cine y el teatro se remonta a su infancia. Comenzó en las tablas a los cinco años con el grupo teatral Ensemble, con el que recibió dos premios de Teatro Infantil Nacional (2003 y 2006). Más tarde obtuvo su bachillerato en Artes, mención Teatro, en la Unidad Educativa del Conac.
En 2016 egresó de la Universidad de las Artes como licenciado en Dirección de Cine, y un año más tarde recibió el título de Comunicador Social en la Universidad Católica Santa Rosa. Actualmente continúa estudios de Cinematografía en la Escuela de Artes de la Universidad Central de Venezuela.
Paralelamente, recibió formación en actuación en el Laboratorio Teatral Anna Julia Rojas, Taller de Formación Actoral del grupo Rajatabla y Taller Experimental de Teatro, grupos con los que ha participado en más de doce montajes teatrales.
Como director de cine debutó en 2018 con La edad del cielo, su primer corto cinematográfico, que mereció la mención Dirección de Arte en el Festival de Cine de Baruta. En 2018 presentó su ópera prima teatral, Spleen, un novedoso montaje casi cinematográfico sobre la crisis existencial de la juventud contemporánea.
La Bestia contó con la actuación, dirección y diseño escenográfico de Roy Williams; Angélica Burgos en la codirección e iluminación; Carlos Fabián Medina e Indira Monzón Veitía, en el diseño y realización de vestuario; asistencia de escena y logística de Joshua Wong y David Pousada y María Cedeño, en la realización de la marioneta.
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