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Falleció el investigador y curador de arte Luis Ángel Duque

El también escritor y guionista murió en la isla de Margarita. Fue director del Museo de Arte Contemporáneo de Caracas. Tenía 66 años

  • JUAN ANTONIO GONZÁLEZ

01/03/2019 05:18 pm

Luis Ángel Duque siempre fue un hombre vital, tanto que si no estaba organizando apasionado alguna edición del Salón Pirelli, que en los años noventa ayudó a impulsar las carreras de jóvenes artistas venezolanos, estaba enfrascado en la escritura de un libro o en el desarrollo de un guion.

Ayer, en un hospital de Macanao, en la isla de Margarita, donde vivía, este incansable investigador de las artes, curador, cineasta y escritor, falleció a los 66 años. Segun comenta Alfredo Ramírez, cercano amigo de Duque, en la madrugada del pasado 27 de febrero, el curador sufrió un paro cardíaco, del que logró recuperarse, pero durante el día 28 sufrió un ictus en el cerebelo y un infarto. "Se logro mantener consciente y lúcido hasta que ocurrió otro paro cardíaco. Murió con máxima serenidad", explica.

Imbuido en ese espíritu de contemporaneidad que, quizás, comenzó a germinar en él por su cercanía con la fundadora del Museo de Arte Contemporáneo de Caracas. Sofía Ímber, Duque no se conformó con innovar a la hora de concebir la museografía de una exposición, sino que dejó documentos invaluables para el análisis del devenir histórico de las artes plásticas en el país. De ello da fe el amplio artículo que escribió para la Fundación Mercantil en 1990, La década prodigiosa, en la que se adentró en las claves fundamentales de las artes visuales en el país en los años 80.

Hablar con Luis Ángel Duque era como someterse al vértigo de sus muchos conocimientos, que entrelazaba de manera tan natural como la profunda visión con la que ejercía su oficio.

En un perfil escrito por María Virginia Parra para la revista Tendencia, el crítico e investigador aseguraba: “Este es un ejemplo de cómo escribo desde niño: con pluma fuente y en papel rayado… Sé escribir a máquina pero prefiero hacerlo así y nunca usaré los computadores”.

Una de sus primeras pasiones fue el cine, pues su padre instaló en su casa una modesta sala de proyecciones. De allí surgió la necesidad de formarse académicamente en el arte de las imágenes en movimiento, se inscribió en la London Film School, pero abandonó pronto los estudios al casarse y mudarse a Bogotá, donde hizo estudios de Letras y Filosofía en la Pontificia Universidad Javeriana, que tampoco terminó para dedicarse a la carrera diplomática.

Duque tenía alma de aventurero. De joven soñaba con viajar por el río Orinoco, sueño que materializó y que también lo llevó a participar en la película de Diego Rísquez, Orinoko Nuevo Mundo.

La muerte, siempre inoportuna para quienes no terminamos de aceptarla, se llevó a un hombre que en la vitalidad de su existencia hizo todo lo que deseaba. “Sé que he obtenido o conocido todo lo que ansié en mis primeros años. He sido un hombre de acción y rompí un canon: mi temor a los doce años de ser un sedentario profesor de literatura”, afirmó en Tendencia.
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