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MEJOR PELÍCULA

Óscar 2019: Entre la corte inglesa y una colonia mexicana

En las ocho obras que compiten por la categoría estrella de los premios de la Academia hay de todo: desde un amargo retrato del poder monárquico hasta un cuento memorioso

  • JUAN ANTONIO GONZÁLEZ

23/02/2019 01:00 am

La querían variada, y los 6.000 miembros de la Academia de Ciencias y Artes Cinematográficas de Estados Unidos complacieron peticiones. El octeto de filmes que aspira a llevarse mañana el Óscar a Mejor Película satisface todos los gustos, es incluyente y está blindado contra cualquier movimiento de defienda, aunque sea por la temporada de premiaciones, los derechos de los estratos sociales más desfavorecidos o ignorados.

Una ácida comedia sobre el poder y la seducción. Los recuerdos de la infancia en una sociedad donde las mujeres son maltratadas. Una amable fábula sobre dos opuestos que se hacen amigos. Una infaltable historia de amor con desenlace trágico. El retrato autocensurado sobre una estrella de rock desbordada. Otra lectura del racismo en Estados Unidos. Una cinta de superhéroes negros que le tuercen el brazo a la supremacía blanca. Y el retrato de un político que llegó a ser más poderoso que el presidente para el que trabajaba. Este es el resumen del anecdotario cinematográfico que la comunidad hollywoodense decidió encumbrar este año.

Todos en la Meca del Cine han quedado satisfechos. Hay historias de mujeres, de negros, de políticos, de seres sacados de historietas, de perdedores y hasta de iconos de la cultura pop. Pero, la verdad sea dicha, muy pocas de estas cintas privilegiadas son lo suficientemente buenas como para quedar tatuadas en el imaginario colectivo, en una audiencia que sigue emigrando hacia la televisión por su audacia para tratar temas que a la industria fílmica de Estados Unidos parecen causarle caspa, intimidar o no interesar.

He aquí un repaso por las aspirantes a la estatuilla a Mejor Película, ordenadas de manera que la primera sea la que, a mi juicio, debería ganar y la última, la que nada tiene que buscar.

The Favourite
Aunque es la película más comercial –o digerible– del director de Canino, La langosta y El sacrificio de un ciervo sagrado, el críptico griego Yorgos Lanthimos, The Favourite es como un apetecible dulce que al morderlo le inunda a uno la boca de vinagre. Y no puede ser de otra forma, pues de lo que se trata aquí es de rasgarles las vestiduras morales a tres mujeres vinculadas directa e indirectamente al poder: la reina Ana Estuardo y sus dos amantes, la primera, una aristócrata que manda desde las sombras y la segunda, una joven sin casta dispuesta a escalar posiciones a costa de lo que sea. La puesta en escena de Lanthimos, repleta de tomas con ojo de pez, diálogos vulgares y personajes intrigantes, no deja nada en pie, mucho menos a las monarquías. Divertida, subyugante, brillantemente actuada y con una exquisita dirección de arte cuya belleza contrasta con la vileza de sus protagonistas son las cualidades de esta obra cuyo sabor agrio, avinagrado, se percibe al final como el néctar del mejor cine contemporáneo.



Roma
Es la segura ganadora del Óscar, no solo por ser la más favorecida de la temporada, sino por sus valores artísticos, que van desde una hermosa fotografía platinada hasta una historia personal convertida en universal, pasando por un encuadre que lograr que el espectador se sienta testigo de las circunstancias que rodean a sus protagonistas: dos mujeres víctimas de una sociedad que las desprecia y las abandona. El director mexicano Alfonso Cuarón le ha abierto las puertas de la industria a una obra de riesgos, bien sea por su luminoso blanco y negro y por el cúmulo de detalles que hacen imposible dejar de hablar de ella mucho tiempo después de haberla visto. Aunque Roma no es Amarcord, su carácter memorioso, nostálgico, íntimo, despierta las mismas sensaciones que la admirada película de Federico Fellini.



Green Book
Otra deliciosa golosina visual que, para desagrado de los sociólogos, recrea de manera demasiado indulgente los tiempos más oscuros del racismo en Estados Unidos. Eso sí, es un buen paso para su director Peter Farrelly, quien parece dispuesto a sacarse de encima la etiqueta de autor de comedias desternillantes. El mayor aporte de este filme no es otro que la perfecta química que logran establecer sus protagonistas: el visceral Viggo Mortensen y el cerebral Mahershala Ali, como los dos hombres de valores –y color de piel– opuestos que por fuerza de una convivencia temporal terminan siendo grandes amigos.



BlacKkKlansman
No es la mejor película de Spike Lee, así que podría pensarse que en su inclusión entre las candidatas al Óscar a Mejor Película operó más la búsqueda de un equilibrio entre directores blancos y negros que el peso artístico de la obra. Como quiera que sea se rescata de esta cinta esa especie de callado homenaje que el realizador de Do the right thing le hace al género del Blaxploitation, que en los años setenta llevó a altos niveles de aceptación todo lo relacionado con la cultura afroamericana.



Vice
Es la cuota de compromiso político que la Academia siempre se reserva, pese a que evite salpicarse haciendo críticas al establishment estadounidense. Christian Bale se mimetiza como el ex vicepresidente Dick Cheney, al servicio de la administración de George W. Bush y en tiempos del atentado contra las torres del World Trade Center. Desdichadamente, su director Adam McKay erra cuando intenta copiar las formas narrativas y el ritmo de Todos los hombres del presidente sin llegar a establecer, por lo menos en el presente, las consecuencias de haber tenido entre los hombres más poderosos de Estados Unidos a un personaje con los vínculos empresariales de Cheney.



Rapsodia Bohemia
Un biopic más. Una película demasiado correcta para retratar la vida de un artista que fue la mata de la incorrección. La prejuiciada historia de un rockero homosexual. El director Brian Singer, por cierto, acusado de acoso sexual por algunos de los actores con los que ha trabajado, asume un proyecto por encargo en cuya producción se nota que había mucha “letra pequeña” que acatar. El resultado hace que la obra se resienta por su superficialidad y su incapacidad para llegar al tuétano del personaje que la motiva. Lo mejor de esta película es Rami Malek, el actor que encarna a Freddie Mercury.



Nace una estrella
Por más golpeada que tenga su autoestima, a Bradley Cooper no se le puede considerar aun como un director con criterios artísticos sólidos. Por lo pronto que se conforme con ser el buen actor que es. La nominación al Óscar de Nace una estrella es la confirmación de que la Academia está para ensalzar la industria que la sustenta, no para reconocer el arte cinematográfico. Después de tres remakes hay muy poco de novedoso en esta propuesta, a excepción de la participación de una Lady Gaga extraviada entre la música y la actuación y de la revelación del propio Cooper como cantante. Que gane la estatuilla a la Mejor Canción Original (Shallow) y todos regresen a lo que saben hacer.



Pantera negra
Si los miembros de la Academia querían mostrar al mundo su amplitud de criterios, pues lo lograron con esta nominación que, por primera vez, ubica a una película de fantasía y superhéroes entre lo mejor de la producción cinematográfica de 2018. Definitivamente se trata de devolverle a la factoría Marvel los millones de dólares que ésta le ha reportado a la industria. Nada más que decir, con el perdón de los fanáticos de los cómics y de este tipo de películas que deberían ser consideradas solo para los MTV Movie Awards.



@juanchi62
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