Dicen que para todo loco existe una loca, y entre gustos y colores, hay parejas que se convierten en auténticos dúos dinámicos. En Riñón de cerdo para el desconsuelo, se explora qué tanto puede tolerar una mujer el lento descenso a la locura de su compañero, y hasta qué punto de complicidad se es capaz de llegar por amor.
La obra, dirigida por Camila Rodríguez, se estrenó este viernes como parte del 5to Festival de Jóvenes Directores que se desarrolla en el Espacio Plural del Trasnocho Cultural.
La historia, original de Alejando Ricaño, transcurre en París los meses previos al estallido de la Segunda Guerra Mundial, y está narrada por Marie, interpretada por Valentina Garrido, quien hace un papel hilarante como la atolondrada novia de Gustave, un escritor fracasado encarnado por Daniel Rodríguez, y que lleva su desprecio hacia el escritor Samuel Beckett a límites obsesivos cuando se entera de que "ese irlandés despreciable", se encuentra escribiendo una obra de teatro: Su reconocida Esperando a Godot.
Foto: Nicola Rocco
En este punto, se crea un inusual triángulo de amor-odio, pues aunque nunca se sabe si Samuel conoce la existencia de Gustave, éste lo vigila y mueve los hilos desde las sombras para lograr que Esperando a Godot sea terminado, corrigiendo y reescribiéndola cada vez que el autor abandona su apartamento, haciendo de ella su propia creación, como si Samuel solo fuera el instrumento de la fama que él jamás alcanzará.
Marie, a su vez se convierte en el personaje fuerte, en ese apoyo incondicional que soporta una relación a veces entrañable, y otras tan tóxica que golpea por su cambio drástico de ambiente.
Así, ambos locos se sientan a cenar riñón de cerdo, hogazas de pan y té, para celebrar cada desconsuelo de sus vidas, a la sombra de un brote de sauce llorón y un ejemplar del Ulises de James Joyce, ídolo de la pareja, e irónicamente, el amigo y mentor de Beckett.
Riñón de cerdo para el desconsuelo, posee elementos interesantes de ruptura de la cuarta pared y de metateatro, en el que el absurdo de la existencia de sus personajes forma un paralelo a la de los dos vagabundos que esperan por Godot, que al igual que Samuel Beckett, nunca llega ni se deja ver.
En este sentido, la química entre Garrido y Rodríguez inyecta enormes cantidades de energía a su actuación - A veces demasiada- los cuales no dan descanso al espectador entre las risas y las lágrimas, aunque quizás su acento francés tan marcado dificulte la comprensión de los diálogos.
La obra se presentará por dos fines semana, del 15 al 24 de febrero, a las 7:00 pm, y a las 7:30 pm los viernes, en la sala ubicada en el sótano del Centro Comercial Paseo Las Mercedes.
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