Las películas tienen el poder de traer al presente aquellas historias y personajes que marcaron su tiempo. Y dependiendo del realismo con el que esas historias y personajes sean recreados en la ficción son capaces de lograr que las ideas de un político, en vida muy cuestionado, puedan ser comprendidas en su justa dimensión; o que la genialidad de un músico sea incuestionable, o que las audiencias mundiales se identifiquen con el tormento interior de un pintor universal. 

Rami Malek, Willem Dafoe, Viggo Mortensen y Bradley Cooper buscarán la noche del 24 de febrero su primera estatuilla dorada, mientras que Christian Bale esperará lograr el segundo Óscar de su carrera. 

Muchas veces se ha dicho también que la realización de biopics hace que los actores tengan más oportunidades de lograr el premio, pero la cuestión en este tipo de proyectos siempre apunta al hecho de cuánto del trabajo de estos artistas de la representación es mera imitación (con postizos incluidos) y cuánto es verdadera interpretación de unos seres que, más que poseer determinada tipología, sentían, pensaban y concebían el mundo a su manera. 

A continuación los nominados al premio a Mejor Actor:

Luego de estudiar durante un año cada uno de los movimientos de Freddie Mercury, Rami Malek ha logrado construir una interpretación muy real del vocalista de la banda de rock británica Queen. Su trabajo ya ha sido premiado en las ceremonias previas de esta temporada de premios que termina con los Óscar. En alguna repisa de su casa deben reposar un Globo de Oro, el BAFTA, el Premio del Sindicato de Actores, AACTA International Award y el Premio Satellite. Las generaciones que lograron ver aunque fuera una vez a Queen, encabezada por Mercury, coinciden en que la energía de este personaje fue clonada por Malek. Imposible creer que el domingo se lea un nombre distinto al de Rami Malek como Mejor Actor, si se toma como base los otros premios recibidos y lo que significa éste en la película, que no se podría decir que es la mejor, ni por cercanía.

La competencia más cercana de Malek es Bale, que en 2010  logró su primer Óscar como Mejor Actor de Reparto por la película The Fighter (2010). Con Vice queda clara la capacidad del británico para transformar su cuerpo. En esta oportunidad, subió unos cuantos kilos para poder representar a Dick Cheney, vicepresidente del gobierno de George W. Bush. De nuevo, Hollywood recrea la vida de un político que trabajó en silencio, pero que significó mucho para la sociedad estadounidense. La temporada de premios ha dejado en las manos de Bale un Globo de Oro. 

Un atormentado Vincent van Gogh es representado por Willem Dafoe, en una película en la que los colores y la simpleza le hacen compañía a la actuación del estadounidense. La inspiración del pintor holandés en sus últimos años apareció en la naturaleza de Arlés, Francia, con la que logró representar en sus cuadros cada una de las imágenes que le rodeaban. Dafoe obtuvo la única nominación al Óscar a esta producción que no figura en ninguna otra categoría. 

¿Qué pasaría si un artista negro contrata como su chofer a un ítaloamericano en los Estados Unidos de los años 60? La respuesta la da este filme que, basado en una historia real, subraya que ambos -el artista y su conductor- se convirtieron en grandes amigos hasta el final de sus vidas. Viggo Mortensen interpreta al ítaloamericano, un hombre de malos modales y racista que al servicio de su empleador, a quien acompaña a una gira por el sur de Estados Unidos, aprenderá mucho . Frank "Tony Lip" Vallelonga hace reír con su carácter volátil, que se va transformando con cada una de las situaciones por la que pasa junto al pianista Don Shirley (Mahershala Ali). A pesar del brillante trabajo de Mortensen, el actor neoyorquino no ha figurado como ganador en esta temporada, aunque su nombre no ha sido excluido en ningún momento de las listas de nominados. 

La única interpretación que no tiene nada que ver con el letrerito "Una historia de la vida real" es la que ofrece Bradley Cooper en Nace una estrella, cinta que además dirige y que con ésta llega a su tercer remake. Este trabajo ha significado mucho para Cooper ya que gracias a él ha recibido su cuarta nominación al Óscar, aunque no como director. Nace una estrella ha figurado en la temporada de premios por las actuaciones de sus protagonistas y sus canciones, pero Cooper no se siente del todo contento con ella, pues, como afirmó en una entrevista, lo ha decepcionado el hecho de no haber sido tomado en cuanta a la hora de valorar sus cualidades para integrar el grupo de aspirantes a Mejor Director. El estadounidense, quien aquí muestra sus dotes musicales, interpreta a Jackson Maine, un cantante de música country sumergido en el alcoholismo y las drogas. Su vida logra cambiar un poco cuando conoce a Ally. En el filme, por lo menos. se ve reflejada la tormentosa vida de los artistas.