Ciudad de anónimos. Ciudad de solitarios. Ciudad de cansancios y perplejidades. Ciudad de colores. Ciudad de sentimientos grises. Ciudad de sombras. Ciudad de luces. Ciudad de prisas. La ciudad que nace y la ciudad que muere. Ciudad de idas y de venidas. Ciudad de encierros. De esperas. Ciudad de sobrevivientes.
Todas y cada una de las imágenes que el fotógrafo Lenny Ruiz ha tomado en ese tránsito permanente al que lo invita la ciudad, encierra una historia, estimula la imaginación, sorprende la mirada con lo inesperado, con esos azares infinitos de los que nos proveen los transeúntes y sus modos.
Ruiz ama el entorno urbano por su cualidad de inesperado, de imprevisible. Es un amor que comparte con sus grandes influencias: Saul Leiter, William Eggleston, Ernst Haas, Vivian Maier y Fred Herzog, entre otros.
“He estado tomando fotos desde hace 5 años. En ese tiempo, cuando compré mi primera DSLR, la fotografía se convirtió en una parte muy importante de mi vida. Tiendo a pasar buena parte de mi tiempo libre haciendo caminatas urbanas y buscando nuevos puntos de vista de la ciudad. Tengo una colección de fotografías en ciudades latinoamericanas entre las que están Caracas, La Habana, Buenos Aires, Mendoza y Santiago de Chile, que pretendo ampliar en el corto plazo con otras más”, escribe el autor en su página web www.lennyruizphotography.com.
Como uno de sus mentores, Saul Leiter, Lenny Ruiz no pretende tener una filosofía. Con su cámara le basta para acercarse a la condición humana. “Me gusta estar de pie en una acera y sentir como una escena de la calle tiene el potencial de convertirse al llegar a la pantalla del ordenador en algo que cree una sensación de extrañeza, en un momento onírico, como si estuviese suspendido en el tiempo. Como si ese momento fuese justo aquel donde algo está por ocurrir. Más que un mensaje, lo que pretendo es crear atmósferas, una tensión emocional, darle importancia al espacio que rodea un elemento a través de los tonos, el color, la luz y las sombras, eso es lo que me gusta transmitir a través de mis fotos”, agrega el fotógrafo.
Las imágenes de Ruiz, además de su excelente composición, son capaces de extraer de la realidad múltiples sensaciones, desde el vértigo de las prisas diarias hasta el ocultamiento de aquellos que, infructuosamente, no quieren quedar expuestos ante el lente de su cámara.
“Quiero ser capaz de enlazar el mundo de la abstracción hacia lo real a través de anclas de nuestra realidad, un pasadizo entre nuestro mundo y la fantasía, provocando un estado secundario, una sensación ligeramente hipnótica de estar simplemente en otro lugar o ser otra cosa”, concluye el fotógrafo.
mirada.expuesta@gmail.com
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