La sociedad ha tenido que evolucionar, poco a poco, con quejas e insultos, pero lo ha hecho. Muchos aún no aceptan a las minorías que se salen de lo "legalmente correcto" según la sociedad.
Películas, obras de teatro, concursos de bellezas y otros premios internacionales, se han dedicado en los últimos años a dar un espacio a los grupos menos favorecidos, como los negros, asiáticos, las mujeres y los miembros de la comunidad LGTBI.
"Lo que no se dice" es un espectáculo de danza dirigido e interpretado por Armando Díaz que se presentará sábados y domingos en el Teatro Luis Peraza -al lado de la iglesia San Pedro- desde mañana a las 4:00 p.m., hasta el 26 de enero.
La obra fue creada en 2010 por Díaz y otro compañero, planteando como dueto experiencias propias a través de la ficción de momentos en los que por ser homosexuales son apartados y atacados. Con ella recibieron el Premio Nacional de Danza para la compañía Sieteocho, creada por él en 2007.
-¿Por qué decide volver a montar la pieza?
-Me puse a revisar y me di cuenta de que esta obra es muy vigente actualmente en Venezuela, y en todas partes del mundo. Más que todo luego del revuelo que se formó con la Miss España transgénero que participó en el Miss Universo ¿Todavía en el siglo XXI esto nos sorprende?
-¿Considera que la participación de una transgénero en un concurso de belleza y otras apariciones de esta comunidad es necesaria?
-Claro que sí, porque se convierte en un espacio ganado. Es como el artista que tiene que abrir sus espacios, es el proceso histórico que vivimos y nosotros debemos seguir creando. Esta es la gran revolución para mí- Si uno se pone a revisar la historia, grandes de los grandes fueron perseguidos en contextos más difíciles que este. La obra es un grito desesperado.
-¿Crea "Lo que no se dice" de experiencias propias?
-Al crearlo, se escarbaron historias de los dos intérpretes que estábamos en ese momento, y en mi trabajo siempre hay algo mío. Sin embargo, acá hay ficción, no es que te echo el cuento tal cual como pasó. En la investigación para el trabajo sí vimos historias muy fuertes, además nos apoyamos en textos de diferentes autores.
Díaz comenta que la obra hace que se sientan identificados todos por igual, no solo los homosexuales, porque la pieza aborda temas que cualquiera pudo haber vivido.
"La gente, sea homosexual o no, se acerca y te cuentan que se sintieron identificados. La obra no solo expone la condición homosexual sino la de todos aquellos que han sido rechazados", dice el bailarín.
-¿Usted ha sufrido o sufre ese rechazo?
-Mi adolescencia fue la peor etapa de mi vida en ese sentido. Además, yo también fui deportista, y en ese mundo está mucho más marcado lo que es lo masculino y lo femenino. Actualmente lo que pasa es que ya soy adulto y asumo que el problema no es mío sino de ellos. Pero hay personas que son frágiles y se les hace más difícil afrontar esas situaciones.
Porte de bailarín
La persona que se dedica a la danza es fácil de identificar. Tiene un porte distinto y hasta una forma de caminar, y eso vieron los profesores de teatro de Díaz cuando estudió en el Instituto Universitario de Teatro (IUDET), actualmente desaparecido.
"Los maestros de expresión corporal creían que yo era bailarín y me decían 'ustedes los bailarines', y yo respondía que no era bailarín. Ahí me empezaron a decir que debía estudiar danza".
A los 22 años decidió audicionar en el Instituto Universitario de Danza (Iudanza), donde comenzó su carrera como bailarín, siendo parte de la Compañía Nacional de Danza.
Faceta de director teatral
A pesar de su carrera en la danza, siempre ha continuado con el teatro, realizando diversos talleres de actuación y dirección, como el de la Caja de Fósforos, en 2018.
Actualmente dirige "El olor de las mandarinas", de Diana Volpe, una de las cuatro obras que formarán parte del festival de los Derecho Civiles que tendrá lugar próximamente en la Caja de Fósforos de la Concha Acústica de Bello Monte.
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