Desde que Scott Stuber asumió la jefatura del Departamento de Cine Original de Netflix, la presión que se ejerce desde esta plataforma de difusión de contenidos audiovisuales vía streaming para que sus producciones sean consideradas para los Óscar es brutal.
Ya no se trata solamente de hacer estrenos limitados –por pocas semanas– en salas de cine, caso éste de Roma, de Alfonso Cuarón, que gracias a esas funciones ha podido hacerse de un espacio entre las candidatas a los premios de la Academia de Hollywood, sino de campañas de “promoción” que van desde contactos directos con los miembros que tienen voz y voto en los Óscar, hasta el anuncio de una fiesta que tendría como anfitriona a Angelina Jolie. La batalla es con todo…
Stuber es un gran conocedor de la industria hollywoodense. Sabe cómo funciona y quién es quién dentro de ella. Licenciado en Cine en la Universidad de Arizona, su ascenso en la Meca ha sido vertiginoso: comenzó en Universal Pictures como asistente de publicidad; allí se convirtió en el segundo a bordo de la gerencia de producción; luego fue vicepresidente de producción mundial para el mismo estudio hasta que llegó a tener su propia productora Stuber Pictures, que posteriormente cambió su nombre a Bluegrass Films. No hablamos de un recién llegado.
Para este año, la división que lidera Stuber planea realizar 55 películas, que sumadas a las animaciones y los documentales, llegan a 90 producciones. Todo un arsenal. Y si de jugar a ganador se trata, Netflix no se limita en sus apuestas. Por ejemplo, luego de que Paramount Pictures le escamoteara a Martin Scorsese el presupuesto para realizar The Irishman, la plataforma se ofreció a financiar el proyecto con todo lo necesario, incluido el cachet (honorarios) de sus protagonistas: Robert De Niro, Al Pacino y Joe Pesci, los “goodfellas”.
Otro de los grandes que los estudios hollywoodenses han dejado a un lado y Netflix ha adoptado es Steven Soderbergh, quien dirigió para la plataforma dos películas: High Flyng Bird, drama ambientado en el mundo del baloncesto, y The Laundromat, intriga inspirada en los Papeles de Panamá con Meryl Streep, Gary Oldman y Antonio Banderas.
La “bendición” Netflix también ha caído sobre el director de culto Noah Baumbach, quien ya estrenó en la plataforma The Meyerowitz stories (New and selected), y en 2019 aparecerá firmando un drama íntimo sobre el divorcio de una pareja que integran Scarlett Johansson y Adam Driver.
En fin, Netflix ya no quiere ser quiere más ser el inquilino recién llegado a la vecindad, sino uno más de la comunidad cinematográfica de Hollywood. Por ello, y aprovechando la crisis económica de los grandes estudios y hasta sus malas decisiones, sigue fichando a las estrellas más populares de la gran pantalla para sus producciones: Ryan Reynolds para 6 Underground; Mads Mikkelsen para Polar; Robert Pattinson y Timothée Chalamet para The King; Allison Williams para The Perfection; Jake Gyllenhaal para Velvet buzzsaw; Woody Harrelson y Kevin Costner para Emboscada final; Ben Affleck y Anne Hathaway para The Last Thing he Wanted, y hasta Adam Sandler y Jennifer Aniston para Murder Mystery.
@juanchi62
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