Sus esculturas desafían la gravidez. Son piezas de hierro sólido que parecen elevarse hacia el cielo como si se tratase de un pedazo de seda que, por efecto del viento, dibuja formas, se enreda, se entrelaza, se anuda. El artista venezolano Alberto Cavalieri (Caracas, 1969) ha logrado con sus obras que el fugaz tránsito por la autopista Francisco Fajardo, en Caracas, incluya el asombro de quienes observan cómo una barra de metal que se supone rígida, gira y se tuerce adquiriendo la cualidad de un objeto muy liviano y flexible.
Ahora, el escultor, formado en ingeniería mecánica, diseño industrial y, por supuesto, arte, ha trasladado la fascinación que despiertan sus obras a la comunidad de Miami Shores, donde fue inaugurado hace unas semanas un jardín de esculturas con cinco de sus monumentales piezas, con las que Cavalieri, más que embellecer un espacio público, propone algunas reflexiones. "Me interesa que mis obras dialoguen con los espacios que habitan, que generen ritmos que puedan contrastar con el orden horizontal y vertical de nuestros estrictos planos cartesianos", dice el artista.
Las obras que se exponen en el Miami Shores Village Sculpture Garden son producto de un proyecto de arte público que Cavalieri presentó en 2017 a la Miami Shores Fine Art Comision, institución de Florida que entiende como necesaria la interacción de los transeúntes con el arte. "El proyecto fue aprobado a finales de 2017, las obras expuestas fueron seleccionadas de acuerdo al criterio de escala y de mejor convivencia y diálogo con el entorno natural del parque.
Son obras de hierro sólido creadas para espacios exteriores y que resistieran los fuertes vientos de las temporadas de huracanes", explica el escultor, incluido en las colecciones del Museo de Arte Contemporáneo de Caracas y la de Ciudad Banesco, en Caracas; el Museo de Arte Latinoamericano de California (en Estados Unidos), y el Museo de Arte Moderno de Cuenca (Ecuador), entre otras.
-¿Qué efecto o reacción espera crear en quienes se topen con sus esculturas?
-Esta exposición abierta de escultura le genera a la comunidad y a los visitantes del parque un nuevo espacio de reflexión, esparcimiento y contemplación, logrando así un atractivo y un referente cultural para la ciudad. Creo que la grandeza del arte, ya sea para espacios públicos o no, es generar reflexión; el embellecimiento o no que resulte en el entorno debe ser una añadidura. El arte es idea, pensamiento, reflexión, cuestionamiento.
Fiel a la investigación que ha signado su carrera artística, a saber: transferir a un material nada dúctil como el acero, elementos formales como la curvatura, la sinuosidad y la ingravidez, Alberto Cavalieri recurre al nudo para no perder en su obra el referente humano.
"El nudo es un símbolo de múltiples connotaciones, incluso contradictorias y/o ambivalentes, es un artificio del hombre para resolver infinidades de situaciones funcionales; el nudo nos recuerda que transitamos la vida por caminos inciertos desenlazando dificultades, nos muestra de manera metafórica la vida y quizás algún sentido de nuestra propia existencia", asegura.
-¿Qué seguirá a este jardín de esculturas?, ¿qué proyectos desarrolla para 2019?
- Para 2019 tengo aprobado un proyecto expositivo de tres esculturas monumentales para la sede principal de una de las más importantes universidades de Florida. También estoy en conversaciones, muy adelantadas, para hacer una muestra individual en un museo de Miami. Mantengo mi agenda expositiva en las principales ferias de arte de Estados Unidos.
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