En Venezuela, país líder en ganar certámenes de belleza, resulta común toparse con chicas que desde temprana edad anhelan convertirse en reinas. Las “misses”, como popularmente se conocen, son consideradas un ícono nacional y reflejan un modelo a imitar en la sociedad.
Sin embargo, hay aspectos que deben evaluarse al momento de iniciar la búsqueda de la corona. Formar una reina en el país, requiere además de belleza, una gran inversión calculada generalmente en dólares y en algunas excepciones en moneda nacional. Es por ello que el valor de las intervenciones quirúrgicas, maquillaje, estilismo y vestuario repercuten de manera significativa en el bolsillo de una candidata.
De acuerdo con datos suministrados por un grupo de expertos encargados de preparar misses en Venezuela, la inversión total estimada para cubrir el desempeño de una chica en un certamen supera los 20.000 dólares.
La rinoplastia (operación quirúrgica para restaurar la nariz) y la mamoplastia (aumento o levantamiento del busto) son las “correcciones” que se aplican con mayor frecuencia a las misses. El pago de cada cirugía estética oscila entre los 3.000 y 8.000 dólares. Todo depende de la experticia del cirujano, la calidad del implante y el número de procedimientos que se haga la “paciente”.
La odontóloga Roba Izzeddin dice que una sonrisa perfecta brinda armonía facial y además provee de seguridad a una concursante. La especialista en estética dental, quien forma parte del staff de profesionales de El Concurso by Osmel Sousa Región Central, indica que una miss debe destinar 2.000 dólares solo para procesos que comprenden el blanqueamiento, mejoramiento de las encías (gingivoplastia) y la aplicación de micro laminados cerámicos para el diseño de la misma.
En algunos casos no es necesario someterse a intervenciones quirúrgicas. Todo dependerá del metabolismo y el tiempo de preparación del cual disponga la participante, asegura Eleazar Guzmán, entrenador personal.
Guzmán comenta que el costo mensual del entrenamiento personalizado para una miss se ubica entre 2.000 y 3.000 dólares. Adicionalmente, se debe invertir en un régimen alimenticio basado generalmente en el consumo de proteínas, distribuidas durante el día.
“Todo ha cambiado. Actualmente, ninguna organización (de concursos de belleza) paga. Entonces, cuando la chica viene al gimnasio, se le indica, directamente a ella, el monto a cancelar”, explica Guzmán, encargado de moldear los cuerpos de las representantes de Aragua y Miranda en el certamen Miss Venezuela 2018.
Para el estilista Andrés Eloy Núñez, quien durante dos décadas laboró en la Organización Miss Venezuela siendo el responsable de maquillar a Jacqueline Aguilera, Miss World 1995; Ivián Sarcos, Miss World 2011, y Stefanía Fernández, Miss Universo 2009, entre otras misses, resulta “incalculable” la inversión que se requiere para participar en una competencia de belleza. Señala que el cambio de look es uno de los procesos más comunes en una candidata, el cual implica teñir y cortar el cabello. La transformación supera los 150 dólares y comprende también la depilación de algunas zonas del rostro como la frente, cejas y bozo (bigote femenino).
Los materiales empleados también aumentan el monto de la inversión: paquete de extensiones de cabello (entre 500 y 600 dólares), base líquida para el rostro (40 dólares) y pestañas reusables (entre 7 y 35 dólares). Ello, sin sumar los honorarios por la colocación de estos productos.
Hacerse acreedora de un título de belleza lleva consigo una apretada agenda de apariciones públicas. Lucir el atuendo adecuado para cada ocasión requiere otros gastos. El diseñador Wilfredo Camacho asegura que el precio de un traje de gala puede oscilar entre los 7.000, 7.500 dólares.
El creador de la fantasía típica que lució la representante de Venezuela en la reciente edición del Miss World y artífice del vestido de coronación de la Miss Earth Venezuela 2017, explica que mayormente las telas empleadas para la elaboración de cada pieza son importadas de Colombia, México, China, Chile o Siria. En el país el metro de tela intervenido con cristales u otros materiales se cotiza en 350 dólares.
Un sueño y pocos lujos
Desde los 8 años de edad, la modelo valenciana María José Brito, anhelaba participar en el que considera es el evento más importante de belleza en el país. En 2015 logró representar a su estado natal en el Miss Venezuela y seguidamente en el Miss Venezuela Mundo.
Materializar su sueño, significó para la ex reina de belleza tener que residenciarse de manera permanente en Caracas, donde debió rentar una habitación cercana a la Quinta Miss Venezuela. Para trasladarse a los diferentes compromisos, invertía en al menos tres movilizaciones diarias.
Cuenta que sus padres asumieron gran parte de los gastos. “Para 2015, en Venezuela todavía existía una económica accesible. Mi familia prácticamente se comía el muslo del pollo para yo me comiera la pechuga, y así cumplir con el régimen alimenticio. Las compras se distribuían entre mi casa en Valencia y lo que yo debía tener en Caracas”.
Brito señala que también recibió apoyo de la fundación que actualmente dirige, cuyos miembros realizaban tómbolas, rifas y domingos familiares para recaudar fondos.
“Estuve sin lujos. En esa época en Caracas nunca salí ni al cine, ni a pasear, ni a comer; no gasté más de lo que podía. Llevaba todas mis comidas a la Quinta Miss Venezuela porque debía administrar muy bien el dinero para no verme en apuros al finalizar la semana”, añade la ex miss.
Cabe destacar que de no poder cubrir sus gastos, las concursantes recurren al patrocinio o intercambio de una firma o persona que costea la inversión en su totalidad para obtener beneficios de mutuo acuerdo.
@AndresMuria
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