Joaquín Salim arremete contra las "falsas sonrisas"
El artista venezolano inaugura mañana “Fake Smile”, su primera exposición individual en Nueva York
Joaquín Salim transita, gravita, en dos mundos bien diferenciados, aunque con un vértice común: la creatividad. El artista caraqueño, residenciado en Nueva York, es de 9 am a 5 pm, director creativo en una agencia de publicidad, y cuando no está surfeando o montado en su patineta, crea obras de arte en las que vuelca su visión de una sociedad que siempre se le presenta dual: extremadamente calculada, cuando se trata de crear una campaña publicitaria, o completamente libre cuando en su estudio comienza a darle forma y significado a esos objetos con los que se topa en la calle.
Bang fue inspirada en una canción
Mañana, en la galería emergente 208 Bowery, de la Gran Manzana, Salim inaugurará su primera exposición individual en la ciudad estadounidense. Se trata de Fake Smile, muestra integrada por un conjunto de obras que a partir de la apropiación, la descomposición y el reordenamiento de etiquetas farmacéuticas, periódicos, recortes publicitarios, embalajes de correo, fotografías antiguas y otros objetos, se plantan con un acento mordaz ante aquellos temas que preocupan al artista. El proyecto expositivo contó con el trabajo de María Corina Nevett, que se encargó de la producción de las obras;
Edith Vaisberg, mánager del artista, y Daniela Lander, en la logística.
Hydrocondon
“El nombre de la exposición fue inspirado por un comportamiento humano que siempre me ha disgustado, que es sonreír cuando de verdad no quieres sonreír. El simple hecho de hacer algo que no es lo que realmente quieres hacer o sientes, es algo que siempre he criticado de la raza humana”, dice Joaquín Salim, quien ha expuesto su trabajo, además de Nueva York, en Los Ángeles, Budapest y Madrid. Su intención es invitar a la gente a ver “más allá de lo que se ve a simple vista en las obras”.
Salim trabaja con medios mixtos. “Darle una nueva vida a objetos y elementos que han sido olvidados o desechados, me trae gran satisfacción. Me parece muy interesante expresar un mensaje con palabras de otros, mezcladas con colores y texturas de otros objetos que nunca hubieran podido estar juntos si no hubieran llegado a mi estudio”, dice.
Happy
El subconsciente guía el proceso creativo del artista. “Recolecto objetos que me parecen que tienen valor. Luego me siento a trabajar sin plan alguno, simplemente dejo a mis manos y a mi cerebro conectar y crear composiciones libremente. Al tener varias composiciones listas, me aparto de ellas y dejo que mi cerebro consciente analice el trabajo hecho; finalmente le doy los últimos toques para que el mensaje sea más directo. Siempre hay un concepto más fuerte detrás de lo estético”, explica.
Reconoce Salim que su obra está influenciada por la cultura del sticker, el punk rock y el trabajo de artistas como Raymond Pettibon, figura de culto entre los amantes de la música underground; el anarquista británico Jamie Reid, y el estadounidense Richard Prince, cuyas fotografías hechas a partir de otras fotografías siempre fueron objeto de debate.
-¿Cómo permea la publicidad su trabajo artístico?
-La publicidad está bastante presente en mi arte. Pero en mi arte los temas publicitarios son usados para hacer críticas y formular opiniones libres, no para vender a toda costa.
El año que viene, Joaquín Salim mostrará en la galería caraqueña Cerquone Projects una versión de Fake Smile.
@juanchi62
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