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Armando Cabrera: "El teatro es lo más político del mundo"

El actor fue galardonado recientemente con el Premio Fernando Gómez y prepara nuevos proyectos para 2019

  • CAROLYN MANRIQUE

11/11/2018 01:00 am

La trayectoria artística de Armando Cabrera, premiada este año por la Fundación Fernando Gómez, comenzó en la televisión en 1989 con la telenovela Alondra, transmitida por Radio Caracas Televisión. A partir de ahí comenzó a desarrollarse con dramas, comedias y piezas de teatro infantil con importantes agrupaciones del país como Skena y el Grupo Actoral 80.

Su cuñado y escritor Gustavo Michelena fue el primero en conectarlo con la actuación. Antes se dedicaba al golf y a cantar en algunos locales nocturnos, hasta que un día Michelena le dijo que escribiría un papel para él en su próxima novela, tomando como argumento que “los cantantes son actores de tres minutos”.

“Cuando me vi en pantalla me dije: ‘¡Ay, qué cosa tan mala!’, por eso decidí estudiar actuación, a pesar de que en aquel entonces tenía 37 o 38 años”, recuerda el actor.

–¿Qué profesores estuvieron presentes o marcaron esa etapa de formación?
–Vi clases con Ricardo Lombardi y Gilberto Pinto, entre otros grandes del teatro. Sin embargo, al que le agradezco más y considero mi mentor, aunque sea unos ocho años menor que yo, es a Héctor Manrique. En ese tiempo entendí que actuar en teatro, cine o televisión es la misma cosa: debemos hacerlo de la misma manera siempre.

En 1997 hizo su primera obra de teatro, en la que actuó junto a Manrique. Era Humboldt y Bonpland, taxidermistas de Ibsen Martínez.

El premio Fernando Gómez tomó por sorpresa al actor. Se enteró de la noticia el domingo pasado, cuando finalizaba la temporada de Microteatro que se realizó en el Ateneo de Caracas y donde participó en el musical Pran, pran, pran, dirigido por Dairo Piñeres y junto a sus colegas Henry Soto y Gonzalo Guerrero.

–No creo en los premios, me parecen algo muy subjetivo, pero que sea un Fernando Gómez sí me hace llenarme de mucha alegría porque a él lo quise mucho. 

Cabrera conoció al fallecido actor y médico cuando era muy joven, debido a que su padre compartía con éste la profesión de galeno; por eso cada vez que iba al consultorio con su papá, veía a Fernando Gómez, con el que mantuvo una muy buena relación. 

–En 2002 nuestra amistad se volvió más grande. A él le debo mucho. Era un gran amante de la profesión de ser actor –y de la de médico también–. En lo personal, me enseñó amar más la actuación, que es algo que deberíamos hacer todos, sin importar a qué nos dediquemos.

–¿Actuó alguna vez junto a Gómez?
–No directamente, pero sí estuvimos en un proyecto juntos, en éste él hacía la voz, se llamaba Pequeños fantasmas. Al principio insistió en querer hacerlo en vivo, pero no se lo permitieron porque ya pasaba los 90 años. Sin embargo, fue a ver todas las funciones, me llamaba para pedirme que lo llevara a ver “los fantasmitas esos”. Anterior a eso lo había visto actuar. Pero un gran momento fue verlo, a los 94, en la obra El juicio del siglo, fue una maravilla mirarlo a esa edad sobre el escenario, por eso es que verdaderamente me llena de orgullo el premio.

Cabrera califica su experiencia en Microteatro como “agotadora” por la cantidad de funciones diarias que tienen que hacer. A pesar de eso, le pareció satisfactoria. Con Piñeres también trabaja ocasionalmente en la obra Soltero, casado, viudo y divorciado, en la que comparte con Héctor Peña, Carlos Cruz, Rolando Padilla y Marcos Moreno.

–¿Cómo se inició en el teatro infantil?
–Mis primeros pasos en el teatro infantil los di con Basilio Álvarez y el grupo Skena. La primera obra de este tipo en la que actué fue La verdadera y singular historia de la princesa y el dragón, y así me inicié en este mundo, protagonizando luego El violinista sobre el tejado, Los productores... haciendo en total 15 obras infantiles.

Cabrera también ha interpretado al Falstaff de William Shakespeare y al Jean Valjean de Víctor Hugo. 

Pero la carrera y la vida personal del Armando Cabrera se vieron alteradas en 2016 cuando el actor fue acusado, sin un juicio previo, de haber asesinado a una persona transexual. Pasó 49 días en prisión.

–¿Ya se recuperó de aquel incidente? 
–Uno tiene que cortar ese hilo. Sufrí muchísimo, pero tuve el apoyo de muchos. No tuve nada que ver en eso. Es una cuestión de cortar y perdonar y seguir viviendo. En la vida siempre van a pasar esas cosas, le pudo pasar a cualquiera, me pasó a mí. Nunca se va a encontrar el camino llano, si hay piedras hay que ir quitándolas para poder seguir. Los venezolanos nos odiamos, un grupo contra otro, y nosotros los artistas debemos luchar contra eso. 

–¿Qué piensa sobre las nuevas generaciones del teatro venezolano?
–De los países en los que existen las peores situaciones surgen las mejores cosas. De la facilidad no sale nada bueno. Estos muchachos de las nuevas generaciones podrán aprender mucho de esto. Lo pude notar con los 12 luceros de Pran, pran, pran, se veía que trabajaban con mucho cariño y esfuerzo. 

–¿Es el teatro un medio idóneo para la denuncia?
–El teatro es denuncia. Una vez se lo comenté a una chica que me dijo: “Esta obra no es política”. El teatro, las obras en sí, son lo más político del mundo. Se hizo para eso. También se debe tomar en cuenta que la política no es mala, lo que hay son políticos malos; es como decir que la medicina es mala, no, puede que haya médicos malos. El teatro florece en tiempos de crisis.

–¿Qué espera ahora de su carrera?
–Llega un momento en el que se debe pensar en el retiro, porque la edad ya no es la más apropiada para muchos papeles. Con el casting para Los Miserables, vi antes la película y me pareció que no tenía oportunidad en ningún papel, y prefiero no hacer nada a realizar papeles pequeños. Igual me siguen llamando y yo trabajo con gusto.

Entre las producciones en las que figurará el nombre de Armando Cabrera para el año que viene está Uslar for Uslar, pieza sobre el intelectual Arturo Uslar Pietri, que dirigirá por la joven actriz y puestista Valentina Garrido, con la que Cabrera ya trabajó el año pasado. También maneja un proyecto con el actor, director, dramaturgo y amigo personal, Luigi Sciamanna, pero por los momentos prefiere no revelar de qué se trata.

@carolynmanrique
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