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El cine fantástico vivió su clímax en Sitges

“Clímax”, de Gaspar Noé, triunfó en la edición 51 del certamen catalán

  • DANIEL FERMÍN

15/10/2018 01:00 am

El Festival de cine fantástico de Cataluña llegó a su fin. Del 4 al 14 de octubre la ciudad de Sitges se convirtió en la capital del cine de género: thrillers, comedias, acción, dramas, ciencia ficción, terror, zombis y animación colmaron las salas de la localidad catalana entre invitados internacionales de la talla de Nicolas Cage, Night M. Shyamalan o Tilda Swinton. Clímax, la nueva obra de Gaspar Noé, se quedó con el premio a la Mejor Película del certamen.

La edición 51 del evento tuvo una programación destacada. Proyectó títulos de autores consagrados que ya habían tenido recorrido por festivales europeos. The house that Jack Built, lo más reciente del danés Lars Von Trier; Burning, del coreano Lee Chang-Dong; Lazzaro felice, de la italiana Alice Rohrwacher; y Under the Silver Lake, del norteamericano David Robert Mitchell (ganador de Sitges en 2014), gustaron entre crítica y público.  

El certamen también contó con algunas sorpresas. Con Assassination nation, Sam Levinson ofrece una entretenida película en la cual violencia, sangre, homofobia y machismo conforman un escenario crítico que termina como un alegato feminista. En la austríaca The dark, de Justin P. Lange, se narra —en una mezcla de cuento oscuro, realista y sobrenatural— la historia de una chica asesinada que habita en un bosque y su relación con un niño que llega a él víctima de un secuestro; un hermoso relato de terror sobre el poder de transformación del amor y la amistad. 

La cinematografía francesa sumó otro reconocimiento con Au poste! , que ganó Mejor Guión. Quentin Dupieux hizo uso del teatro del absurdo para parodiar al thriller como género en una comedia que remite a las sátiras de Bruno Dumont. El cine español, en cambio, destacó con La sombra de la ley, de Dani de la Torre, una película de gánsteres en la Barcelona de los años 20. De buena factura técnica y producción, cuenta con un guión que —además de entretener— explora en la corrupción y las mafias de la España de ayer y hoy. 

De Latinoamérica gustó El ángel, representante de Argentina al Óscar. El director Luis Ortega —con un estilo cuidado— presentó una película de formación/retrato de un delincuente juvenil que en los años 70 azotó a parte de Buenos Aires. También se exhibió Elizabeth Harvest, lo nuevo del venezolano Sebastián Gutiérrez, una historia que reinterpreta el cuento de Barba Azul entre el terror y la ciencia ficción. 

El festival de Sitges es mucho más que cine. La edición de 2018, que rindió homenaje a 2001: una odisea del espacio, volvió a contar con opciones que van más allá de las pantallas. Hubo exposiciones, clases magistrales, presentaciones de libros, un mercadillo temático en la zona de la playa, la tradicional marcha zombi y una sala de realidad virtual donde se exhibieron 21 cortometrajes en los que el espectador se sumerge dentro de la historia. El fin de semana de cierre, además, John Carpenter ofreció un concierto en el que el cineasta y compositor interpretó las bandas sonoras de sus películas. Sitges disfrutó así de 10 días para celebrar el cine fantástico y de terror.  

@Daniel_Fermin 


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