A CONTROL REMOTO
Divas de infortunado final
Amy Winehouse, Billie Holiday, Janis Joplin y Whitney Houston eran relevantes artistas, pero además tuvieron otro denominador común: sucumbieron víctimas de los excesos
Su imponente voz, su sensualidad al cantar y unos temas directos e hirientes hicieron de Amy Winehouse una artista consistente. Alcanzó el estrellato en un tiempo récord, tan rápido como su desaparición. Casi toda la gente que la rodeaba no supo medir su vulnerabilidad ni la ayudó a frenar una vida descontrolada, que acabó con su muerte en 2011, a los 27 años. Era afectuosa con sus amigos, estaba obsesionada con su padre y con su esposo -igualmente adicto como ella- y presentaba unas fuertes y evidentes tendencias autodestructivas, las mismas que la llevaron a su trágico final.
Algunas de sus inolvidables canciones, como Stronger Than Me, You Know I'm no Good, Back to Black y, por supuesto, la mítica Rehab, funcionaban como contrastes de sus peores momentos, sus fallidos intentos de dejar las drogas y algunas de sus penosas actuaciones bajo los efectos del alcohol, así como su negativa a cantar en el desastroso concierto de Belgrado de junio de 2009, al cual finalmente asistió y supuso el principio del fin, cuando ya su estado de adicción era lamentable.
A Amy Winehouse se le comparó con Billie Holiday, otra diva de trágico final. Su estilo era similar, pero poseía una frescura que le permitió acercarse al público más joven. Al igual que la intérprete inglesa, la vida de Billie estuvo marcada por los excesos con las drogas y el alcohol. La más grande cantante femenina de jazz de todos los tiempos, de cuyo nacimiento se cumplieron 110 años el pasado abril, tuvo una existencia marcada por su adicción a la heroína, torturada porque, pese a su éxito, era discriminada por mujer y por negra, en una época en que el racismo campeaba en los Estados Unidos y no se les perdonaba a las del sexo femenino tener una vida libre e independiente. En 1959, a los 44 años, fue internada por cirrosis en un hospital, donde fallecería de un ataque al corazón.
El mismo destino trágico lo tuvo Janis Joplin, surgida en la escena del blues, el rock y el soul de su Texas natal, en pleno apogeo de la psicodelia. Se desenvolvió con solvencia en cada uno de estos estilos. El poderío de su voz es un hito en la historia de las voces femeninas del siglo XX. En 2008, la revista Rolling Stone la situó en el lugar 28 de los 100 mejores cantantes de todos los tiempos. El 4 de octubre de 1970 había sido un buen día en el estudio, y para celebrarlo Janis salió de copas con sus compañeros y se emborrachó. Según el forense, murió a la 1:40 de la madrugada por sobredosis de heroína. Tenía 27 años.
El 11 de febrero de 2012 Whitney Houston fue hallada muerta en la bañera de su habitación en el hotel Beverly Hilton de Los Ángeles, poco antes de la entrega de los premios Grammy, donde recibiría un homenaje a su eminente trayectoria, venida a menos en los últimos años a causa de las drogas. Comparte con sus colegas antes mencionadas su estatura de leyenda y su muerte trágica y prematura. Todas fueron divas de infortunado final.
@aquilinojmata
Algunas de sus inolvidables canciones, como Stronger Than Me, You Know I'm no Good, Back to Black y, por supuesto, la mítica Rehab, funcionaban como contrastes de sus peores momentos, sus fallidos intentos de dejar las drogas y algunas de sus penosas actuaciones bajo los efectos del alcohol, así como su negativa a cantar en el desastroso concierto de Belgrado de junio de 2009, al cual finalmente asistió y supuso el principio del fin, cuando ya su estado de adicción era lamentable.
A Amy Winehouse se le comparó con Billie Holiday, otra diva de trágico final. Su estilo era similar, pero poseía una frescura que le permitió acercarse al público más joven. Al igual que la intérprete inglesa, la vida de Billie estuvo marcada por los excesos con las drogas y el alcohol. La más grande cantante femenina de jazz de todos los tiempos, de cuyo nacimiento se cumplieron 110 años el pasado abril, tuvo una existencia marcada por su adicción a la heroína, torturada porque, pese a su éxito, era discriminada por mujer y por negra, en una época en que el racismo campeaba en los Estados Unidos y no se les perdonaba a las del sexo femenino tener una vida libre e independiente. En 1959, a los 44 años, fue internada por cirrosis en un hospital, donde fallecería de un ataque al corazón.
El mismo destino trágico lo tuvo Janis Joplin, surgida en la escena del blues, el rock y el soul de su Texas natal, en pleno apogeo de la psicodelia. Se desenvolvió con solvencia en cada uno de estos estilos. El poderío de su voz es un hito en la historia de las voces femeninas del siglo XX. En 2008, la revista Rolling Stone la situó en el lugar 28 de los 100 mejores cantantes de todos los tiempos. El 4 de octubre de 1970 había sido un buen día en el estudio, y para celebrarlo Janis salió de copas con sus compañeros y se emborrachó. Según el forense, murió a la 1:40 de la madrugada por sobredosis de heroína. Tenía 27 años.
El 11 de febrero de 2012 Whitney Houston fue hallada muerta en la bañera de su habitación en el hotel Beverly Hilton de Los Ángeles, poco antes de la entrega de los premios Grammy, donde recibiría un homenaje a su eminente trayectoria, venida a menos en los últimos años a causa de las drogas. Comparte con sus colegas antes mencionadas su estatura de leyenda y su muerte trágica y prematura. Todas fueron divas de infortunado final.
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