Inició su carrera, como la mayoría de los jóvenes de su generación, en la plataforma de YouTube. Sin embargo, luego de pasar por un período oscuro que lo llevó a la depresión, encontró en la música su verdadera vocación, apostando por canciones frescas, pícaras, bailables y que lleven al que las escuche a una vibra o mood de felicidad.
Luego de presentar su primera producción discográfica Me siento bien, en la actualidad Wittels está promocionando su más reciente EP Radio +58 compuesto por cuatro temas: Canción para bailar, Aló, Ávila y Mariposas.
El Universal conversó con el joven artista venezolano. “Toda mi vida sentí amor por la música, a la vez era consciente de que no era un camino fácil. En estos años trabajando en redes sociales, y teniendo una audiencia, me fui descubriendo, creé mi equipo de trabajo y lancé en octubre del año pasado mi primer álbum Me siento bien. En estos meses enfocado aquí en Venezuela y luego de pasar una larga temporada en México, nace el EP Radio +58 y los nuevos temas que lanzaré pronto. Creo que encontré mi sonido”, dice de entrada.
-Llegué a usted gracias al aleatorio de Spotify que lo incluía en una lista de varios artistas en el género tropical–urbano; recuerdo en este momento a Danny Ocean, Kapo y otros más. Si bien es muy joven, logra conectar a través de sus composiciones con cualquier tipo de público sin importar la nacionalidad o la edad.
-Ese ha sido mi objetivo. Yo hago pocas canciones tristes, mi música es alegre porque eso es lo que quiero transmitir. Aunque uno no lo crea, hay personas que necesitan escuchar canciones con un mensaje bonito o que le transmita un momento de felicidad que le puede cambiar el día.
-¿Y cómo es su proceso de creativo?
-Yo trabajo con mis productores Joshua y Keeym. Nos sentamos a escuchar ritmos y así empiezan a fluir las ideas. Nos lo tomamos en serio, pero también lo disfrutamos.
-En su caso, decidió quedarse en Venezuela y seguir haciendo música aquí.
-Hablo desde mi perspectiva, desde mi sentir, cada quien vive una realidad distinta. Yo no me quiero ir de Venezuela; es cierto que con mi trabajo de redes sociales tuve muchas oportunidades, sin embargo era consciente de lo que pasaba en el país. Al igual que muchos, mis amigos se fueron y parte de mi familia vive afuera, mi madre y mi hermano. No digo que mi decisión es la correcta o la mejor, sencillamente, confío en el florecimiento de la industria en el país, sé que no será algo a corto plazo pero quiero aportar mi grano de arena.
-Dice que sus amigos, su madre y su hermano se fueron del país, ¿cómo lo ha manejado?
-Hoy es cumpleaños de mi hermano, está cumpliendo diez años. Los extraño, pero fue la mejor decisión. Mi madre ahora vive en Italia, está feliz, tranquila; hablamos todos los días. Así son los procesos de la vida, no creo que sea necesario estar todos los días con las personas que uno quiere para que se demuestre o se sienta ese amor. Para mí el amor va más allá de la presencia, el amor es compromiso y el respeto.
-Recientemente los artistas venezolanos buscan redescubrir el gentilicio, algo que usted también hace con su EP Radio +58.
-No fue algo pensado, el EP es un poco mostrar quién soy yo y de dónde vengo. Este álbum es más conceptual musicalmente, estoy muy feliz con este trabajo.
-Cuando se habla de canciones sobre el Ávila la más emblemática, en especial para una generación que creció en los ochenta es Cerro Ávila, de Ilan Chester. En su caso también le dedica una canción a este monumento natural de la ciudad de Caracas que ha sido muy buen recibida.
-Empezó por un amigo que es rapero, se llama Trainer. Estaba en mi casa haciendo música y un día me mandó una un mensaje de voz con la idea; apenas lo escuché le dije: “¡Vamos a hacer esto ya!”. Quise que el tema tuviera un toque de cliché, también cómico, tratando de apegarme a lo que yo viví en mi adolescencia.
-¿Y para usted que significa ser venezolano?
-Crecí en una realidad un poco distópica, surrealista. Creo que el venezolano se convirtió en una persona más fuerte. Mis padres son un ejemplo a seguir, me lograron criar y cuidar en una Venezuela llena de adversidades.
-Cambiando un poco de tema, en una entrevista habló sobre su depresión.
-Era una época en que estaba perdido, no sabía qué quería hacer. Pensaba en ese momento que mi mundo se había acabado, cuando en realidad mi vida apenas empezaba. Poco a poco fui entendiéndome, descubriéndome. Hoy estoy haciendo lo que quiero, trabajando por y para mí.
-¿Hasta dónde quiere llegar con su música?
-Hasta donde la música me lleve. Más bien diría la música, la audiencia y el tiempo. Las palabras limitan y creo que uno no debe ponerse límites.
-¿Qué quiere proyectar de Venezuela con su arte?
-El lado de la alegría, la felicidad.
-Para usted la música es…
-Vivir.
-Finalmente, ¿cómo es la ventana por donde mira Alan Wittels?
-Es bonita. Aprendí a sentirme bien, vivir cada día como si fuera el ultimo, vivir en el presente.
@DulceMRamosR
Luego de presentar su primera producción discográfica Me siento bien, en la actualidad Wittels está promocionando su más reciente EP Radio +58 compuesto por cuatro temas: Canción para bailar, Aló, Ávila y Mariposas.
El Universal conversó con el joven artista venezolano. “Toda mi vida sentí amor por la música, a la vez era consciente de que no era un camino fácil. En estos años trabajando en redes sociales, y teniendo una audiencia, me fui descubriendo, creé mi equipo de trabajo y lancé en octubre del año pasado mi primer álbum Me siento bien. En estos meses enfocado aquí en Venezuela y luego de pasar una larga temporada en México, nace el EP Radio +58 y los nuevos temas que lanzaré pronto. Creo que encontré mi sonido”, dice de entrada.
-Llegué a usted gracias al aleatorio de Spotify que lo incluía en una lista de varios artistas en el género tropical–urbano; recuerdo en este momento a Danny Ocean, Kapo y otros más. Si bien es muy joven, logra conectar a través de sus composiciones con cualquier tipo de público sin importar la nacionalidad o la edad.
-Ese ha sido mi objetivo. Yo hago pocas canciones tristes, mi música es alegre porque eso es lo que quiero transmitir. Aunque uno no lo crea, hay personas que necesitan escuchar canciones con un mensaje bonito o que le transmita un momento de felicidad que le puede cambiar el día.
-¿Y cómo es su proceso de creativo?
-Yo trabajo con mis productores Joshua y Keeym. Nos sentamos a escuchar ritmos y así empiezan a fluir las ideas. Nos lo tomamos en serio, pero también lo disfrutamos.
-En su caso, decidió quedarse en Venezuela y seguir haciendo música aquí.
-Hablo desde mi perspectiva, desde mi sentir, cada quien vive una realidad distinta. Yo no me quiero ir de Venezuela; es cierto que con mi trabajo de redes sociales tuve muchas oportunidades, sin embargo era consciente de lo que pasaba en el país. Al igual que muchos, mis amigos se fueron y parte de mi familia vive afuera, mi madre y mi hermano. No digo que mi decisión es la correcta o la mejor, sencillamente, confío en el florecimiento de la industria en el país, sé que no será algo a corto plazo pero quiero aportar mi grano de arena.
-Dice que sus amigos, su madre y su hermano se fueron del país, ¿cómo lo ha manejado?
-Hoy es cumpleaños de mi hermano, está cumpliendo diez años. Los extraño, pero fue la mejor decisión. Mi madre ahora vive en Italia, está feliz, tranquila; hablamos todos los días. Así son los procesos de la vida, no creo que sea necesario estar todos los días con las personas que uno quiere para que se demuestre o se sienta ese amor. Para mí el amor va más allá de la presencia, el amor es compromiso y el respeto.
-Recientemente los artistas venezolanos buscan redescubrir el gentilicio, algo que usted también hace con su EP Radio +58.
-No fue algo pensado, el EP es un poco mostrar quién soy yo y de dónde vengo. Este álbum es más conceptual musicalmente, estoy muy feliz con este trabajo.
-Cuando se habla de canciones sobre el Ávila la más emblemática, en especial para una generación que creció en los ochenta es Cerro Ávila, de Ilan Chester. En su caso también le dedica una canción a este monumento natural de la ciudad de Caracas que ha sido muy buen recibida.
-Empezó por un amigo que es rapero, se llama Trainer. Estaba en mi casa haciendo música y un día me mandó una un mensaje de voz con la idea; apenas lo escuché le dije: “¡Vamos a hacer esto ya!”. Quise que el tema tuviera un toque de cliché, también cómico, tratando de apegarme a lo que yo viví en mi adolescencia.
-¿Y para usted que significa ser venezolano?
-Crecí en una realidad un poco distópica, surrealista. Creo que el venezolano se convirtió en una persona más fuerte. Mis padres son un ejemplo a seguir, me lograron criar y cuidar en una Venezuela llena de adversidades.
-Cambiando un poco de tema, en una entrevista habló sobre su depresión.
-Era una época en que estaba perdido, no sabía qué quería hacer. Pensaba en ese momento que mi mundo se había acabado, cuando en realidad mi vida apenas empezaba. Poco a poco fui entendiéndome, descubriéndome. Hoy estoy haciendo lo que quiero, trabajando por y para mí.
-¿Hasta dónde quiere llegar con su música?
-Hasta donde la música me lleve. Más bien diría la música, la audiencia y el tiempo. Las palabras limitan y creo que uno no debe ponerse límites.
-¿Qué quiere proyectar de Venezuela con su arte?
-El lado de la alegría, la felicidad.
-Para usted la música es…
-Vivir.
-Finalmente, ¿cómo es la ventana por donde mira Alan Wittels?
-Es bonita. Aprendí a sentirme bien, vivir cada día como si fuera el ultimo, vivir en el presente.
@DulceMRamosR
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