Entrevista / Grecia Augusta Rodríguez, actriz
“No he quitado maridos, pero a mí sí me los han quitado”
La intérprete, ganadora del premio Avencrit 2024, protagoniza la obra "¿Qué opina usted de la mujer que le quita el marido a otra?", de Óscar Yanes, que se presenta hasta el 15 de junio en Trasnocho Cultural
A lo largo de su trayectoria como actriz, Grecia Augusta Rodríguez (Caracas, 1987) le ha dado vida a mujeres que hicieron historia como Ella Fitzgerald, Rosa Parks y Juana Sujo, entre otras, e incluso hasta a una imitadora de Iris Chacón, pero no había tocado a su puerta una fémina como la gallega Mari Carmen, protagonista de ¿Qué opina usted de la mujer que le quita el marido a otra?, obra original de Óscar Yanes, basada en hechos verdaderos, que actualmente se presenta en el Espacio Plural de Trasnocho Cultural.
-¿Qué significa para usted interpretar a Mari Carmen?
-Significa un espejo claro de mi propia ingenuidad, de mi noción gentil de la vida, de lo que yo, hasta cierto punto, pude haber fabricado como una cosa ilusoria. Ella se sintió ofendida, vejada, humillada, ignorada por su esposo y su amante. La presión fue tan fuerte que reventaron su estructura emocional y por eso terminó asesinando a la mujer con la que su marido la engañaba. En muchas áreas de mi vida soy inflexible conmigo misma y Mari Carmen me enseñó que esa necesidad de estar bien con todo el mundo y pretender que el sol se puede ocultar con un dedo funciona, a veces, en tu contra y te desfavorece. Eso fue lo que le pasó a ella, asesinó a esa mujer porque no entendió lo que estaba pasando en su matrimonio. Ojo, no la responsabilizo para nada, hablo de la consecuencia de mantenerse callado.
-Es una obra de Óscar Yanes.
-Sí, es la única obra de teatro que escribió Óscar Yanes, en 1986, para su esposa Agustina Martín, dirigida por Javier Vidal y ahora lo hace su hijo Jan. Es una responsabilidad gigante porque, particularmente, siempre he sido partidaria no del nacionalismo panfletario, sino de la conciencia cultural. Yanes escribe el texto de ¿Qué opina usted de la mujer que le quita el marido a otra?, desde la perspectiva de cada una de las personas. Como actriz sentí que él me estaba entrevistando y realmente lo que hace es revisar las respuestas de cada una de las preguntas que él mismo creó. Es una crónica maravillosa porque no hay favoritismos, es ver un artículo siendo escenificado.
-¿Qué significa para usted interpretar a Mari Carmen?
-Significa un espejo claro de mi propia ingenuidad, de mi noción gentil de la vida, de lo que yo, hasta cierto punto, pude haber fabricado como una cosa ilusoria. Ella se sintió ofendida, vejada, humillada, ignorada por su esposo y su amante. La presión fue tan fuerte que reventaron su estructura emocional y por eso terminó asesinando a la mujer con la que su marido la engañaba. En muchas áreas de mi vida soy inflexible conmigo misma y Mari Carmen me enseñó que esa necesidad de estar bien con todo el mundo y pretender que el sol se puede ocultar con un dedo funciona, a veces, en tu contra y te desfavorece. Eso fue lo que le pasó a ella, asesinó a esa mujer porque no entendió lo que estaba pasando en su matrimonio. Ojo, no la responsabilizo para nada, hablo de la consecuencia de mantenerse callado.
-Es una obra de Óscar Yanes.
-Sí, es la única obra de teatro que escribió Óscar Yanes, en 1986, para su esposa Agustina Martín, dirigida por Javier Vidal y ahora lo hace su hijo Jan. Es una responsabilidad gigante porque, particularmente, siempre he sido partidaria no del nacionalismo panfletario, sino de la conciencia cultural. Yanes escribe el texto de ¿Qué opina usted de la mujer que le quita el marido a otra?, desde la perspectiva de cada una de las personas. Como actriz sentí que él me estaba entrevistando y realmente lo que hace es revisar las respuestas de cada una de las preguntas que él mismo creó. Es una crónica maravillosa porque no hay favoritismos, es ver un artículo siendo escenificado.
Del personaje central de ¿Qué opina usted de la mujer que le quita el marido a otra?, afirma Rodríguez: "Es un espejo claro de mi propia ingenuidad" (CORTESÍA)
-No como actriz sino como persona, ¿Qué opina usted de la mujer que le quita el marido a otra?
-Creo que es un acto de deslealtad. Cuando se establecen esos triángulos ya ahí hay una pata coja, la relación está pasando por algo que impide que esa pareja no se comunique o, simplemente, uno de los integrantes de la misma tomó una decisión y el otro no se dio cuenta y lo digo porque lo he experimentado. Nunca le he quitado el marido a otra, sin embargo, a mí sí me los han quitado. Como mujer trato de entender que uno tiene que ver las señales y aprender a escuchar a la vida cuando te dice algo, porque primero es un susurro; luego, una sacudida; un grito y, finalmente, un golpe, y eso es lo que sucedió con Mari Carmen, pero también la amante, Diana, es una mujer que utilizó sus recursos para sobrevivir y fue cruel con ella. Es muy complejo juzgarla.
-Recientemente ganó el premio de la crítica teatral Avencrit. ¿Qué son los reconocimientos para usted?
-Son un reconocimiento puntual a un trabajo que reúne, de alguna manera, muchas convergencias y eso no pasa todo el tiempo. Eso fue precisamente lo que me pasó en la obra Un recuerdo después del Holocausto, con la que gané el Avencrit 2024. Hicimos un grupo sólido y variopinto y eso se nota en escena y la gente lo agradece y también la crítica. Los premios se celebran como un punto maravilloso, como un fuego artificial que brilla con mucho ardid, y luego uno se envuelve en otro proyecto no con los mismos nervios sino con más. Todos los trabajos hay que hacerlos con la misma dignidad y empeño sin esperar nada. El premio verdadero es la confrontación con el público, ahí es donde uno se premia así mismo. Trabajé, hice lo que me tocaba y ahora tengo que hacérselo creer a esta persona que está enfrente de mí.
-¿Tiene algún personaje en el tintero?
-Hay dos personajes maravillosos que me gustaría interpretar: Medea de Eurípides y Teresa Carreño. A los 14 años produje, dirigí y actúe en una versión que hice de Medea, pero a esa edad no podía entender lo que era traicionar a un padre ni tener dos hijos, pero en este momento sería una experiencia increíble. Y bueno, siempre me ha cantado en el oído Teresa Carreño, pero como Dios no le da cacho a burro no lo he hecho todavía aunque soy músico, egresada de la Escuela Nacional Juan Manuel Olivares, cantante lírico y pianista; es decir, entiendo bien el universo de Teresa Carreño, amén de la adoración que le tengo yo a esa mujer como artista y representante del individualismo creativo y de su talante como feminista justa, como una persona que no quiere revancha, sino igualdad de oportunidades, no de derechos.
-¿Cuáles son sus próximos proyectos?
-Hay uno que no puedo develar todavía, pero la campaña publicitaria se está haciendo con mucha cautela; el 25 de julio se estrena y estoy también en El hombre de La Mancha, que será en agosto, un musical espectacular y bellísimo con gente súper talentosa y queridísima. Estoy muy contenta de estos proyectos venideros.
@yolilu
-No como actriz sino como persona, ¿Qué opina usted de la mujer que le quita el marido a otra?
-Creo que es un acto de deslealtad. Cuando se establecen esos triángulos ya ahí hay una pata coja, la relación está pasando por algo que impide que esa pareja no se comunique o, simplemente, uno de los integrantes de la misma tomó una decisión y el otro no se dio cuenta y lo digo porque lo he experimentado. Nunca le he quitado el marido a otra, sin embargo, a mí sí me los han quitado. Como mujer trato de entender que uno tiene que ver las señales y aprender a escuchar a la vida cuando te dice algo, porque primero es un susurro; luego, una sacudida; un grito y, finalmente, un golpe, y eso es lo que sucedió con Mari Carmen, pero también la amante, Diana, es una mujer que utilizó sus recursos para sobrevivir y fue cruel con ella. Es muy complejo juzgarla.
-Recientemente ganó el premio de la crítica teatral Avencrit. ¿Qué son los reconocimientos para usted?
-Son un reconocimiento puntual a un trabajo que reúne, de alguna manera, muchas convergencias y eso no pasa todo el tiempo. Eso fue precisamente lo que me pasó en la obra Un recuerdo después del Holocausto, con la que gané el Avencrit 2024. Hicimos un grupo sólido y variopinto y eso se nota en escena y la gente lo agradece y también la crítica. Los premios se celebran como un punto maravilloso, como un fuego artificial que brilla con mucho ardid, y luego uno se envuelve en otro proyecto no con los mismos nervios sino con más. Todos los trabajos hay que hacerlos con la misma dignidad y empeño sin esperar nada. El premio verdadero es la confrontación con el público, ahí es donde uno se premia así mismo. Trabajé, hice lo que me tocaba y ahora tengo que hacérselo creer a esta persona que está enfrente de mí.
-¿Tiene algún personaje en el tintero?
-Hay dos personajes maravillosos que me gustaría interpretar: Medea de Eurípides y Teresa Carreño. A los 14 años produje, dirigí y actúe en una versión que hice de Medea, pero a esa edad no podía entender lo que era traicionar a un padre ni tener dos hijos, pero en este momento sería una experiencia increíble. Y bueno, siempre me ha cantado en el oído Teresa Carreño, pero como Dios no le da cacho a burro no lo he hecho todavía aunque soy músico, egresada de la Escuela Nacional Juan Manuel Olivares, cantante lírico y pianista; es decir, entiendo bien el universo de Teresa Carreño, amén de la adoración que le tengo yo a esa mujer como artista y representante del individualismo creativo y de su talante como feminista justa, como una persona que no quiere revancha, sino igualdad de oportunidades, no de derechos.
-¿Cuáles son sus próximos proyectos?
-Hay uno que no puedo develar todavía, pero la campaña publicitaria se está haciendo con mucha cautela; el 25 de julio se estrena y estoy también en El hombre de La Mancha, que será en agosto, un musical espectacular y bellísimo con gente súper talentosa y queridísima. Estoy muy contenta de estos proyectos venideros.
@yolilu
Siguenos en
Telegram,
Instagram,
Facebook y
Twitter
para recibir en directo todas nuestras actualizaciones