Espacio publicitario

A CONTROL REMOTO

Y entonces llegó el rock and roll

De cómo en los apacibles años 50 emergió un ritmo que revolucionó para siempre, con su enérgico y fogoso sonido, la música juvenil, dentro y fuera de los Estados Unidos

  • AQUILINO JOSÉ MATA

08/06/2025 01:00 am

Hasta la llegada del rock and roll, la música y el baile en los Estados Unidos estaban delimitados por las diferencias raciales e incluso existían listas de éxitos radiales diferenciadas para cada comunidad y estilo. Mientras los jóvenes blancos bailaban al son de las románticas composiciones de Frank Sinatra, Vic Damone, Tony Bennett y Perry Como, los chicos afroamericanos, mucho más energéticos, danzaban al ritmo de las canciones de Fats Domino, Joe Turner y John Lee Hooker, englobadas en lo que despectivamente se llamaba “race music”, con bases rítmicas fuertes y letras directas, en las que no se andaba con tapujos cuando de aludir al sexo se trataba. El rock and roll nació a principios de los años cincuenta y el que estableció el nombre del nuevo ritmo fue un disc jockey de Cleveland llamado Allan Freed.

Era imposible quedarse inmóvil escuchando el rock and roll: sus fuertes y acentuados golpes casi obligaban a los jóvenes a levantarse y moverse frenéticamente. Poseía un atrevimiento y una energía sexual no vista hasta entonces. La importancia dejó de residir en los pies para trasladarse a los pasos en el aire. Los bailarines se movían de un modo provocador. Las chicas colocaban sus extremidades alrededor de las cinturas de sus parejas o se deslizaban entre sus piernas. Los bailarines danzaban, literalmente, por encima, por debajo y los alrededores de ellas y giraban sus cuerpos por completo. Era sensual, atlético y estimulante. La industria del ocio, al darse cuenta de que el rock and roll era algo más que una moda pasajera, se propuso popularizarla aún más y de esta manera se democratizó el baile, que trascendió las barreras raciales. Películas como Rock Around the Clock, Don’t Not Rock the Rock y The Girl Can’t Help It, todas de 1956, ayudaron a satisfacer el apetito por este ritmo, pero sin ninguna duda la mayor influencia en la difusión de su popularidad fue el programa televisivo de Dick Clark, American Bandstand.

Aquí en Venezuela la fiebre no se hizo esperar y los jóvenes de finales de los años cincuenta, en una Caracas que ya se perfilaba como una moderna y cosmopolita ciudad, alternaban este revolucionario baile con otros muy de moda para la época, como el chachachá, la guaracha y el bolero. Programas como Ritmo y Juventud, que la recién inaugurada Venevisión transmitía los domingos por la tarde ya avanzada la década de los sesenta, era una copia tropicalizada del American Bandstand de Dick Clark, aunque bastante más discreta en lo que a malabarismos danzantes de sus participantes se trataba. Aquí destacaban como animadores los hermanos Franklin y Winston Vallenilla, así como un prometedor talento emergente, recién llegado de su Maracaibo natal, llamado Gilberto Correa. A partir de allí y en otros programas, como Club Musical, en RCTV, y El Club del Clan, en el Canal 8, surgieron los primeros grupos de éxito, como Los Impala, Los Supersónicos, Los Darts, Los Claners y Los 007, entre otros.
@aqulinojmata





Siguenos en Telegram, Instagram, Facebook y Twitter para recibir en directo todas nuestras actualizaciones
-

Espacio publicitario

Espacio publicitario

Espacio publicitario

DESDE TWITTER

EDICIÓN DEL DÍA

Espacio publicitario

Espacio publicitario