Héctor Torres: “El relato de un hecho no lo convierte en un texto literario”
El autor, codirector de la pagina web Ficción Breve, comparte su obra literaria con innovadores proyectos de promoción
“Los últimos veinte o veinticinco años de mi vida los he pasado en una larga relación con el lenguaje. Desde redactar noticias para un desaparecido boletín hasta ser editor de un medio, pasando por escribir en negro, ser corrector, o promotor de concursos y de eventos literarios, hasta hacer guiones de cine o de novelas gráficas. Mi vida ha girado en torno a comunicar y usar la palabra con fines expresivos. Y, con ello, a reflexionar sobre sus posibilidades. Esa ha sido mi fortuna”.
Héctor Torres (Caracas, 1968), escritor, docente y promotor de la literatura venezolana, es autor de una reconocida obra literaria, traducida a varios idiomas, en la que destacan su novela La huella del bisonte (2006), finalista del Premio de Novela Adriano González León, los cuentos El amor en tres platos (2007), El regalo de Pandora (2011), su trilogía de Caracas, y los relatos autobiográficos Presencias extrañas (2021), entre otros.
Además de organizador de diversos concursos literarios, su nombre aparece asociado a importantes proyectos en nuestras letras, como Ficción Breve, espacio pionero en la divulgación de la literatura venezolana en el medio digital, fundado en 1999 con Lennis Rojas con el fin de ofrecer material a investigadores y fortalecer la industria editorial en el país, al que en 2008 se suma, con el apoyo de la Fundación para la Cultura Urbana, el Premio de la Crítica a la Novela del Año.
“En efecto -confiesa-, en paralelo a mi trabajo literario siempre he estado interesado en promocionar la literatura. De hecho, de ahí la creación de Ficción Breve y del Premio de la Crítica a la Novela del Año, que funcionó entre 2008 y 2016. Y también contribuir a ofrecer herramientas expresivas a comunidades vulnerables y/o en proceso de formación”.
“Contar el país desde la mirada del ciudadano común”, fue el objetivo que lo animó a acompañar a la periodista Albor Rodríguez en un proyecto que en nos sorprendió en 2017 por su novedoso estilo para mostrar historias cotidianas del país, conjugando la investigación periodística con los recursos de la literatura: La Vida de Nos.
“Ella me invitó a colaborar en este espacio para mostrar el país a partir de los testimonios de la gente común. Quería desarrollar esa idea con un escritor, para poder alimentar el tono que quería lograr bebiendo de las dos miradas: la del periodista y la del escritor. Y podríamos afirmar que lo logramos, porque La Vida de Nos tiene más de 600 firmas y todas sus más de 800 historias tienen un ‘algo’ que las emparenta. Es decir, logramos establecer un tono de contar nuestra realidad”.
-Es un trabajo que nos lleva a pensar en la llamada literatura de no ficción, que parece estar ganando terreno en las preferencias editoriales. ¿Qué opina de ello?
-Yo no sé si podría secundar esa afirmación. En principio, porque no tengo elementos para ello. Pero también porque cada vez me resulta más difícil establecer diferencias muy férreas entre una cosa y la otra. Creo que no existe tal cosa como ficción pura, porque en principio toda historia se basa en la experiencia humana. No está inventando nada. Pero tampoco podría hablar de no ficción pura, ya que todo está contaminado con nuestras percepciones, que siempre serán subjetivas. En todo caso, creo que lo importante es el resultado. Hay cuentos logrados y cuentos deficientes en eso de convencer al lector de que acepte el universo que le proponemos.
-¿Cuáles son las mayores dificultades al hacer un texto literario del dato real?
-Son muchas, y dependerá mucho de cada autor. En general, lo que hace que un texto sea literario no depende tanto de que cuente algo "real" o inventado, sino en saber darle el tratamiento adecuado, no solo a la historia, sino al lenguaje, para que este adquiera la mayor capacidad posible de significado, más allá del formal. Y, en mi caso, además, está el hecho de que presto más atención al efecto que al apego a los hechos. Un dato real se debe convertir en una representación de la realidad, pero no debe pretender ser la realidad, para que podamos hacer literatura con él. Relatar un hecho no basta para que se produzca un texto literario. Al convertirlo en otra cosa que atienda a la belleza, a la poesía, a la musicalidad, hacemos que entre en el terreno de la literatura.
Responsable de diversos talleres literarios, el más reciente en la II Feria de Editoriales Independientes de Venezuela, desde 2022 pertenece al colectivo Ida y Vuelta, grupo de creadores e investigadores sociales dirigido por el psicólogo y escritor Manuel Llorens, dedicados a ofrecer herramientas creativas y de reflexión sobre los procesos de resiliencia en comunidades vulnerables, como Petare o la Coa 905.
“Ver esos rostros interesados, sintiendo pasión por esos temas, siempre llena de esperanza sobre el país del futuro. Uno está trabajando para la Venezuela del futuro. Un futuro que uno no verá en toda su dimensión, pero sí puede contribuir a que siga haciéndose”, afirma.
Junto a sus proyectos personales de escritura, como la preproducción de un corto escrito y dirigido por él, y la publicación de un libro de cuentos con su editorial PuntoCero, Torres trabaja desde diciembre pasado con Lennis Rojas en la reactivación de Ficción Breve, para hacer de ese sitio el archivo digital de la narrativa venezolana.
“Eso nos parece muy importante en tiempos en que no solo la industria editorial comienza a recuperarse tímidamente de la devastación sufrida, sino que además nuestra narrativa en este momento se está haciendo en cientos de lugares, tanto dentro como fuera del país, por lo que nos parece importante tener un espacio que congregue a todas esas voces, a fin de facilitar el poder dimensionar su crecimiento”, concluye.
@weykapu
Héctor Torres (Caracas, 1968), escritor, docente y promotor de la literatura venezolana, es autor de una reconocida obra literaria, traducida a varios idiomas, en la que destacan su novela La huella del bisonte (2006), finalista del Premio de Novela Adriano González León, los cuentos El amor en tres platos (2007), El regalo de Pandora (2011), su trilogía de Caracas, y los relatos autobiográficos Presencias extrañas (2021), entre otros.
Además de organizador de diversos concursos literarios, su nombre aparece asociado a importantes proyectos en nuestras letras, como Ficción Breve, espacio pionero en la divulgación de la literatura venezolana en el medio digital, fundado en 1999 con Lennis Rojas con el fin de ofrecer material a investigadores y fortalecer la industria editorial en el país, al que en 2008 se suma, con el apoyo de la Fundación para la Cultura Urbana, el Premio de la Crítica a la Novela del Año.
“En efecto -confiesa-, en paralelo a mi trabajo literario siempre he estado interesado en promocionar la literatura. De hecho, de ahí la creación de Ficción Breve y del Premio de la Crítica a la Novela del Año, que funcionó entre 2008 y 2016. Y también contribuir a ofrecer herramientas expresivas a comunidades vulnerables y/o en proceso de formación”.
“Contar el país desde la mirada del ciudadano común”, fue el objetivo que lo animó a acompañar a la periodista Albor Rodríguez en un proyecto que en nos sorprendió en 2017 por su novedoso estilo para mostrar historias cotidianas del país, conjugando la investigación periodística con los recursos de la literatura: La Vida de Nos.
“Ella me invitó a colaborar en este espacio para mostrar el país a partir de los testimonios de la gente común. Quería desarrollar esa idea con un escritor, para poder alimentar el tono que quería lograr bebiendo de las dos miradas: la del periodista y la del escritor. Y podríamos afirmar que lo logramos, porque La Vida de Nos tiene más de 600 firmas y todas sus más de 800 historias tienen un ‘algo’ que las emparenta. Es decir, logramos establecer un tono de contar nuestra realidad”.
-Es un trabajo que nos lleva a pensar en la llamada literatura de no ficción, que parece estar ganando terreno en las preferencias editoriales. ¿Qué opina de ello?
-Yo no sé si podría secundar esa afirmación. En principio, porque no tengo elementos para ello. Pero también porque cada vez me resulta más difícil establecer diferencias muy férreas entre una cosa y la otra. Creo que no existe tal cosa como ficción pura, porque en principio toda historia se basa en la experiencia humana. No está inventando nada. Pero tampoco podría hablar de no ficción pura, ya que todo está contaminado con nuestras percepciones, que siempre serán subjetivas. En todo caso, creo que lo importante es el resultado. Hay cuentos logrados y cuentos deficientes en eso de convencer al lector de que acepte el universo que le proponemos.
-¿Cuáles son las mayores dificultades al hacer un texto literario del dato real?
-Son muchas, y dependerá mucho de cada autor. En general, lo que hace que un texto sea literario no depende tanto de que cuente algo "real" o inventado, sino en saber darle el tratamiento adecuado, no solo a la historia, sino al lenguaje, para que este adquiera la mayor capacidad posible de significado, más allá del formal. Y, en mi caso, además, está el hecho de que presto más atención al efecto que al apego a los hechos. Un dato real se debe convertir en una representación de la realidad, pero no debe pretender ser la realidad, para que podamos hacer literatura con él. Relatar un hecho no basta para que se produzca un texto literario. Al convertirlo en otra cosa que atienda a la belleza, a la poesía, a la musicalidad, hacemos que entre en el terreno de la literatura.
Responsable de diversos talleres literarios, el más reciente en la II Feria de Editoriales Independientes de Venezuela, desde 2022 pertenece al colectivo Ida y Vuelta, grupo de creadores e investigadores sociales dirigido por el psicólogo y escritor Manuel Llorens, dedicados a ofrecer herramientas creativas y de reflexión sobre los procesos de resiliencia en comunidades vulnerables, como Petare o la Coa 905.
“Ver esos rostros interesados, sintiendo pasión por esos temas, siempre llena de esperanza sobre el país del futuro. Uno está trabajando para la Venezuela del futuro. Un futuro que uno no verá en toda su dimensión, pero sí puede contribuir a que siga haciéndose”, afirma.
Junto a sus proyectos personales de escritura, como la preproducción de un corto escrito y dirigido por él, y la publicación de un libro de cuentos con su editorial PuntoCero, Torres trabaja desde diciembre pasado con Lennis Rojas en la reactivación de Ficción Breve, para hacer de ese sitio el archivo digital de la narrativa venezolana.
“Eso nos parece muy importante en tiempos en que no solo la industria editorial comienza a recuperarse tímidamente de la devastación sufrida, sino que además nuestra narrativa en este momento se está haciendo en cientos de lugares, tanto dentro como fuera del país, por lo que nos parece importante tener un espacio que congregue a todas esas voces, a fin de facilitar el poder dimensionar su crecimiento”, concluye.
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