Galería neoyorquina expone obras de Armando Reverón
“Armando Reverón: Prisoner of the Air” es el título de la muestra que hasta el 31 de mayo se presenta en la galería Andrew Edlin
A pocos días de celebrarse los 136 años del nacimiento de Armando Reverón, fecha en la que también se celebra en Venezuela el Día del Artista Plástico, el pinto de la luz, el pintor de Macuto, el hombre del Castillete, regresa al foco internacional con la exposición Armando Reverón: Prisoner of the Air (Armando Reverón: Prisionero del aire) que hasta el 31 de mayo se presenta en la galería Andrew Edlin, ubicada en 212 Bowery, New York, NY 10012.
Han pasado 18 años desde que el Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA) ofreciera al público la primera exposición individual del artista venezolano en Estados Unidos. La que se realiza ahora en la Andrew Edlin reúne 18 pinturas y dibujos realizados por Reverón entre 1920 y 1954 y que muestran su exploración magistral de la luz, el medio y la austera belleza de sus paisajes monocromáticos.

Han pasado 18 años desde que el Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA) ofreciera al público la primera exposición individual del artista venezolano en Estados Unidos. La que se realiza ahora en la Andrew Edlin reúne 18 pinturas y dibujos realizados por Reverón entre 1920 y 1954 y que muestran su exploración magistral de la luz, el medio y la austera belleza de sus paisajes monocromáticos.

Autorretrato con pumpá (1947) forma parte de las obras exhibidas en Andrew Edlin (CORTESÍA GALERÍA ANDREW EDLIN)
Las primeras obras de Reverón, como La cueva (1920), reflejan una atmósfera casi mística, influenciada por artistas franceses postimpresionistas y nabis como Édouard Vuillard y Pierre Bonnard. Como señala el doctor Mateus Nunes, nuevo curador del Museo de Sao Paulo: “Reverón impacta en la esencia de las condiciones del arte moderno» al redefinir la representación visual. Con el tiempo, esta influencia se transformó bajo la luz tropical de Venezuela, dando lugar a los etéreos y monocromáticos paisajes blancos por los que es más conocido”.
En 1921, en medio de la agitación política de Caracas, Reverón buscó refugio en el pueblo costero de Macuto con su pareja de toda la vida, Juanita Ríos. Allí, en su choza autoconstruida, El Castillete, Reverón abrazó la austeridad de los materiales, creando impactantes pinturas blancas que capturaban la deslumbrante luz caribeña. Este período marcó un cambio profundo en su obra, donde la ausencia de color se convirtió en un medio en sí mismo, permitiendo que la luz y la sombra danzaran sobre el lienzo crudo. El enfoque cíclico de Reverón culminó en la década de 1940 con un regreso a los paisajes, ejemplificado por Litoral guaireño (La Guaira's Coastline, 1943), donde la sombra y la luz interactúan con una mayor sensibilidad.

Armando Reverón: Prisionero del aire ha sido posible gracias al apoyo de particulares y coleccionistas privados (CORTESÍA GALERÍA ANDREW EDLIN)
Las primeras obras de Reverón, como La cueva (1920), reflejan una atmósfera casi mística, influenciada por artistas franceses postimpresionistas y nabis como Édouard Vuillard y Pierre Bonnard. Como señala el doctor Mateus Nunes, nuevo curador del Museo de Sao Paulo: “Reverón impacta en la esencia de las condiciones del arte moderno» al redefinir la representación visual. Con el tiempo, esta influencia se transformó bajo la luz tropical de Venezuela, dando lugar a los etéreos y monocromáticos paisajes blancos por los que es más conocido”.
En 1921, en medio de la agitación política de Caracas, Reverón buscó refugio en el pueblo costero de Macuto con su pareja de toda la vida, Juanita Ríos. Allí, en su choza autoconstruida, El Castillete, Reverón abrazó la austeridad de los materiales, creando impactantes pinturas blancas que capturaban la deslumbrante luz caribeña. Este período marcó un cambio profundo en su obra, donde la ausencia de color se convirtió en un medio en sí mismo, permitiendo que la luz y la sombra danzaran sobre el lienzo crudo. El enfoque cíclico de Reverón culminó en la década de 1940 con un regreso a los paisajes, ejemplificado por Litoral guaireño (La Guaira's Coastline, 1943), donde la sombra y la luz interactúan con una mayor sensibilidad.

Armando Reverón: Prisionero del aire ha sido posible gracias al apoyo de particulares y coleccionistas privados (CORTESÍA GALERÍA ANDREW EDLIN)
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