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Julio Andrade: "Nos hemos tenido que abrir nuevos mercados en el mundo"

Aunque está en Miami desde 2012, Julio Andrade no pierde contacto con el país como integrante de "Bacalao Men"

  • MARITZA JIMÉNEZ

12/09/2018 01:00 am

Si algo llama la atención acerca del creciente número de músicos venezolanos que salen del país en búsqueda de una mejor calidad de vida, es que ninguno está dispuesto a perder los lazos con sus raíces.

Tal es el caso del saxofonista Julio Andrade, quien en 2012 se fue a Miami y desde 2015 forma parte de la banda que acompaña las giras de Franco de Vita, entre ellas Libre Tour 2017, que recorre 40 ciudades de tres continentes.

Al mismo tiempo, Andrade toca con The Miami Big Sound Orchestra Big Band, dirigida por Pete Francis, y en Raíces Big Band, de Pablo Gil, y es uno de los integrantes de Bacalao Men.

"La banda se formó en 1998, pero yo ingresé a ella a mediados de 2005 y se ha convertido en uno de mis proyectos favoritos, porque tiene una mezcla de cosas que a mí particularmente me gustan mucho. Está residenciada en Miami desde 2012, y actualmente la integran Pablo Estacio (voz líder y bajo); Germán Quintero (batería y voz); Luis González (guitarra y voz); Rolando González (percusión, voz y electrónica) y este servidor (saxofón y voz).

Este año, recuerda, la agrupación sacó al mercado su más reciente producción discográfica, Sangre, con Horacio Blanco (Desorden Público) y la mexicana Brigitte Kali, como invitados. "Es un disco en el que mantenemos la esencia del sonido de Bacalao Men, pero nos atrevemos a experimentar con ritmos como la cumbia y el rock steady, songo, bugalú, bolero y rock& roll.

Por otra parte, Andrade se presenta en Visa para un sueño, el musical escrito y protagonizado por Raúl González, que tiene lugar en el Miracle Theatre de Coral Gables hasta mediados de este mes.

"La obra habla de las vicisitudes de los inmigrantes en Estados Unidos, aunque puede ser en cualquier parte del mundo, y los anhelos, expectativas, virtudes, defectos y prejuicios que tenemos los latinoamericanos cuando nos hacemos inmigrantes.

En ese sentido, opina que "Venezuela siempre ha sido un país muy generoso, donde a pesar de todos los problemas, los músicos, tanto los venezolanos como los que han llegado a vivir aquí, han podido tocar, aprender y vivir de hacer música. Eso no es tan fácil de lograr en otro lado", sostiene, añadiendo:  

-Digamos que ahora nos tocó a nosotros pasar por ese trance, cuando lo común era que fuéramos nosotros quienes recibíamos a músicos de otros lados. A manera de ejemplo, cita: "la mayoría de los integrantes de la Sinfónica Simón Bolívar están regados por todo el mundo, a pesar de que hay otra generación más joven que se ha venido formando dentro de ella. La Movida Acústica Urbana (MAU), que era una propuesta tan interesante, desapareció. Los integrantes de C4 Trío están en Estados Unidos, Desorden Público y Rawayana tienen un pie en Venezuela y otro afuera. Nosotros mismos, en Bacalao Men, estamos trabajando desde 2012 fuera de Venezuela".

Pero el éxodo, opina, no ha sido del todo malo. "Nos hemos tenido que abrir mercados nuevos en el mundo, y la gente ha comenzado a apreciar nuestra música en cualquier género".

Por eso, su mirada al futuro es de confianza: "En Venezuela pasan y siguen pasando cosas; quizás no como antes, pero tengo la esperanza de que podremos salir adelante".
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