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Martin Hahn: “Para mí es importante que mis personajes tengan mi ética”

El escritor, dramaturgo, director y docente dicta un taller de Construcción de Personajes para Series de Ficción en el CVA Las Mercedes

  • JUAN ANTONIO GONZÁLEZ

09/03/2025 01:00 am

En el ámbito académico, el personaje “es el ente que organiza el relato”. Es la definición que adelanta el escritor y guionista Martin Hahn (Barinas, 1964), quien desde ayer y durante todos los sábados que quedan de marzo -15, 22 y 29-, dicta en la Sala Margot Boulton de Bottome, del CVA Las Mercedes, el taller Construcción de Personajes para Series de Ficción, organizado a través de una alianza entre el Centro Venezolano Americano y la Fundación Isaac Chocrón.

Pero tan pronto como el autor de dramáticos que integran a sus tramas los códigos del thriller, el suspenso y el terror -Estrambótica Anastasia (2004), La viuda joven (2011) y La mujer de Judas (2012)-, ahonda con sus reflexiones en esa criatura inventada, pero unida por un cordón umbilical a la realidad, la definición inicial se queda corta.

“El personaje es quien ejecuta una acción que va en un gran arco donde este se encuentra con una cantidad de dificultades que debe vencer para llegar a una meta, que es lo que él quiere. Esos obstáculos, básicamente, se los pone un antagonista… como es la vida: uno lucha y lucha y lucha por lo que quiere”, dice Hahn, Magister en Teatro Latinoamericano, graduado en la UCV, donde ejerce la docencia.

-En su caso, ¿qué surge primero: la historia o el personaje?
-El personaje, porque este me inspira en el sentido que me hace preguntarme: ¿qué puedo hacer contigo?, ¿para dónde irá este personaje?, ¿cómo lo puedo explotar? Si el personaje no me enamora, no creo que me sienta motivado para hacer una historia. Para mí es fundamental tener un buen personaje, bien construido, con las tres caras que debe tener un personaje, las tres dimensiones bien organizadas, bien pintadas, para poder tener una gran historia.

-¿Los personajes siempre tienen algo de quien los crea?
-Absolutamente. Creamos desde nuestra propia experiencia, creamos dependiendo de nuestros recuerdos, de lo que hemos estudiado, leído, visto en cualquier parte o de los cuentos que nos han echado. Todo eso forma parte de nosotros. La gente piensa que cuando uno escribe un personaje como Altagracia del Toro -la asesina de La mujer de Judas-, uno tiene alguna tara mental. Yo recuerdo que a mi hermana una amiga le preguntó, cuando La mujer de Judas estaba al aire: “¿A ti no te da miedo vivir con él?”. Eso es así, la gente piensa de verdad que yo puedo hacer y escribir asesinos porque en alguna parte de mí soy un asesino o tengo ganas de asesinar a alguien. Uno hace personajes de ficción, si fuese como muchos piensan uno no podría escribir distintos tipos de personajes. No pudiera escribir un trans, la historia de una líder política…

-¿Qué actitudes se requieren para construir un buen personaje?
-Sinceridad, honestidad y ética. Cuando creas un personaje, necesitas decir algo a través de él, y para que ese algo que quieres decir, sea lo que sea, resulte honesto, tienes que dar eso, ponerlo allí, no mentir, pues ahí es donde quedan los personajes falsos, porque no son honestos. Para mí es importante que mis personajes tengan mi ética, que el escritor tenga ética. Es verdad, hay personajes que no tienen ética, los villanos por ejemplo, pero es el escritor el que debe tener ética. Los escritores transgreden, de una forma incluso violenta, líneas de moral, pero yo no, no porque me quiera poner de moralista, sino porque hay un compromiso, hay gente a la que uno tiene que respetar, no puedes violentar al público simplemente porque quieras tener rating, no puedes violentar a la gente que va al teatro simplemente porque quieres que salgan impactados de la función, impáctalos con tu historia, con una historia que les llegue al corazón, impáctalos como lo han hecho los grandes dramaturgos: con buenos personajes.

-¿Se puede crear un personaje al mismo tiempo que se le juzga?
-Claro que sí. Cuando creas un personaje le ves errores, aciertos, lo juzgas; muchas veces he juzgado a un personaje, y digo: “Este tipo es un idiota, no hace nada, no tiene pantalones”, pero ese personaje debe tomar las riendas y entonces trato, dentro de la coherencia y la consistencia, de corregirlo, darle una vuelta verosímil para que tome nuevos rumbos, porque así como yo los juzgo, los juzga el público, de la misma manera o, quizás, más cruel.

-Usted ha creado personajes que accionan más desde el ámbito del mal que del bien. ¿Esa elección entraña su posición frente a la sociedad?
-No, necesariamente. Creo personajes así, digamos malos y más que malos, que tienen en su mente y en su corazón grandes contradicciones, conflictos; son personajes con mucha amargura, rabia. Eso me gusta porque los hace actuar de una forma miserable. Yo tuve una tía que sufría de artritis, fue deformándose poco a poco; era profesional, una mujer muy inteligente, próspera, pero era sumamente malvada, hacía cosas terribles, a la familia y a la gente, nadie quería estar cerca de ella, ningún hombre la quiso, y era porque ella odiaba al mundo porque nació enferma. Eso es un gran personaje. ¿Tú sabes lo que es que puedas interpretar el personaje de una mujer que se odia a sí misma porque nació enferma y que odia al resto del mundo porque lo considera culpable de lo que a ella le pasa? Eso es sumamente interesante como para un personaje, pero no es el reflejo de mi actitud hacia la sociedad. Si quiero hablar sobre los aspectos de la sociedad que me molestan, lo diría directamente en boca de un personaje, obviamente.
@juanchi62




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