Liz: “Quiero hacer un disco y postularme a un Grammy”
La cantante venezolana quiere retomar con fuerza su carrera el próximo año. Recientemente se presentó en Colombia
El merengue fue un ritmo que cautivó a Venezuela en los años ochenta y noventa, en las fiestas no podían faltar las canciones de Wilfrido Vargas, Las Chicas del Can o Juan Luis Guerra. Fue tal el impacto que varias orquestas y cantantes hicieron suyo este ritmo. Una de esas artistas fue Liz, quien desde muy joven empezó en las agrupaciones Los Solistas y La Inmensa hasta que en 1990 llegó a Los Melódicos, ganándose al público con su peculiar estilo al cantar en canciones que son hoy clásicos: Diávolo, Mi corazón, Zúmbalo.
Después de seis años en las filas de Los Melódicos, Liz inició su carrera como solista; hasta la fecha ha grabado tres discos: Corazón vacante (2000), Aquí esperándote (2005) y Lo mejor de mí (2011), destacándose junto a Milly Quezada, Miriam Cruz y Olga Tañón como una de las grandes exponentes femeninas del merengue. Si bien su carrera ha estado en pausa por aspectos personales, la cantante venezolana quiere retomar la música con fuerza y grabar una producción que la lleve a una nominación al Grammy, sueño que espera alcanzar; además de reafirmar a la industria que el merengue sigue vigente: “Una vez el maestro Wilfrido Vargas dijo que el merengue es un género que nació para quedarse. Pertenece no solo a Repúblico Dominicana, es parte de Latinoamérica y el Caribe al igual que la salsa”, dice.
-Cuando uno revisa los videos de los inicios de su carrera, era apenas una adolescente.
-Sí. Pienso en todo lo que he hecho y no me arrepiento de nada. Siempre digo que si existiera la reencarnación haría exactamente lo mismo. A mí me gustaba, me llenaba tanto cantar, por eso dediqué mi vida a la música.
-¿Vio o vivió momentos incomodos en esos años?
-Claro, vi muchas cosas, pero siempre el maestro Capriles y mis compañeros de la orquesta me protegieron. Vi drogas, cosas pervertidas, pero definidamente la formación en valores que me dieron en casa fueron vitales para protegerme.
-Entiendo que su padre no quería que se dedicara a la música, precisamente por ese ambiente.
-Sí, a mi padre le daba miedo, y ahora lo comprendo, no era fácil dejar a tu hija en un ambiente donde había puros hombres. Sin embargo, él entendió que cantar era lo que me gustaba.
-Si algo caracterizó a Los Melódicos fue ser una escuela de la que surgieron grandes artistas que realizaron una exitosa carrera como solistas, en especial las voces féminas.
-Ese era el gran secreto del maestro Renato Capriles, que las cantantes de Los Melódicos no se parecieran a las otras, aunque interpretáramos los mismos temas. En la orquesta me permitieron buscar mi estilo: ser sexy, pero no vulgar, de ahí que siempre me caractericé por mi forma de cantar, mi cabello largo, mis botas y faldas o shorts cortos.
-¿La imagen de una cantante sexy la afectó?
-No, en lo absoluto. Siempre me supe manejar en ese sentido. Yo canto mis canciones sensualmente, pero no soy un objeto sexual. Una vez al maestro Capriles lo llamó una revista para que yo posara desnuda, él me preguntó y lo consultamos con mis padres, no hice esa portada porque no era la imagen que quería vender, yo soy cantante.
-¿Qué aprendizaje le dejó su paso por Los Melódicos?
-A valorar el presente porque la vida pasa muy rápido. También a respetar el público no solo a la hora de cantar en un escenario o tomarte una foto; también en tu presentación, verte bonita, y tus acciones porque soy una artista, de alguna manera soy un ejemplo, hay muchas niñas que me siguen.
-Lamentablemente en esos años con la orquesta y después cuando inició su carrera de solista, la prensa la puso a competir con sus colegas.
-Sí, la farándula jugó mucho con cosas. Pero ya en estos momentos no vale la pena, hoy si me encuentro con mis colegas las admiro, me encantan sus canciones, nunca las vi como competencia; de hecho cuando me toca compartir tarima con Karolina con K o Marianella ha sido divino, sin complejos, ayudándonos en lo que podamos. A estas alturas de mi vida la competencia es conmigo misma.
-Su vida personal la alejó de los escenarios, sin embargo ha vuelto a grabar las canciones que la hicieron famosa y temas nuevos.
-Yo no me puedo quedar solo con el catálogo, no estoy en contra de los covers, pero quiero que la gente escuche música nueva. El reguetón por ejemplo, cada semana lanza temas, en cambio el merengue no ha sabido adaptarse a los cambios de la industria. Quiero hacer un disco y postularme a un Grammy, estoy trabajando para eso.
-Ha sufrido grandes pérdidas: sus padres, su esposo, sus hermanas.
-Ha sido muy fuerte. He aprendido a ser resiliente. Así es la vida, recuerdo que cuando mi padre murió yo tenía que cantar esa noche. A mí me sana mucho la música, es la única medicina que me cura el alma. Lo digo de corazón: subirme a la tarima a cantarle a mi gente me ha salvado. Todos tenemos pérdidas, hemos vivido cosas fuertes, no puedes echarte a morir, toca levantarte, la vida continua.
-Nunca sintió que su carrera le quitó algo de su vida familiar.
-Nada, mi carrera me ha dado cosas hermosas. El don más grande que Dios me dio ha sido cantar.
-Hoy las mujeres en su edad madura tienen una imagen muy distinta a sus abuelas o madres; usted ha sido criticada por ello.
-Yo quiero verme bien a mi edad en todos los sentidos. Me cuido mucho, hago ejercicios, como bien, duermo lo necesario. Tengo una vida tranquila, con mucha paz espiritual.
-Quiere ser recordada…
-Como una mujer que le dio su vida a la música, auténtica, sencilla, bondadosa.
-¿Cree que las jóvenes artistas tienen más oportunidades hoy que en su época?
-Siento que es igual, es una carrera muy fuerte, cuesta ser artista y que te reconozcan. Yo tengo treinta y cuatro años de carrera, y aun así, tengo que seguir demostrando que sí canto.
-Y finalmente, ¿cómo es la ventana por donde mira Liz?
-Quiero creer que existe gente buena. Dios nos regaló la vida para amarla, respetarla, a pesar de la descomposición social.
@DulceMRamosR
Después de seis años en las filas de Los Melódicos, Liz inició su carrera como solista; hasta la fecha ha grabado tres discos: Corazón vacante (2000), Aquí esperándote (2005) y Lo mejor de mí (2011), destacándose junto a Milly Quezada, Miriam Cruz y Olga Tañón como una de las grandes exponentes femeninas del merengue. Si bien su carrera ha estado en pausa por aspectos personales, la cantante venezolana quiere retomar la música con fuerza y grabar una producción que la lleve a una nominación al Grammy, sueño que espera alcanzar; además de reafirmar a la industria que el merengue sigue vigente: “Una vez el maestro Wilfrido Vargas dijo que el merengue es un género que nació para quedarse. Pertenece no solo a Repúblico Dominicana, es parte de Latinoamérica y el Caribe al igual que la salsa”, dice.
-Cuando uno revisa los videos de los inicios de su carrera, era apenas una adolescente.
-Sí. Pienso en todo lo que he hecho y no me arrepiento de nada. Siempre digo que si existiera la reencarnación haría exactamente lo mismo. A mí me gustaba, me llenaba tanto cantar, por eso dediqué mi vida a la música.
-¿Vio o vivió momentos incomodos en esos años?
-Claro, vi muchas cosas, pero siempre el maestro Capriles y mis compañeros de la orquesta me protegieron. Vi drogas, cosas pervertidas, pero definidamente la formación en valores que me dieron en casa fueron vitales para protegerme.
-Entiendo que su padre no quería que se dedicara a la música, precisamente por ese ambiente.
-Sí, a mi padre le daba miedo, y ahora lo comprendo, no era fácil dejar a tu hija en un ambiente donde había puros hombres. Sin embargo, él entendió que cantar era lo que me gustaba.
-Si algo caracterizó a Los Melódicos fue ser una escuela de la que surgieron grandes artistas que realizaron una exitosa carrera como solistas, en especial las voces féminas.
-Ese era el gran secreto del maestro Renato Capriles, que las cantantes de Los Melódicos no se parecieran a las otras, aunque interpretáramos los mismos temas. En la orquesta me permitieron buscar mi estilo: ser sexy, pero no vulgar, de ahí que siempre me caractericé por mi forma de cantar, mi cabello largo, mis botas y faldas o shorts cortos.
-¿La imagen de una cantante sexy la afectó?
-No, en lo absoluto. Siempre me supe manejar en ese sentido. Yo canto mis canciones sensualmente, pero no soy un objeto sexual. Una vez al maestro Capriles lo llamó una revista para que yo posara desnuda, él me preguntó y lo consultamos con mis padres, no hice esa portada porque no era la imagen que quería vender, yo soy cantante.
-¿Qué aprendizaje le dejó su paso por Los Melódicos?
-A valorar el presente porque la vida pasa muy rápido. También a respetar el público no solo a la hora de cantar en un escenario o tomarte una foto; también en tu presentación, verte bonita, y tus acciones porque soy una artista, de alguna manera soy un ejemplo, hay muchas niñas que me siguen.
-Lamentablemente en esos años con la orquesta y después cuando inició su carrera de solista, la prensa la puso a competir con sus colegas.
-Sí, la farándula jugó mucho con cosas. Pero ya en estos momentos no vale la pena, hoy si me encuentro con mis colegas las admiro, me encantan sus canciones, nunca las vi como competencia; de hecho cuando me toca compartir tarima con Karolina con K o Marianella ha sido divino, sin complejos, ayudándonos en lo que podamos. A estas alturas de mi vida la competencia es conmigo misma.
-Su vida personal la alejó de los escenarios, sin embargo ha vuelto a grabar las canciones que la hicieron famosa y temas nuevos.
-Yo no me puedo quedar solo con el catálogo, no estoy en contra de los covers, pero quiero que la gente escuche música nueva. El reguetón por ejemplo, cada semana lanza temas, en cambio el merengue no ha sabido adaptarse a los cambios de la industria. Quiero hacer un disco y postularme a un Grammy, estoy trabajando para eso.
-Ha sufrido grandes pérdidas: sus padres, su esposo, sus hermanas.
-Ha sido muy fuerte. He aprendido a ser resiliente. Así es la vida, recuerdo que cuando mi padre murió yo tenía que cantar esa noche. A mí me sana mucho la música, es la única medicina que me cura el alma. Lo digo de corazón: subirme a la tarima a cantarle a mi gente me ha salvado. Todos tenemos pérdidas, hemos vivido cosas fuertes, no puedes echarte a morir, toca levantarte, la vida continua.
-Nunca sintió que su carrera le quitó algo de su vida familiar.
-Nada, mi carrera me ha dado cosas hermosas. El don más grande que Dios me dio ha sido cantar.
-Hoy las mujeres en su edad madura tienen una imagen muy distinta a sus abuelas o madres; usted ha sido criticada por ello.
-Yo quiero verme bien a mi edad en todos los sentidos. Me cuido mucho, hago ejercicios, como bien, duermo lo necesario. Tengo una vida tranquila, con mucha paz espiritual.
-Quiere ser recordada…
-Como una mujer que le dio su vida a la música, auténtica, sencilla, bondadosa.
-¿Cree que las jóvenes artistas tienen más oportunidades hoy que en su época?
-Siento que es igual, es una carrera muy fuerte, cuesta ser artista y que te reconozcan. Yo tengo treinta y cuatro años de carrera, y aun así, tengo que seguir demostrando que sí canto.
-Y finalmente, ¿cómo es la ventana por donde mira Liz?
-Quiero creer que existe gente buena. Dios nos regaló la vida para amarla, respetarla, a pesar de la descomposición social.
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