Marcelino Bisbal: “Feria del Libro del Oeste de Caracas es un acto de resistencia cívica”
El comunicador social y académico venezolano es miembro del comité organizador de la FLOC, que se realizará en los espacios de la UCAB del 25 al 30 de noviembre; como tal defiende su impacto cultural
Del 25 al 30 de noviembre se realizará en la Universidad Católica Andrés Bello la novena edición de la Feria del Libro del Oeste de Caracas (FLOC), con una amplia programación que incluirá más de 100 actividades de diverso género que vincularán, además de la UCAB, a otras instituciones de educación superior de la ciudad; contará con alrededor de 30 expositores, entre editoriales y vendedores de libros; quince bautizos de libros; tendrá a Polonia como país invitado; presentaciones de baile, yoga y cine de India; charlas y conferencias como la que ofrecerá el historiador, filósofo y profesor universitario español Javier Moscoso sobre su libro Historia del columpio, y la entrega de la Orden UCAB a Virginia Betancourt (fundadora del Banco del Libro y del Sistema Nacional de Bibliotecas Públicas); el cardenal Baltazar Porras (ex arzobispo de Mérida y de Caracas), y el artista visual Jacobo Borges… Ricardo Ramírez Requena, director de La Poeteca, será el pregonero de la feria.
La oferta es tan amplia que un párrafo no alcanza para detallarla, así que se recomienda consultarla a través de las cuentas en redes sociales: @enlaucab y @abediciones.ucab.
Mientras, el comunicador social y académico venezolano Marcelino Bisbal, miembro del comité organizador de la FLOC y director de la editorial abediciones (de la UCAB), responde a las preguntas que desde El Universal se le envían con la plena consciencia de la permanente urgencia de respuestas que el periodismo anhela.
-La FLOC llega a su novena edición en un país donde los proyectos culturales, por lo general, tienen una vida efímera. ¿Cuál ha sido la clave de la permanencia de la feria?
-Llegó el momento. La Universidad Católica Andrés Bello no es solo un espacio para la formación en sus aulas o para la investigación en sus centros e institutos de investigación, es también un espacio para la fiesta de lectores y de libros, de espectadores e internautas, de cinéfilos y videófilos, de teatreros y de audiencias, de personajes y de consumidores, de asombros y de ciudadanos. Hasta los niños tienen participación en lo que hemos llamado la FLOC Infantil que se lleva a cabo el último día de la feria. Por eso hemos definido a la FLOC UCAB como una “ventana cultural”.
“Desde esa significación que nos define -prosigue- podemos apuntar que, sin equivocarnos porque así ha sido desde que en el año 2016 le dimos vida a la Feria del Libro del Oeste de Caracas, la clave de la permanencia en el tiempo es, por un lado, ‘tozudez cultural’ y por el otro, porque en el país que tenemos se trata de un acto de resistencia cívica. Ante los problemas que aquejan al país no podemos cruzarnos de brazos, se trata de contribuir desde nuestro espacio al desarrollo de un mejor país, de un mejor ciudadano… y esto pasa por la cultura”.
La oferta es tan amplia que un párrafo no alcanza para detallarla, así que se recomienda consultarla a través de las cuentas en redes sociales: @enlaucab y @abediciones.ucab.
Mientras, el comunicador social y académico venezolano Marcelino Bisbal, miembro del comité organizador de la FLOC y director de la editorial abediciones (de la UCAB), responde a las preguntas que desde El Universal se le envían con la plena consciencia de la permanente urgencia de respuestas que el periodismo anhela.
-La FLOC llega a su novena edición en un país donde los proyectos culturales, por lo general, tienen una vida efímera. ¿Cuál ha sido la clave de la permanencia de la feria?
-Llegó el momento. La Universidad Católica Andrés Bello no es solo un espacio para la formación en sus aulas o para la investigación en sus centros e institutos de investigación, es también un espacio para la fiesta de lectores y de libros, de espectadores e internautas, de cinéfilos y videófilos, de teatreros y de audiencias, de personajes y de consumidores, de asombros y de ciudadanos. Hasta los niños tienen participación en lo que hemos llamado la FLOC Infantil que se lleva a cabo el último día de la feria. Por eso hemos definido a la FLOC UCAB como una “ventana cultural”.
“Desde esa significación que nos define -prosigue- podemos apuntar que, sin equivocarnos porque así ha sido desde que en el año 2016 le dimos vida a la Feria del Libro del Oeste de Caracas, la clave de la permanencia en el tiempo es, por un lado, ‘tozudez cultural’ y por el otro, porque en el país que tenemos se trata de un acto de resistencia cívica. Ante los problemas que aquejan al país no podemos cruzarnos de brazos, se trata de contribuir desde nuestro espacio al desarrollo de un mejor país, de un mejor ciudadano… y esto pasa por la cultura”.
"Una feria del libro es, ante todo y muy especialmente, un hecho cultural” (CORTESÍA CHRISTIAN LAZO)
-¿Tiene sentido hacer una feria del libro cuando la industria editorial en el país se encuentra en crisis?
-Por supuesto que sí tiene sentido. Es cierto que nuestra industria editorial se encuentra en crisis, pero hay pequeñas editoriales que siguen produciendo y editando. Ellas quieren dar conocer lo que están haciendo y además los pocas librerías que todavía tenemos en Caracas necesitan mostrar lo que muestran en sus anaqueles y lo que están importando con mucha dificultad. Una feria del libro no es solo mostrar al libro, sino mostrar lo que está alrededor de él.
“Una feria del libro es, ante todo y muy especialmente, un hecho cultural, un parque temático para la expresión de la cultura en sus más diversas manifestaciones. Porque el libro es un objeto cultural que hace que la cultura renazca para que ella impregne todas las esferas de la vida y muy especialmente la esfera pública. Si el libro es conocimiento, una feria para los libros es la manera que los humanos nos hemos inventado para recrear en un espacio público ese conocimiento. Se nos ocurre pensar que las ferias de libros son un espacio reimaginado de lo que es una librería, podrían ser un condensado de las múltiples librerías y editoriales. Eso y no otra cosa es una feria del libro en donde convergen el acto de consumo de un libro, la tertulia sobre ellos, la expresión, el cine y el teatro, el taller literario, las conversaciones y la crítica, el paseo, los deseos, la aventura, la socialización, las imágenes, las exposiciones, el bombardeo sensorial”, agrega.
Y concluye: “Para quienes se empeñan en convertir al país en un desierto árido como todo desierto, en convertir al país en un sitio inviable, en un no-país, desde aquí les decimos que tenemos la voluntad de seguir insistiendo en que sí tiene sentido hacer lo que estamos haciendo. Que hay razones para volver a empezar y que hay razones de sobra para encontrarnos en lo que será y lo que es hoy toda una realidad: la Feria del Libro del Oeste de Caracas”.
-El lema de este año es “Germinamos ideas”. ¿Cuándo comenzaremos a ver los frutos de esas ideas?
-Este lema surgió con la idea de hacer una feria del libro sustentable, que tocara desde su inicio lo verde, lo ecológico, el ambiente… Pero tiene también un sentido metafórico y es que desde la universidad y sus distintos espacios, que van más allá de dar clases e investigar, se germinen ideas para contribuir a tener y desarrollar un mejor país y esto pasa por tener un mejor ciudadano. ¿Los frutos? El tiempo nos lo dirá… Esos frutos tendrán que ver con la lectura, la educación, las ideas… Ya lo decía José Saramago cuando se refería a la feria del libro de Lisboa: “Dicen que en épocas de crisis se lee más, y parece que los contables revalidan esa afirmación. A mí me gusta pensar que en épocas de crisis la gente quiere saber porque llegamos a esto y se acercan a los libros como si estos fuesen fuentes de agua fresca y los lectores personas sedientas”.
-Finalmente, ¿sigue pensando que la cultura nos puede hacer mejores ciudadanos, un mejor país?
-No tengo la menor duda. Hoy, en el país y en alma del ciudadano, está presente un pesimismo subyacente. No acertamos a dar con las respuestas que nos ayuden a salir de esta melancolía y desesperanza que se hacen realidad en nuestras acciones más cotidianas. La desolación persiste y cada día que pasa pareciera que se amplía. Pero en momentos como los presentes se hace necesario detenernos por un momento, volver sobre sí, acudir a los textos y descubrir lo que la lectura provoca en el intento de darnos explicaciones. Nos lo decía Carlos Monsiváis en alguna parte: “Un buen lector siempre se rinde a la evidencia: si el libro vale la pena, el autor o la autora son mis semejantes”. O lo que expresaba Jorge Luis Borges: “El libro puede estar lleno de erratas, podemos no estar de acuerdo con las opiniones del autor, pero todavía conserva algo sagrado, algo divino, no con respeto supersticioso, pero sí con el deseo de encontrar felicidad, de encontrar sabiduría”.
@juanchi62
-¿Tiene sentido hacer una feria del libro cuando la industria editorial en el país se encuentra en crisis?
-Por supuesto que sí tiene sentido. Es cierto que nuestra industria editorial se encuentra en crisis, pero hay pequeñas editoriales que siguen produciendo y editando. Ellas quieren dar conocer lo que están haciendo y además los pocas librerías que todavía tenemos en Caracas necesitan mostrar lo que muestran en sus anaqueles y lo que están importando con mucha dificultad. Una feria del libro no es solo mostrar al libro, sino mostrar lo que está alrededor de él.
“Una feria del libro es, ante todo y muy especialmente, un hecho cultural, un parque temático para la expresión de la cultura en sus más diversas manifestaciones. Porque el libro es un objeto cultural que hace que la cultura renazca para que ella impregne todas las esferas de la vida y muy especialmente la esfera pública. Si el libro es conocimiento, una feria para los libros es la manera que los humanos nos hemos inventado para recrear en un espacio público ese conocimiento. Se nos ocurre pensar que las ferias de libros son un espacio reimaginado de lo que es una librería, podrían ser un condensado de las múltiples librerías y editoriales. Eso y no otra cosa es una feria del libro en donde convergen el acto de consumo de un libro, la tertulia sobre ellos, la expresión, el cine y el teatro, el taller literario, las conversaciones y la crítica, el paseo, los deseos, la aventura, la socialización, las imágenes, las exposiciones, el bombardeo sensorial”, agrega.
Y concluye: “Para quienes se empeñan en convertir al país en un desierto árido como todo desierto, en convertir al país en un sitio inviable, en un no-país, desde aquí les decimos que tenemos la voluntad de seguir insistiendo en que sí tiene sentido hacer lo que estamos haciendo. Que hay razones para volver a empezar y que hay razones de sobra para encontrarnos en lo que será y lo que es hoy toda una realidad: la Feria del Libro del Oeste de Caracas”.
-El lema de este año es “Germinamos ideas”. ¿Cuándo comenzaremos a ver los frutos de esas ideas?
-Este lema surgió con la idea de hacer una feria del libro sustentable, que tocara desde su inicio lo verde, lo ecológico, el ambiente… Pero tiene también un sentido metafórico y es que desde la universidad y sus distintos espacios, que van más allá de dar clases e investigar, se germinen ideas para contribuir a tener y desarrollar un mejor país y esto pasa por tener un mejor ciudadano. ¿Los frutos? El tiempo nos lo dirá… Esos frutos tendrán que ver con la lectura, la educación, las ideas… Ya lo decía José Saramago cuando se refería a la feria del libro de Lisboa: “Dicen que en épocas de crisis se lee más, y parece que los contables revalidan esa afirmación. A mí me gusta pensar que en épocas de crisis la gente quiere saber porque llegamos a esto y se acercan a los libros como si estos fuesen fuentes de agua fresca y los lectores personas sedientas”.
-Finalmente, ¿sigue pensando que la cultura nos puede hacer mejores ciudadanos, un mejor país?
-No tengo la menor duda. Hoy, en el país y en alma del ciudadano, está presente un pesimismo subyacente. No acertamos a dar con las respuestas que nos ayuden a salir de esta melancolía y desesperanza que se hacen realidad en nuestras acciones más cotidianas. La desolación persiste y cada día que pasa pareciera que se amplía. Pero en momentos como los presentes se hace necesario detenernos por un momento, volver sobre sí, acudir a los textos y descubrir lo que la lectura provoca en el intento de darnos explicaciones. Nos lo decía Carlos Monsiváis en alguna parte: “Un buen lector siempre se rinde a la evidencia: si el libro vale la pena, el autor o la autora son mis semejantes”. O lo que expresaba Jorge Luis Borges: “El libro puede estar lleno de erratas, podemos no estar de acuerdo con las opiniones del autor, pero todavía conserva algo sagrado, algo divino, no con respeto supersticioso, pero sí con el deseo de encontrar felicidad, de encontrar sabiduría”.
@juanchi62
Siguenos en
Telegram,
Instagram,
Facebook y
Twitter
para recibir en directo todas nuestras actualizaciones