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El arte de torcer las dimensiones

Una antología del artista Pedro Fermín se presenta en la Galería Freites

  • JORDAN FLORES

30/08/2018 01:00 am

En 1884 el escritor británico Edwin Abott publicó la novela Flatland: A romance of many dimensions, sobre un mundo plano donde su protagonista, un cuadrado, toma consciencia de la existencia de múltiples dimensiones al conocer una esfera. Este relato simple y basado en la matemática inspiró al escultor Pedro Fermín a jugar con la geometría para dar a su obra una ilusión de tridimensionalidad. 

Su obra, iniciada entre finales de los años 70 y principios de los 80, ha sido presentada en 12 muestras recogidas en una antología que se exhibe desde el pasado 12 de agosto en la galería Freites, avenida Orinoco de Las Mercedes. 

Todo el trabajo del artista nacido en Carúpano gira en torno al principio de la banda Möbius, que consiste en una superficie de una sola cara y borde que se dobla en una forma de espiral que no tiene principio ni final. El símbolo del infinito es un ejemplo de ello. 

Con esta propiedad, Fermín curva los planos para crear volumen, relacionándolo con el espacio y el tiempo. 

"Yo no parto del volumen para moldearlo como usualmente se hace hasta crear una cara o un torso. Parto del plano para crear volumen y la banda (de Möbius) es un hecho continuo", comenta. 

Entre las piezas más destacadas de su exposición están Continua, cuya figura torcida queda suspendida para dar una sensación de levedad, y Relación axial, donde hace una aproximación al estilo del holandés Piet Mondrian. 

Fermín alimenta su arte de diferentes autores, y si bien sus esculturas se relacionan con el abstraccionismo geométrico, esta no es rígida, sino abierta a la experimentación. De este modo, se inspira de artistas como Malévich, De Stijl o Max Bill, a quien homenajea en su obra Tensión Continua

La perspectiva y el horizonte son otras fuentes de interés del escultor, lo que también le ha llevado a trabajar la lateralidad dentro de sus obras, un ideal al que aspira más allá de lo alcanzable. 

"El horizonte no es recto, es curvo. Es un constructo del hombre", asegura el artista. 

En sus más de 30 años de carrera artística, Fermín, egresado de la Escuela de Artes Plásticas de Carúpano, ha sido ganador de reconocimientos como el Primer Premio del Bienal Salón Arturo Michelena (2010), el Premio Mario Abreu del Salón Nacional de Aragua (2004), el Premio Dycvensa del Ateneo de Caracas (2003), mismo año en que también ganó el Premio Braulio Salazar del 51° Salón Arturo Michelena. 

Sus esculturas han sido expuestas en Venezuela en los museos de Bellas Artes, Arte Moderno Jesús Soto de Ciudad Bolívar, Arte Contemporáneo del Zulia, e internacionalmente en el Museo Nacional de Arte Beijing, la Feria Internacional de Arte de Bogotá y la Feria Internacional de Arte de Lima.

Para Fermín un trabajo no está terminado hasta que alguien lo mira, pues la apreciación de una obra se convierte es un proceso creativo que sirve de retroalimentación entre los artistas. 

"Una obra puede incentivar una idea nueva", sentencia.
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