UNA ENTRADA A LA SEMANA | Crítica
"Tuesday, abrazando la vida": El día después del duelo
Julia Louis-Dreyfus convence en un papel que le exigía dejar a un lado la comedia
El jueves previo al fin de semana electoral se estrenó una película que podría pasar como invisible en la cartelera nacional, pues debe competir con Deadpool & Wolverine por la atención de un público que, en estos momentos, no está de humor para ir al cine.
Se trata de Tuesday, abrazando la vida, a cargo de la cineasta Daina Oniunas-Pusic que pone a prueba el talento de Julia Louis-Dreyfus (Seinfeld, Veep) como actriz dramática. Y vaya que supera el reto con creces.
La historia comienza en un lugar común del cine, pues aborda el enfrentamiento inminente con la muerte y trata de explicar qué es lo que viene después. Referentes hay de sobra, desde La decisión más difícil (Nick Cassavetes) y Más allá de los sueños (Vincent Ward).
Pero Tuesday se aparta pronto de lo que ya se ha dicho para contar una historia original, con realismo mágico y empatía. Tuesday (Lola Petticrew) es la hija de Zora (Louis-Dreyfus) y su tesoro más valioso.
La madre, en su doble rol de mamá/cuidadora, ha volcado su vida y renunciado a todo para velar por la salud de Tuesday, quien padece una enfermedad terminal que no da signos de mejora. Un día son visitadas por una guacamaya de voz grave y rugosa, que se presenta como la mismísima muerte y le advierte a Zora que el tiempo de su hija está por terminar.
La muerte tiene la habilidad de cambiar su tamaño para darle el descanso eterno a todos los seres. Se hace gigante cuando debe despedir a un elefante, y minúscula cuando visita a una hormiga moribunda. Aprovechándose de esta situación, Zora se traga a la muerte en un intento por salvar a su hija. Pero pronto se da cuenta de su error, y viaja con Tuesday para enmendarlo.
En el análisis de una película o de un guion se habla mucho del “viaje del héroe”, frase que se refiere al viaje interno que emprende el protagonista para obtener lo que desea y de los cambios que debe atravesar para poder lograrlo. Tuesday hace que este viaje sea físico y mental, pues se trata de una madre haciendo el último viaje con su hija, y preparándose para despedirla.
La elección de una guacamaya como representación corporal de la muerte podría parecer descabellada. Loros y guacamayos siempre han sido usados en películas como personajes joviales y felices en entornos tropicales, de esos que huelen a coco y bloqueador solar. En algunas culturas, sin embargo, la guacamaya es un símbolo de temporalidad, y su visita a los hogares se vincula con la importancia de confiar con el corazón.
Usada como tótem, la guacamaya también es el símbolo de la comunicación, y sus portadores la llevan consigo para adquirir el poder de adaptar el discurso al medio en el que se habla. No es extraño, entonces, que sea una guacamaya la encargada de comunicarse con los seres cuando su tiempo sobre la Tierra se ha acabado.
Tuesday también es una historia que se estructura sobre las cinco fases del duelo. Comienza con la negación de la muerte, y pasa inmediatamente a la ira cuando Zora la desafía. Con la negociación viene el viaje y, cuando se da cuenta de que el destino de Tuesday es inminente, Zora abraza la depresión.
La historia no solo habla sobre la muerte física de Tuesday, sino de la muerte en vida de su madre. Carloz Cruz-Diez decía que la vida era una sucesión de proyectos y, cuando estos llegaban a su fin, también lo hacía la vida. ¿Qué es una vida que no se aprovecha? ¿Qué es una vida sin pasiones? ¿Qué es una vida que depende por completo de otra?
La vida del cuidador depende en gran medida de lo que cuida, y se amolda a sus necesidades para darle confort durante los últimos días. ¿Qué ocurre con esa vida cuando la otra deja de existir?
Tuesday, con una historia sencilla y efectos visuales coloridos, abraza todas estas incógnitas e intenta darles una respuesta. No es la que esperamos, pero es la que necesitamos: entender la muerte como un destino ineludible del que no podemos escapar, y que no es tan terrible como todos pensamos.
@enlazonac
Se trata de Tuesday, abrazando la vida, a cargo de la cineasta Daina Oniunas-Pusic que pone a prueba el talento de Julia Louis-Dreyfus (Seinfeld, Veep) como actriz dramática. Y vaya que supera el reto con creces.
La historia comienza en un lugar común del cine, pues aborda el enfrentamiento inminente con la muerte y trata de explicar qué es lo que viene después. Referentes hay de sobra, desde La decisión más difícil (Nick Cassavetes) y Más allá de los sueños (Vincent Ward).
Pero Tuesday se aparta pronto de lo que ya se ha dicho para contar una historia original, con realismo mágico y empatía. Tuesday (Lola Petticrew) es la hija de Zora (Louis-Dreyfus) y su tesoro más valioso.
La madre, en su doble rol de mamá/cuidadora, ha volcado su vida y renunciado a todo para velar por la salud de Tuesday, quien padece una enfermedad terminal que no da signos de mejora. Un día son visitadas por una guacamaya de voz grave y rugosa, que se presenta como la mismísima muerte y le advierte a Zora que el tiempo de su hija está por terminar.
La muerte tiene la habilidad de cambiar su tamaño para darle el descanso eterno a todos los seres. Se hace gigante cuando debe despedir a un elefante, y minúscula cuando visita a una hormiga moribunda. Aprovechándose de esta situación, Zora se traga a la muerte en un intento por salvar a su hija. Pero pronto se da cuenta de su error, y viaja con Tuesday para enmendarlo.
En el análisis de una película o de un guion se habla mucho del “viaje del héroe”, frase que se refiere al viaje interno que emprende el protagonista para obtener lo que desea y de los cambios que debe atravesar para poder lograrlo. Tuesday hace que este viaje sea físico y mental, pues se trata de una madre haciendo el último viaje con su hija, y preparándose para despedirla.
La elección de una guacamaya como representación corporal de la muerte podría parecer descabellada. Loros y guacamayos siempre han sido usados en películas como personajes joviales y felices en entornos tropicales, de esos que huelen a coco y bloqueador solar. En algunas culturas, sin embargo, la guacamaya es un símbolo de temporalidad, y su visita a los hogares se vincula con la importancia de confiar con el corazón.
Usada como tótem, la guacamaya también es el símbolo de la comunicación, y sus portadores la llevan consigo para adquirir el poder de adaptar el discurso al medio en el que se habla. No es extraño, entonces, que sea una guacamaya la encargada de comunicarse con los seres cuando su tiempo sobre la Tierra se ha acabado.
Tuesday también es una historia que se estructura sobre las cinco fases del duelo. Comienza con la negación de la muerte, y pasa inmediatamente a la ira cuando Zora la desafía. Con la negociación viene el viaje y, cuando se da cuenta de que el destino de Tuesday es inminente, Zora abraza la depresión.
La historia no solo habla sobre la muerte física de Tuesday, sino de la muerte en vida de su madre. Carloz Cruz-Diez decía que la vida era una sucesión de proyectos y, cuando estos llegaban a su fin, también lo hacía la vida. ¿Qué es una vida que no se aprovecha? ¿Qué es una vida sin pasiones? ¿Qué es una vida que depende por completo de otra?
La vida del cuidador depende en gran medida de lo que cuida, y se amolda a sus necesidades para darle confort durante los últimos días. ¿Qué ocurre con esa vida cuando la otra deja de existir?
Tuesday, con una historia sencilla y efectos visuales coloridos, abraza todas estas incógnitas e intenta darles una respuesta. No es la que esperamos, pero es la que necesitamos: entender la muerte como un destino ineludible del que no podemos escapar, y que no es tan terrible como todos pensamos.
@enlazonac
Siguenos en
Telegram,
Instagram,
Facebook y
Twitter
para recibir en directo todas nuestras actualizaciones