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Luciano D'Alessandro vuelve a ser abogado del corazón

El galán se encuentra rodando la segunda parte de La ley del corazón a estrenarse en septiembre en Colombia. Confiesa que le gustaría darle un giro a su carrera y hacer de villano a continuación

  • Diario El Universal

26/08/2018 01:00 am

PEDRO D'ALESSANDRIA

Miami.- A Luciano D’Alessandro se le aguan los ojos al tiempo que camina entre piezas de escenografía que señalan momentos claves de su vida, desde su niñez en El Tigre, estado Anzoátegui, pasando por sus estudios de ingeniería, sus inicios en RCTV, la salida de Venezuela, hasta llegar a Colombia donde ahora reside. La escena forma parte de una campaña de Telemundo Internacional –a estrenarse en octubre- cuyo objetivo es recordarle a la audiencia que su talento proviene de toda Latinoamérica y no sólo de México. 

D’Alessandro hizo un alto en las grabaciones de la segunda parte de La Ley del corazón, la telenovela que lo reposicionó como galán y que inicia en septiembre en el vecino país, para rodar la promoción. En una mezcla de su hablar venezolano y un recién adquirido dejo bogotano, el actor de 41 años conversó abiertamente sobre el por qué regresó al rol del abogado Pablo Domínguez y qué planes tiene a futuro. 

-¿Qué significado tiene esta campaña? 
-Es muy emotiva, la gente se puede ver reflejada en esas imágenes y en lo que uno dice, de donde viene y hasta donde ha llegado. Creo que cualquier venezolano, sobre todo el que está afuera, va a ver esta promo y mínimo se le va a salir una lágrima. Lo hago porque es como un bálsamo para los que estamos fuera del país y extrañamos nuestras raíces, a nuestras familias. Es una oda a que, sí, uno sale a buscar mejor vida, pero el país lo lleva uno por dentro y los recuerdos están ahí, así como la esperanza de que en algún momento todo mejore para regresar. 

-Inicialmente había anunciado que no participaría en La Ley 2, ¿qué lo convenció?
-Terminamos de grabar la telenovela en noviembre de 2016 y al aire finalizó a mediados del año pasado. Nos enteramos que querían hacer una segunda temporada, pero ya había transcurrido casi medio año. Para ese entonces Sony me llamó para un proyecto y ya tenía todo listo, pero RCN me dijo “no te comprometas, vente con nosotros, presentas Protagonistas y te quedas porque en enero arrancamos a grabar La Ley 2”. Entonces claro, La Ley 2 pesaba mucho más porque uno le tiene un cariño y un sentimiento a un personaje que le debe tanto. Es algo que necesitaba hacer porque el público lo pedía, como agradecimiento lo mínimo que podía hacer era una segunda parte. Y RCN me puso el escenario perfecto. 

-¿Siente presión por replicar el éxito de la primera? 
-Claro, la presión todavía está porque no ha salido al aire. Uno quiere cumplir con el público y entregar un buen producto otra vez, entonces hay mucha expectativa, pero la que ponemos nosotros mismos porque somos exigentes con nuestro trabajo. Ahora, el resultado, todos sabemos que es una lotería. Aquí hay cierta garantía que la gente está enamorada de los personajes, y sé que le va a ir bien, pero si va a ser tan exitosa o más que la primera, todos estamos a la espera. Esta temporada está pautada para 80 capítulos, y luego si queda abierta para una tercera, no lo sabemos. Si se lo proponen lo pueden hacer porque la historia da para eso, ya que son casos de abogados de la vida real y siempre hay procesos nuevos que pueden alimentar para hacer las que se quiera. 

–¿Y en caso de una tercera, estaría dispuesto a seguir con el personaje?
-Buena pregunta, porque por más que tenga que agradecerle a este personaje y a este proyecto, me gustaría hacer otro rol distinto para nutrirme como actor. Si más adelante quieren hacer una Ley 3, a lo mejor venga y estoy, pero de inmediato no. Tanto tiempo haciendo un mismo papel puede crear como un vicio y uno no sigue aprendiendo más. Me inclinaría hacia un antagónico, para tener una causa, un motivo, un comportamiento distinto a lo que conocemos de Pablo, por ejemplo. Ojalá se atreviese un buen personaje para poder darle la vuelta y mostrar a un Luciano con un comportamiento muy diferente al que venimos viendo en dos novelas seguidas.  

- Pablo es un tipo quizás demasiado perfecto ¿continuará así?
-¡No existe en la vida real! (risas), pero sabes que en la segunda temporada vamos a ver a un Pablo con defectos. Un poco más enrollado, que empieza a sacar más ese lado humano, diferente del que conocimos en la primera. Un tanto desubicado, algo por lo que todos pasamos en nuestras vidas. Como estuvo planteado al principio, obviamente uno le pone su energía y talento, pero yo leía los libretos y me decía “yo no haría esto, es muy perfecto”. Afortunadamente salió bien. 

-Ya en 2010 había intentado en Colombia sin mucho éxito, luego volvió a intentarlo con el resultado ahora conocido ¿Por qué era importante Colombia y no otros mercados como México o Miami?
-En Venezuela se veían muchas producciones colombianas de muy buena calidad, y eso fue lo primero que quise hacer, un producto como el que se hacía allí. No me fue tan bien, pero me quedó esa espinita por dentro de tocar esa puerta otra vez y hacer algo bueno. Menos mal que tomé esa decisión y en el 2014 hice tres proyectos en fila y ahí salió La Ley del corazón. Me saqué la espina, pero de las malas experiencias también se aprende y en ese entonces conocí un montón de gente, me vieron y ahí está el resultado. 

-¿Y es allí donde piensa establecer carrera?
-Colombia ahora es mi futuro más cercano porque es lo que estoy haciendo, pero uno como actor es casi ciudadano del mundo, así que si sale un buen proyecto aquí en Miami me vendría feliz, o si fuera en México, iría feliz de la vida allá, pero por ahora mi punto estratégico es Bogotá. 

-Ahora habla con cierto acento colombiano, ¿es algo intencional?
-Sale solo (risas). Ya llevo casi dos años con el mismo personaje, pues naturalmente se te va y hablas el neutro bogotano. Ahora si hablo con alguien venezolano o de mi familia un buen rato, se me pega el venezolano, pero es algo totalmente inconsciente. Al principio para el casting no querían ver extranjeros porque era una firma de abogados de Bogotá. Para mi sorpresa me llamaron a casting y el director me dijo que hablara normal que si por cualquier cosa pondrían que era de padres barranquilleros. Y yo me negué, e insistí en neutralizar para no distorsionar. Yo le pido a la gente que siempre me escribe en Instagram que tengan un poco de paciencia cuando me preguntan por qué perdí el acento si soy venezolano. Ahora, eso no me hace ni más ni menos venezolano, pero es inevitable que se pegue un montón. 

-En este momento que es tan popular ¿cómo hace para mantener su vida sentimental en privado? 
-Desde que estaba en Venezuela no toco el tema si estoy saliendo con una chica. Hasta hace poco tenía una novia en Bogotá, terminamos en Semana Santa, ahora somos grandes amigos, pero fue una relación de casi un año. Ella no tenía nada que ver con el medio, entonces para que le va a salpicar todo eso. Aunque si me tomas una foto juntos, yo no te voy a decir que no, pero no me hagas preguntas de quien es ella y como se conocieron, porque no me interesa dar ese material, porque ese material da para más, y lo hago para que nadie pueda opinar. Lo he aplicado toda la vida, no solo ahora por La Ley

@DAlessandriaP 
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