Johan Alexander Reyes: “Más doloroso que despedir una madre es despedirse de la idea de madre”
Con "La letra m", el autor de 25 años ganó el Concurso de Poesía Joven “Rafael Cadenas”, entre 200 aspirantes
“en casa
la voz humana es un grito
la m no existe
por eso -a-á es un ani-al
que ya no -i-a
que ya no a-a
que ya no”
(…)
“Escribí este texto reflexionando en torno a la consabida y dolorosa pérdida de una madre y la manera en la que el tiempo también escribe. Recordé el libro Mi jardín: "mi mamá me ama, mi mamá me mima, amo a mi mamá". Esas son frases que se resienten cuando no se tiene a la madre; se secan. Esa primera ausencia se encuentra en el lenguaje, cuando una letra asociada a alguien deja de tener sentido, cuando ya no se conjuga en tiempo presente”.
De esta manera se refiere Johan Alexander Reyes Reyes (Santa Teresa del Tuy, 1999) al inusual poema La letra m, con el que se convirtió en merecedor del primer lugar en el Concurso de Poesía Joven “Rafael Cadenas” 2024, convocado por Fundación La Poeteca, Autores Venezolanos, Team Poetero y Banesco Banco Universal.
La edición contó con una lista de más de 200 participantes, entre los que Luis Miguel Isava, Natasha Tiniacos y Gabriela Rosa, integrantes del jurado, escogieron un total de 17 finalistas.
Tesista de la carrera de Artes en la UCV, estudiante de teatro y lector de Hanni Ossott, Miyó Vestrini, José Watanabe, César Vallejo, Ocean Vuong, Idea Vilariño y Federico García Lorca, entre otros, Reyes Reyes, defensor de “la honestidad como un asunto trascedente”, escribe desde hace dos años y sus poemas han sido publicados en antologías y revistas literarias. Aunque la poesía, afirma, “ocupa en mi vida el lugar del poema: el de sentarme a escribirlo y nada más”.
La escogencia del nombre de Edward Wood como seudónimo para participar en el evento, es casi una declaración de principios:
“Mi seudónimo fue Edward Wood, ‘el peor director de cine de todos los tiempos’, o al menos así lo reconocieron. Y yo siento una enorme fascinación por los perdedores. Es el verdadero riesgo en esta vida donde la felicidad (o lo que creemos que es la felicidad) es casi un deber. El héroe tiene muchos compromisos y responsabilidades; hay algo de sus códigos morales que también me aburre. Yo soy un holgazán, no puedo con esas exigencias. Me gusta perder el tiempo en cosas insustanciales. El perdedor tiene una vida más tranquila, más simple, profundamente hablando. Me identifico más con esa figura”.
“Yo veo las películas de Ed Wood y me parecen increíbles. Hizo las cosas como las quiso. Eso siempre será más digno que cualquier título notable y optimista”, agrega.
“La muerte no es necesariamente algo físico. Hay una instancia mucho más profunda que la persona misma. Siempre que pierdo algo me hago la misma pregunta: ¿Cuántas muertes caben en una muerte?”, declara a propósito del poema ganador del concurso.
“Creo que si hay algo más doloroso que despedirse de una madre es despedirse de la idea de madre, de su concepto. Ese es el lugar desde donde escribo este poema. Todas las madres mueren, como mueren todos los seres vivos alguna vez, pero consuela saber que hemos tenido una; su recuerdo nos llena, nos esperanza. Sin embargo, cuando muere la idea de tener o haber tenido una, la palabra madre se vacía de su sentido original, se vuelve nada. Allí está la verdadera tragedia, porque el individuo queda despojado de toda ternura, de todo recuerdo. Esa soledad es fulminante. Es por ello que en mi texto la madre no es sólo una madre, es además una letra, un signo del lenguaje”.
-¿Qué puede decirnos de su relación con el teatro?
-He estudiado teatro de distintas maneras: con profesores como Basilio Álvarez, Matilda Corral, Marianery Amín, Dimas González y otros tantos; en talleres de formación de La Caja de Fósforos, la Escuela de Artes Escénicas Juana Sujo, el Centro TET; y también por cuenta propia (creo que hay cosas que el actor puede ejercitar solo). He trabajado en pocos proyectos. Si es que soy un actor, soy uno fracasado. He participado en tres o cuatro montajes teatrales y en siete u ocho audiovisuales. Nunca he conseguido éxitos externos allí, pero como soy caprichoso, o más bien bobo, lo sigo intentando.
-¿Qué representa para usted este premio?
-Tener acceso a la cultura (a lo que muchos académicos se han encargado de llamar alta cultura) siempre es un privilegio. Este concurso, particularmente, es uno de los más destacados, así que valoro que me hayan hecho un hueco allí.
-¿Cómo ve la situación de la poesía joven en Venezuela?
-La poesía joven en Venezuela es una categoría muy amplia. No sé demasiado de mi entorno. Puedo decir que a los jóvenes que conozco les interesa, pero sólo conozco como a seis. Concursos como este permiten visibilizar, pero no estoy seguro de si esa efervescencia de voces nuevas que visibiliza sea la misma que existe en el resto del país.
-Si tuviera que definir la poesía, ¿Cómo lo haría?
-Yo a veces creo que la poesía es una actitud: la manera en que se percibe o se enuncia algo. Sin embargo no tengo criterio para declarar tal cosa, así que prefiero decir que no sé. No sé qué es la poesía y estoy lejos de interesarme por saberlo. Lo último que querría yo en la vida sería definir algo y mucho menos la poesía. Definir sirve para evitar mal-entendidos, cosa que supondría una auténtica tragedia en la literatura.
-¿Y por qué escribe?
-Para que me quieran.
@weykapu
creando nuevas reglas
que la enterraban con mis manos de hijo
para que entre ellas
siempre estuviera la culpa
—madre, si yo te saqué los ojos,
no sé cómo devolverlos.
no sé a quién.
no sé quién quiere los ojos de alguien
que no
es
la voz humana es un grito
la m no existe
por eso -a-á es un ani-al
que ya no -i-a
que ya no a-a
que ya no”
(…)
“Escribí este texto reflexionando en torno a la consabida y dolorosa pérdida de una madre y la manera en la que el tiempo también escribe. Recordé el libro Mi jardín: "mi mamá me ama, mi mamá me mima, amo a mi mamá". Esas son frases que se resienten cuando no se tiene a la madre; se secan. Esa primera ausencia se encuentra en el lenguaje, cuando una letra asociada a alguien deja de tener sentido, cuando ya no se conjuga en tiempo presente”.
De esta manera se refiere Johan Alexander Reyes Reyes (Santa Teresa del Tuy, 1999) al inusual poema La letra m, con el que se convirtió en merecedor del primer lugar en el Concurso de Poesía Joven “Rafael Cadenas” 2024, convocado por Fundación La Poeteca, Autores Venezolanos, Team Poetero y Banesco Banco Universal.
La edición contó con una lista de más de 200 participantes, entre los que Luis Miguel Isava, Natasha Tiniacos y Gabriela Rosa, integrantes del jurado, escogieron un total de 17 finalistas.
Tesista de la carrera de Artes en la UCV, estudiante de teatro y lector de Hanni Ossott, Miyó Vestrini, José Watanabe, César Vallejo, Ocean Vuong, Idea Vilariño y Federico García Lorca, entre otros, Reyes Reyes, defensor de “la honestidad como un asunto trascedente”, escribe desde hace dos años y sus poemas han sido publicados en antologías y revistas literarias. Aunque la poesía, afirma, “ocupa en mi vida el lugar del poema: el de sentarme a escribirlo y nada más”.
La escogencia del nombre de Edward Wood como seudónimo para participar en el evento, es casi una declaración de principios:
“Mi seudónimo fue Edward Wood, ‘el peor director de cine de todos los tiempos’, o al menos así lo reconocieron. Y yo siento una enorme fascinación por los perdedores. Es el verdadero riesgo en esta vida donde la felicidad (o lo que creemos que es la felicidad) es casi un deber. El héroe tiene muchos compromisos y responsabilidades; hay algo de sus códigos morales que también me aburre. Yo soy un holgazán, no puedo con esas exigencias. Me gusta perder el tiempo en cosas insustanciales. El perdedor tiene una vida más tranquila, más simple, profundamente hablando. Me identifico más con esa figura”.
“Yo veo las películas de Ed Wood y me parecen increíbles. Hizo las cosas como las quiso. Eso siempre será más digno que cualquier título notable y optimista”, agrega.
“La muerte no es necesariamente algo físico. Hay una instancia mucho más profunda que la persona misma. Siempre que pierdo algo me hago la misma pregunta: ¿Cuántas muertes caben en una muerte?”, declara a propósito del poema ganador del concurso.
“Creo que si hay algo más doloroso que despedirse de una madre es despedirse de la idea de madre, de su concepto. Ese es el lugar desde donde escribo este poema. Todas las madres mueren, como mueren todos los seres vivos alguna vez, pero consuela saber que hemos tenido una; su recuerdo nos llena, nos esperanza. Sin embargo, cuando muere la idea de tener o haber tenido una, la palabra madre se vacía de su sentido original, se vuelve nada. Allí está la verdadera tragedia, porque el individuo queda despojado de toda ternura, de todo recuerdo. Esa soledad es fulminante. Es por ello que en mi texto la madre no es sólo una madre, es además una letra, un signo del lenguaje”.
-¿Qué puede decirnos de su relación con el teatro?
-He estudiado teatro de distintas maneras: con profesores como Basilio Álvarez, Matilda Corral, Marianery Amín, Dimas González y otros tantos; en talleres de formación de La Caja de Fósforos, la Escuela de Artes Escénicas Juana Sujo, el Centro TET; y también por cuenta propia (creo que hay cosas que el actor puede ejercitar solo). He trabajado en pocos proyectos. Si es que soy un actor, soy uno fracasado. He participado en tres o cuatro montajes teatrales y en siete u ocho audiovisuales. Nunca he conseguido éxitos externos allí, pero como soy caprichoso, o más bien bobo, lo sigo intentando.
-¿Qué representa para usted este premio?
-Tener acceso a la cultura (a lo que muchos académicos se han encargado de llamar alta cultura) siempre es un privilegio. Este concurso, particularmente, es uno de los más destacados, así que valoro que me hayan hecho un hueco allí.
-¿Cómo ve la situación de la poesía joven en Venezuela?
-La poesía joven en Venezuela es una categoría muy amplia. No sé demasiado de mi entorno. Puedo decir que a los jóvenes que conozco les interesa, pero sólo conozco como a seis. Concursos como este permiten visibilizar, pero no estoy seguro de si esa efervescencia de voces nuevas que visibiliza sea la misma que existe en el resto del país.
-Si tuviera que definir la poesía, ¿Cómo lo haría?
-Yo a veces creo que la poesía es una actitud: la manera en que se percibe o se enuncia algo. Sin embargo no tengo criterio para declarar tal cosa, así que prefiero decir que no sé. No sé qué es la poesía y estoy lejos de interesarme por saberlo. Lo último que querría yo en la vida sería definir algo y mucho menos la poesía. Definir sirve para evitar mal-entendidos, cosa que supondría una auténtica tragedia en la literatura.
-¿Y por qué escribe?
-Para que me quieran.
@weykapu
9º Concurso Nacional de Poesía Joven "Rafael Cadenas" 2024
1er. Premio
La letra m
Johan Alexander Reyes Reyes:
La letra m
Johan Alexander Reyes Reyes:
en casa
mamá es un animal vacío
subjuntivo
horizontal
existe porque lo nombro
su herida supura desembocando leche
por el pecho
por la boca
por los ojos
sus miembros colgantes
mamá es un animal vacío
subjuntivo
horizontal
existe porque lo nombro
su herida supura desembocando leche
por el pecho
por la boca
por los ojos
sus miembros colgantes
sin mi hocico de perro
que la sepa beber
las estrías son memorias
decía sí preguntaba
memorias de cosas vivas
cosas que fueron creciendo
convirtiéndose en machetes
que se acicalan con la carne
hasta que duele la lengua
en casa
la voz humana es un grito
la m no existe
por eso -a-á es un ani-al
que la sepa beber
las estrías son memorias
decía sí preguntaba
memorias de cosas vivas
cosas que fueron creciendo
convirtiéndose en machetes
que se acicalan con la carne
hasta que duele la lengua
en casa
la voz humana es un grito
la m no existe
por eso -a-á es un ani-al
que ya no -i-a
que ya no a-a
que ya no
cerrando las puertas
sin saber de su letra acuática
punzante ondulada
su día en mayo de Maya
su acepción senil
como el idioma
que ya no a-a
que ya no
cerrando las puertas
sin saber de su letra acuática
punzante ondulada
su día en mayo de Maya
su acepción senil
como el idioma
he vuelto a soñarla
para temerle al peligro de las sábanas limpias
que hacían las veces de soga
como hacía cuando le era
difícil volver
se lanzaba al abismo
sorda
dormida
para temerle al peligro de las sábanas limpias
que hacían las veces de soga
como hacía cuando le era
difícil volver
se lanzaba al abismo
sorda
dormida
que la enterraban con mis manos de hijo
para que entre ellas
siempre estuviera la culpa
no sé cómo devolverlos.
no sé a quién.
no sé quién quiere los ojos de alguien
que no
es
en casa
la m ya no se busca entre las flores
ni en los atardeceres de pan y café con leche
se busca en lo que persiste de la miseria vulgar
de lo no trascendente
gusanos carroñeros
astillas
mordidas de zamuros
o peces salvajes
con el estómago relleno de sus larvas
la m ya no se busca entre las flores
ni en los atardeceres de pan y café con leche
se busca en lo que persiste de la miseria vulgar
de lo no trascendente
gusanos carroñeros
astillas
mordidas de zamuros
o peces salvajes
con el estómago relleno de sus larvas
y todavía me pregunto
qué será una letra
y el animal responde animal
el sonido que forma una boca
el chorro seco
de sangre
de una cosa
qué será una letra
y el animal responde animal
el sonido que forma una boca
el chorro seco
de sangre
de una cosa
muerta
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