Más de 400 platos de cerámica narran una Venezuela que ya no existe
La exposición “Tiempo y memoria. Una instalación de María Luisa Tovar” se exhibe en Espacio Arte al Cubo, del Cubo Negro
La Caracas en la que nació, creció y creó María Luisa Tovar (1902-1992) era la de los encuentros con la familia y los amigos, la de las invitaciones a comer en casa, la del departir y compartir ideas en un país que abría los brazos al mundo, un país desarrollista, hambriento de actualidad, de modernidad. Fue la Caracas de las décadas de los años 40, 50, 60, 70 y 80, en permanente efervescencia social, política, económica, científica, deportiva y cultural.
Aquel país, hoy sumido en el atraso, ha quedado reflejado en los 404 platos que María Luisa Tovar hizo en el taller que montó en su casa de Valle Abajo, luego de haber descubierto el arte a través de su hermana, la pintora Elisa Elvira Zuloaga, y de haberse formado en la Escuela de Artes Plásticas y Aplicadas y en el taller de cerámica de Joao Gonçalves, para finalmente consolidar su formación en Nueva York, concretamente en la escuela de escultura del artista ucraniano Alexander Arpichenko, quien le aconsejó que profundizara sus clases de cerámica.
Desde esta semana y hasta el 21 de septiembre, Espacio Arte al Cubo, del Cubo Negro, en Chuao, ofrece la posibilidad de apreciar esos más de 400 platos en la exposición Tiempo y memoria. Una instalación de María Luisa Tovar, con piezas realizadas por esta pionera de la cerámica, intervenidas y firmadas por importantes personalidades con las que la artista tuvo contacto directo o indirecto: el beisbolista Alfonso “Chico” Carrasquel, el presidente Raúl Leoni y familia, el torero Curro Girón, el compositor Joaquín Rodrigo (el del Concierto de Aranjuez), el arqueólogo y pintor José María Cruxent, el poeta Jean Cocteau y los artistas visuales Salvador Dalí, Alexander Calder, Armando Reverón, Alirio Palacios, Cornelis Zitman, entre muchos otros cuyos nombres marcaron buena parte del siglo XX.


Aquel país, hoy sumido en el atraso, ha quedado reflejado en los 404 platos que María Luisa Tovar hizo en el taller que montó en su casa de Valle Abajo, luego de haber descubierto el arte a través de su hermana, la pintora Elisa Elvira Zuloaga, y de haberse formado en la Escuela de Artes Plásticas y Aplicadas y en el taller de cerámica de Joao Gonçalves, para finalmente consolidar su formación en Nueva York, concretamente en la escuela de escultura del artista ucraniano Alexander Arpichenko, quien le aconsejó que profundizara sus clases de cerámica.
Desde esta semana y hasta el 21 de septiembre, Espacio Arte al Cubo, del Cubo Negro, en Chuao, ofrece la posibilidad de apreciar esos más de 400 platos en la exposición Tiempo y memoria. Una instalación de María Luisa Tovar, con piezas realizadas por esta pionera de la cerámica, intervenidas y firmadas por importantes personalidades con las que la artista tuvo contacto directo o indirecto: el beisbolista Alfonso “Chico” Carrasquel, el presidente Raúl Leoni y familia, el torero Curro Girón, el compositor Joaquín Rodrigo (el del Concierto de Aranjuez), el arqueólogo y pintor José María Cruxent, el poeta Jean Cocteau y los artistas visuales Salvador Dalí, Alexander Calder, Armando Reverón, Alirio Palacios, Cornelis Zitman, entre muchos otros cuyos nombres marcaron buena parte del siglo XX.

Alfonso "Chico" Carrasquel (CORTESÍA ESPACIO ARTE AL CUBO)
La curadora Tahía Rivero cuenta cómo fue que tal colección tomó forma: “Una vez que María Luisa Tovar monta su taller en su casa de Valle Abajo, organiza su vida familiar y profesional allí. En esa época era alrededor de las casas donde se reunía la gente, no era la vida urbana que hoy tenemos. Ella tenía el hábito de reunirse con amigos a quienes invitaba a comer. En una oportunidad estaban conversando y ella propuso que firmaran unos platos. ‘Yo los horneo, los quemo y en los próximos almuerzos servimos la comida en ellos’. Así comenzó la colección, este documento, digamos, de la cultura venezolana. Lo interesante es que ya ella venía con una obra muy importante como pionera de las formas modernistas de la cerámica de autor”.
La colección de platos está a resguardo de los cuatro nietos de la artista, los Tovar Pantin, quienes la conservaron, junto con otras piezas de cerámica, como una memoria importante de su abuela. Comenta Rivero que no todos los platos son expuestos “porque hay algunos fracturados y están frágiles, por lo que por razones de conservación no se van a exhibir; son apenas unas seis o siete piezas. Los que se quebraban la propia María Luisa Tovar los reparaba, los restituía y los adhería a otro plato. En la exposición se ven algunos platos fracturados”.
Sobre el planteamiento curatorial, explica Tahía Rivero: “Es mostrar el conjunto de los platos como una instalación, que es un monumento a la memoria colectiva, es un documento cultural, una colección de documentos. María Luisa Tovar era una artista de la cerámica que abandonó las formas decorativas para concentrarse en el rigor de formas modernistas y también indagó mucho en los esmaltes. Producía unos esmaltes que quizás tendrían -estoy especulando- su origen en algunos esmaltes árabes, porque ella hacía unos lustres muy interesantes. El conceptualismo propone un reto en la manera como se produce el arte y en la obra de María Luisa Tovar ese reto está presente en la actitud cómo ella produce esta colección: hay una ruptura radical con la autoría, ella deja que participe un colectivo y este es un proyecto que rompe totalmente con las pautas y los cánones de la modernidad, en donde se revaloriza la autoría. Es en los 60, 70 cuando se rompe con el tema de la autoría, y ella, estoy segura, estaba consciente de esto, de que quería hacer un trabajo colectivo. Esto es único en el país”.
La curadora Tahía Rivero cuenta cómo fue que tal colección tomó forma: “Una vez que María Luisa Tovar monta su taller en su casa de Valle Abajo, organiza su vida familiar y profesional allí. En esa época era alrededor de las casas donde se reunía la gente, no era la vida urbana que hoy tenemos. Ella tenía el hábito de reunirse con amigos a quienes invitaba a comer. En una oportunidad estaban conversando y ella propuso que firmaran unos platos. ‘Yo los horneo, los quemo y en los próximos almuerzos servimos la comida en ellos’. Así comenzó la colección, este documento, digamos, de la cultura venezolana. Lo interesante es que ya ella venía con una obra muy importante como pionera de las formas modernistas de la cerámica de autor”.
La colección de platos está a resguardo de los cuatro nietos de la artista, los Tovar Pantin, quienes la conservaron, junto con otras piezas de cerámica, como una memoria importante de su abuela. Comenta Rivero que no todos los platos son expuestos “porque hay algunos fracturados y están frágiles, por lo que por razones de conservación no se van a exhibir; son apenas unas seis o siete piezas. Los que se quebraban la propia María Luisa Tovar los reparaba, los restituía y los adhería a otro plato. En la exposición se ven algunos platos fracturados”.
Sobre el planteamiento curatorial, explica Tahía Rivero: “Es mostrar el conjunto de los platos como una instalación, que es un monumento a la memoria colectiva, es un documento cultural, una colección de documentos. María Luisa Tovar era una artista de la cerámica que abandonó las formas decorativas para concentrarse en el rigor de formas modernistas y también indagó mucho en los esmaltes. Producía unos esmaltes que quizás tendrían -estoy especulando- su origen en algunos esmaltes árabes, porque ella hacía unos lustres muy interesantes. El conceptualismo propone un reto en la manera como se produce el arte y en la obra de María Luisa Tovar ese reto está presente en la actitud cómo ella produce esta colección: hay una ruptura radical con la autoría, ella deja que participe un colectivo y este es un proyecto que rompe totalmente con las pautas y los cánones de la modernidad, en donde se revaloriza la autoría. Es en los 60, 70 cuando se rompe con el tema de la autoría, y ella, estoy segura, estaba consciente de esto, de que quería hacer un trabajo colectivo. Esto es único en el país”.

Jean Cocteau (CORTESÍA ESPACIO ARTE AL CUBO)
-Escribe en el texto curatorial: “María Luisa Tovar también fue pionera en adoptar la idea como punto de partida para desarrollar un proyecto conceptual”. Exactamente, ¿a qué se refiere?
-La instalación Tiempo y memoria constituye justamente eso, una cápsula del tiempo que revela cinco décadas del acontecer del país, visto desde la mirada afectiva y lúcida de una caraqueña que supo definir a su país a través de una obra prodigiosa.
-Al ver el conjunto de las 404 piezas de la exposición, ¿qué imagen de Venezuela se formó en Tahía Rivero?
-La imagen de esa Venezuela pujante, desarrollista, abierta, por donde pasaba cualquier evento que tuviera resonancia mundial. O nos visitaban o ella expresamente buscaba la firma de ese personaje, apoyándose en su familia, en su hermana, valiéndose de los otros, por eso te digo que es un proyecto colectivo como pocos en el país al día de hoy.
Tiempo y memoria. Una instalación de María Luisa Tovar se estará presentando hasta el 21 de septiembre en el Espacio Arte al Cubo, Torre Banaven, Cubo Negro, Chuao, de lunes a viernes, de 10:00 am a 6:00 pm, y los sábados, de 11:00 am a 2:00 pm.
@juanchi62
-Escribe en el texto curatorial: “María Luisa Tovar también fue pionera en adoptar la idea como punto de partida para desarrollar un proyecto conceptual”. Exactamente, ¿a qué se refiere?
-La instalación Tiempo y memoria constituye justamente eso, una cápsula del tiempo que revela cinco décadas del acontecer del país, visto desde la mirada afectiva y lúcida de una caraqueña que supo definir a su país a través de una obra prodigiosa.
-Al ver el conjunto de las 404 piezas de la exposición, ¿qué imagen de Venezuela se formó en Tahía Rivero?
-La imagen de esa Venezuela pujante, desarrollista, abierta, por donde pasaba cualquier evento que tuviera resonancia mundial. O nos visitaban o ella expresamente buscaba la firma de ese personaje, apoyándose en su familia, en su hermana, valiéndose de los otros, por eso te digo que es un proyecto colectivo como pocos en el país al día de hoy.
Tiempo y memoria. Una instalación de María Luisa Tovar se estará presentando hasta el 21 de septiembre en el Espacio Arte al Cubo, Torre Banaven, Cubo Negro, Chuao, de lunes a viernes, de 10:00 am a 6:00 pm, y los sábados, de 11:00 am a 2:00 pm.
@juanchi62
Siguenos en
Telegram,
Instagram,
Facebook y
Twitter
para recibir en directo todas nuestras actualizaciones