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José Rafael Briceño: “La homofobia siempre me ha parecido de las fobias más tontas que hay”

Luego de presentarlo en Caracas, el humorista llevará su show "Bocón" a 11 ciudades de Venezuela

  • YOLIMER OBELMEJÍAS

16/06/2024 01:00 am

Es probable que, hace algunos años, cuando alguien oyera el nombre de José Rafael Briceño (Caracas, 1970) pensara en las palabras “profesor”, “humorista” y “actor”. No obstante, con el paso del tiempo, no ha tenido problemas en agregar a la lista el adjetivo “bocón”. Título que él mismo escogió para llamar al espectáculo que presentó en el Centro de Arte y Moderno, de Caracas, y que tiene previsto llevar a 10 ciudades del país en lo que resta de junio, julio y agosto.

-¿En qué momento asumió sin problemas que era un bocón?
-Los beneficios de la discreción son individuales, pero no son colectivos; es decir, el que es discreto es dueño de lo que calla y, probablemente, se meta en menos problemas, sin embargo, si no tuviéramos al niño que apunta al emperador y dice: “Ya va, yo creo que este pana está desnudo”, no ocurriría el momento en el que todos caemos en cuenta de la situación, como el caso de Galileo que decía: “Creo que es la Tierra la que le da la vuelta al sol”. Obviamente, cuando se trata de la comedia, tú no eres Galileo, eres un payaso. Un ejemplo de cuando mi indiscreción me ha trajo problemas me pasó en los años de las protestas. De repente, empezó a circular la idea de lanzar “puputovs” y muchos decíamos: “¡Qué vaina tan loca!”, “¿A quién se le ocurrió esto?”. Pero en la opinión pública nadie se atrevió a decirlo. Recuerdo que pasaron tres días en el que todo el mundo hablaba de eso hasta que, finalmente, hice un editorial y lo publiqué, César Miguel (Rondón) lo puso en su blog y surgió una discusión y yo dije, básicamente, que no pensaba lanzar caca, que eso lo hacían los simios, que eso era reducirnos y yo no me sentía reducido. Uno estaba conversando desde una razón y una propuesta, no desde una rabia nada más. La rabia sola lo que conduce es a la autodestrucción. Por eso, me medio cayeron encima en el momento, pero luego rápidamente salieron a darme la razón. Después, me encontré a un líder de la oposición en el estacionamiento de la radio y le dije: “¿Por qué tengo que venir yo, que soy un tipo que lo que hace es entretenimiento, a hacer el comentario que le toca al político? Tú no estás diciendo nada que la gente no quiera oír y eso no es liderazgo”. Esa fue una de las ocasiones en las que me metí en problemas por ser bocón, porque me cuesta ver algo y no decir: “¿No se están dando cuenta que eso es absurdo?”.

-¿Sobre qué temas habla en el espectáculo?
-En Bocón comienzo con el mecanismo de “Sí, ha llegado el progreso a Venezuela, solo que no nos estamos dando cuenta”, por supuesto, que es un poco irónico. Arranco hablando de que los juguetes sexuales llegaron a Farmatodo. El juguete sexual se asocia con una forma de empoderamiento del cuerpo para la mujer, pero a la vez, cuando hablan de juguetes sexuales para el hombre se revela lo increíblemente básicos y procaces que podemos ser. En general, juego con la idea de que estamos adjudicando el concepto del progreso a una cosa en particular. Para mí sí es progreso que haya un movimiento LGBTQIA+. Ahora, que haya una ciclovía LGBTQIA+ en una calle por debajo de la cual hay una tubería en la que no hay agua… Hay todo un concepto del progresismo y del progre. Mientras estamos montándonos en una cantidad de cosas, hay otras a las que simplemente hemos renunciado, como el agua y la luz.

 
El humorista durante una presentación en Buenos Aires (CORTESÍA)   

-Humor y redes sociales. ¿Cree que, en algunos casos, la combinación ha resultado ser perniciosa?
-No, yo no creo que sea perniciosa. Creo que, al final, la gente escoge lo que quiere ver y más que criticar a la gente porque ve o no ve una cosa, como quienes preguntan: “¿Cómo es posible que estén viendo humor de un tipo con una franela en la cabeza?”. Cuando veas el humor no tienes que ver ni la cura ni la enfermedad, lo que tienes que ver es el termómetro: ¿de qué se está riendo la gente? Si la gente no se ríe, el humorista no lo va a hacer. Puedes criticar el hecho de que un humorista decida inclinarse mucho por un lado que es de risa fácil y tener una carga sexual u homofóbica, lo puedes criticar, ese es tu derecho absolutamente, pero no estés viéndolo como que él creo eso. Él detecta que hay eso y lo usa. Yo no lo hago porque tengo demasiados amigos gays como para hacerlo. Además de que la homofobia siempre me ha parecido de las fobias más tontas que hay. Me explico: Ningún gay le ha hecho daño a la humanidad. Cuando uno se pone a buscar a los grandes líderes de la humanidad que fueron perniciosos, nos encontramos con hombres blancos bien heteros y, generalmente, cristianos. Así que si te quieres poner con una, te puedes poner con otra. Creo que el humor y las redes son una vitrina más. Obviamente, sí hay un factor que influye, que tiene más que ver con la forma que con el fondo y es que las redes son excesivamente dinámicas y están acortando nuestro lapso de atención, entonces, eso ha obligado que las rutinas sean muy compactas. No soy amigo de decir: “Las redes lo arruinaron todo”. Eso mismo dijeron de la radio y de la televisión.

-Hace semanas se viralizó un video en el que una chica decía: “Caracas no aguanta una prepago más”. Si le pido que complete la frase, pero ya no con Caracas sino con Venezuela, ¿Cómo la terminaría?
-Venezuela no aguanta una persona más que diga: “Esto se arregló”.

-¿Es obvio que las misses aprendieron de usted, unas más que otras, ¿pero qué aprendió usted de ellas?
-Una de las primeras cosas que aprendes de las misses es a respetar a una persona que a esa edad tiene un proyecto de vida increíblemente claro. Una vez invité a Claudio Nazoa para que me ayudara en una actividad, para que les hiciera preguntas como un jurado y una de las cosas que le pareció insólita fue su claridad a los 19 años, por ejemplo. Muchas de ellas son emprendedoras y proactivas, mucho más de lo que se permite ver a través del concurso. Tú puedes cuestionar sus proyectos, todo lo que te dé la gana, pero muchas han tenido vidas azarosas, han viajado, vivido afuera y regresado, mucho más de los que las critican.

-¿La cancelación que vivió hace algunos años dividió su vida en un antes y después?
-Sí, muchas cosas son un antes y un después, pero más que eso, en particular, fue saber a qué le doy valor. ¿Le voy a dar valor a lo que una cantidad de gente anónima, por la rabia que pueda tener, porque no conozco su historia personal, me escriba o le voy a dar valor a la gente que va a verme a las salas, que quiere disfrutar de un humor que vaya más allá de un chinazo, que está dispuesto a pagar una entrada o un Patreon para escuchar un podcast semanalmente? Fue un momento importante porque yo sabía lo fuertes que eran mi esposa y mi familia, pero fue darme cuenta de dónde estaba lo realmente importante en mi vida.
@yolilu




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