La onda expansiva del reguetón recorre el mundo
Las canciones de Daddy Yankee y J- Balvin hacen bailar a todos en cualquier calle o fiesta
RAQUEL MIGUEL
La culpa la tuvo Despacito. El hit de los puertorriqueños Luis Fonsi y Daddy Yankee rompía todos los techos en 2017, al convertirse en la canción más escuchada de la historia en las plataformas de streaming y liderar la lista Billboard durante 16 semanas seguidas. Más de dos décadas después de su nacimiento, el reguetón salía de su hábitat latino para instalarse en la conciencia musical del mundo.
Aunque no sin polémica. Preguntar por el reguetón supone desatar el debate al instante. "Me gusta el reguetón y no hago mucho caso a la letra", dice Ana Rodríguez a dpa, en una fiesta en el centro de Madrid, en referencia a las polémicas levantadas por el explícito contenido sexual de las letras.
"Porque desde que Daddy Yankee saltó al panorama musical con Gasolina (2004), esta música hace que todo el mundo se suelte a la hora de bailar y no se quede sólo en la barra bebiendo", añade.
Sobre el también criticado alto voltaje sexual del "perreo", la forma más popular de bailarlo, esta farmacéutica de 27 años lo tiene claro. "Por perrear no quiere decir que me vaya a ir a la cama con cualquiera".
No opina lo mismo Nacho E. García, periodista de 28 años: "Admito que es una música que incita a bailar, pero a mí me suena todo igual. Lo peor de todo es que ha invadido las noches. Ya es casi imposible salir de fiesta y no escuchar reguetón", se queja García.
Davinia, quien prefiere no dar su apellido, va más allá: "Salvo excepciones, considero que el reguetón es una música vulgar e ignorante y una bofetada en la cara para la mujer y la gramática española".
Las críticas por lo que algunos consideran mala calidad musical y por las letras, tachadas de sexistas y machistas, que motivaron incluso intentos de censura, han acompañado a este polémico género desde su nacimiento en la década de los 90.
"Un regaae muy grande"
Su cuna oscila entre Panamá y Puerto Rico, donde los músicos callejeros empezaron a mezclar reggae jamaiquino con rap, para hacer una versión propia del hip hop estadounidense, en lo que el periodista y experto musical Víctor Lenore define como "un gesto antiimperialista y antipuritano".
En Puerto Rico era sólo un género conocido como "underground" hasta que el productor del artista panameño El General acabó bautizándolo al visionar que se trataba de "un reggae muy grande".
Del Caribe primero pasó al sur del continente americano, donde fue clave su gran salto a Colombia, que años después se convirtió en la gran meca del reguetón. Estaba ya avanzado el nuevo milenio cuando a los primeros artistas caribeños, como Don Omar, Calle 13, Tego Calderón o un jovencísimo Daddy Yankee, se sumaban estrellas colombianas como J.Balvin, Maluma o incluso Shakira.
Un género marginal pasaba así a instalarse en un boom comercial a cuyo carro empezaba a subirse la industria, que en los años posteriores no dejaría de encumbrar a nuevas promesas, como los puertorriqueños Ozuna o Bad Bunny. Artistas que salían de la calle o de trabajar en un supermercado para llenar estadios en carreras cada vez más meteóricas.
¿La hora del trap?
En ese tiempo el género también sufrió una evolución musical y se fue "asimilando, limpiando y haciendo más accesible para todo el público", considera el periodista cultural Guillermo Arenas. "La versión que escuchamos ahora es menos cruda, menos salvaje".
En 2017, el terreno estaba preparado para que Despacito diera el gran golpe, logrando el encumbramiento absoluto de la música latina y el nacimiento de un auténtico fenómeno musical y social capaz de hacer tambalear la hegemonía musical anglosajona. "La próxima Madonna podría ser latina", afirma Arenas para ilustrar el que considera el gran logro del reguetón: la posibilidad de generar una estrella mundial número uno en el subcontinente.
Pero ¿quién podría ser esa superestrella? "Los superventas con carreras que tienen pinta de ser muy largas son Bad Bunny, J. Balvin, Maluma y Ozuna", apunta Lenore. Algunos de ellos se han apuntado también al trap, un subgénero del rap nuevo que está causando furor. Muchos se preguntan por ello si el trap no tomará el testigo y si el reguetón no habrá tocado ya su techo musical y comercial con Despacito.
Lenore lo tiene claro:"Estamos en el kilómetro cero, esto no ha hecho más que empezar. En 2004 parecía que el fenómeno de Gasolina alargaría un par de años la vida del nuevo género, pero en 2018 está empezando a despegar, asegura.
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