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Un patrimonio que se desmorona

Turismo y falta de mantenimiento amenazan a la Capilla de Piedra

  • CAROLYN MANRIQUE

19/08/2018 01:00 am

Pocos turistas llegan en esta temporada vacacional 2018 a San Rafael,en el páramo de Mucuchíes, Mérida. Algunos compran dulces o pastelistos y para culminar el paseo se toman fotos frente la Capilla de Piedras que hoy en día tiene cerradas sus puertas.

La estadía de los visitantes en la zona no dura más de una hora. Alrededor, los merideños siguen rogando porque lleguen más y compren la variedad de productos, que es el sustento de la mayoría.

La Capilla de Piedra, ubicada en San Rafael de Mucuchíes -el pueblo más alto de Venezuela- fue levantada "piedra por piedra" por Juan Félix Sánchez, el artista popular más reconocido en Venezuela y uno de los personajes más admirados por los merideños por su contribución al pueblo. Fue inaugurada el 18 de febrero de 1984.

Este icono merideño, nombrado patrimonio cultural de Venezuela en el gobierno de Luis Herrera Campíns (1979-1984) y donde reposan los cuerpos de Juan Félix Sánchez y su esposa Epifania Gil, lleva poco menos de un año con las puertas cerradas, debido a un desnivel que pone en riesgo que siga en pie. A causa de los turistas, que se han convertido en el principal enemigo de la estructura al llevarse las piedras como "recuerdo", la construcción se ha ido cayendo hacia el lado derecho.

Detrás de la capilla, la casa natal del creador popular, hoy Museo de los Andes: Benigno Sánchez y Vicenta Sánchez, nombres de los padres del artista, también se encuentra en situación de crisis por la falta de insumos para mantenerlo. Abierto de martes a domingo, en temporada alta, las salas se encuentran a oscuras. Un rayo de luz que entra por las pequeñas ventanas, o la linterna de los celulares, fungen de iluminación para detallar los objetos que en su interior alberga.

Yamilet Maldonado, directora del museo, afirmó que la gobernación del estado Mérida prometió una reestructuración de la capilla que aún no ha iniciado. Primero decidieron empezar con la realización de un estacionamiento, lo que parece considerar más importante.

"Ya hicieron la inspección, pero no han dado ninguna respuesta. Lo más recomendable es hacer un muro para que la capilla no caiga", dice la directora, aclarando que ambos espacios turísticos no pertenecen a la misma institución. El Museo de Los Andes está adscrito a Corporación Merideña de Turismo (Cormetur). Sin embargo, sus empleados se encargan del aseo a la capilla.

Juan Félix Sánchez es admirado por todos lo habitantes de San Rafael, donde levantó con sus propias manos la capilla a base de rocas, corales, conchas y un poco de cemento. También creó las tallas de las figuras eclesiásticas, como la Virgen de Coromoto, que reposan dentro de la capilla y es conocido igualmente por su trabajo como agricultor, político y narrador.

La lana es protagonista en la obra de Sánchez, fallecido en 1997. Por sus tejidos en este material, mantas y ruanas, fue considerado "el mejor tejedor de la zona", por lo que el museo cuenta con varios de sus telares. Sin embargo, según denuncian, a su muerte se perdieron y vendieron muchos de sus objetos, por lo que hoy no pueden estar en exhibición.


No todos los objetos del artista se encuentran en el museo (Carlos Neira) 

Del Tisure hasta San Rafael

Arriba, en camino de ocho horas a caballo, está El Tisure, donde transcurrieron los últimos días de la vida de Juan Félix Sánchez. Ahí se encuentra su casa y su otra capilla, la del Filo del Tisure que dedicara a José Gregorio Hernández.

La directora del Museo de Los Andes afirma que personas cercanas han comprobado que esta capilla se encuentra en buen estado. Sin embargo, los objetos corren peligro, por lo que planea bajarlos para ser mostrados en el museo oficial.

"Los más obvio es que los objetos de Juan Félix Sánchez estén en su museo", dice Maldonado, comentando las necesidades del recinto: "El museo tiene filtraciones severas y algunas de las tejas se están cayendo", señala.

Pero una de sus mayores preocupaciones es la disminución del turismo en la zona: "La temporada está baja. La gente anda medida y gasta en muy pocas cosas. No se ha vuelto a ver la gente como antes", indica.

Los pocos turistas que van se acercan a las puertas del museo y su primera pregunta es el costo de la entrada. Maldonado dice que no se cobra, porque entiende la situación con el efectivo. Y si lo hiciera, muy pocos, por no decir ninguno, haría el recorrido por la casa.


Las salas del museo solo cuentan con luz desde pequeñas ventanas (Carlos Neira) 

Hombre querido por su comunidad

"No me quedo sola aquí. puede que aparezcan los espíritus de Juan Félix o de Epifania", dice una niña de la comunidad. En el lugar, la memoria de este hombre está presente en todos momentos, a pesar de haber partido hace 21 años. Las piedras en fachadas cercanas y su labor solidaria, le dieron el afecto de su gente, aun después de muerto.

Un Cristo, una Virgen y Magdalena, hechas en mármol en 935, fueron las primeras obras hechas por el artista. En 1943, tras la muerte de su madre, se muda a El Tisure con su esposa Epifania. En 1952 decidió rendirle homenaje a la Virgen de Coromoto con esta famosa capilla de El Tisure, que realizó entre 1980 y 1984. La primera exposición de su trabajo se realizó en 1982 en el Museo de Arte Contemporáneo Sofía Imber.

Hoy esa historia se va hacia un lado. Pero los merideños siguen dando una estadía agradable al visitante. Confiando en que las autoridades solucionen el problema.  


Los turistas se han robado las piedras como "recuerdo" (Carlos Neira) 
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