El próximo 29 de agosto Michael Jackson cumpliría 60 años, de no ser por la sobredosis de tranquilizantes y el estrés acumulado que terminaron con su vida el 25 de junio de 2009 en Los Ángeles, mientras preparaba una gira de regreso que intentaba llegar al nivel de su obra y su figura en la historia del pop. Son muchas las actividades previstas en su honor, desde exposiciones como la que acoge la National Portrait Gallery londinense, hasta conciertos y el reestreno de Moonwalker, el documental ficcionado que muestra la evolución personal y musical del artista, que entonces disfrutaba las mieles de Bad, su mítico álbum, que había sido publicado solo unos meses antes.
A estas alturas, no hace falta abundar sobre la vigencia de su legado. Sus canciones son recordadas por toda una generación, que también resultó marcada por su forma de bailar, de vestir e incluso por los escándalos que protagonizó. Nacido en la localidad de Gary, Indiana, en 1958, su vida privada fue constante fuente de noticias -no siempre positivas- reflejadas con profusión en los medios.
Tenía ocho años de edad cuando se incorporó a Los Cinco de Jackson, el grupo del que formó parte con sus hermanos varones mayores y con el cual vino a Venezuela en 1977 para dar un concierto en el Poliedro de Caracas y presentarse en Sábado Sensacional, el programa maratónico de Venevisión que entonces conducía Amador Bendayán. La otra visita que iba a realizar, ya como adulto y solista, estaba pautada para 1993. El 12 de noviembre de aquel año cantaría, también en el Poliedro, en el marco de su gira mundial Dangerous. De acuerdo a la prensa de la época, iba a cobrar 2 millones de dólares, lo que al cambio del momento (Bs. 91 por dólar), equivalía a 182 millones de bolívares.
La empresa Big Show, que era la que lo traía, invitó previamente a un grupo de periodistas -del cual formé parte- para ver el show en Tenerife, Islas Canarias, todo un derroche de efectos especiales e iluminación, con tecnología de última generación, que tuvo lugar en la zona portuaria. El objetivo era que tuviéramos una idea de la magnitud del espectáculo que veríamos en Venezuela. Realmente se trataba una producción impecable, sin baches ni cabos sueltos. Lamentablemente, el concierto en Caracas se suspendió intempestivamente, como consecuencia de la primera demanda que tuvo el cantante por un presunto caso de pedofilia. En un principio se notificó que la fecha sería pospuesta, pero finalmente se confirmó su cancelación definitiva.
Una imagen maltrecha, penurias económicas y problemas de salud marcaron sus últimos años. Las dificultades con la justicia (hubo otras demandas por presunto abuso de menores, que logró sortear por falta de pruebas o arreglos económicos extrajudiciales) provocaron su declive. Trató de mantenerse a flote con recopilatorios como King of Pop y Thriller 25, una reedición con algunos temas nuevos, hasta que finalmente, en marzo de 2009, anunció la gira de conciertos This Is It, que habría de iniciarse en Londres en julio, pero que no pudo realizar por su inesperada muerte de un ataque al corazón.
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