La precariedad toma asiento en la obra de Jurgens Portillo
En la muestra "Inventario de un lugar común", abierta en la galería ABRA, el artista marabino aporta otras significaciones a objetos deteriorados y recuperados
Contemplar lo cotidiano. Detenerse en aquello que la mayoría ve pero que, por “normal”, pasa desapercibido. Encontrar historias en objetos abandonados, desechados o, en el última instancia, remendados y reutilizados. Y reflexionar a partir de ellos en el ser humano y su circunstancia. Eso es lo que hace el pintor venezolano Jurgens Portillo (Maracaibo, 1990) a través de obras que más allá de recurrir a lo figurativo para calcar la realidad, la interpretan y conducen al espectador a la contemplación íntima, directa, de lo que le rodea.
Inventario de un lugar común, la exposición del artista que hasta el 10 de septiembre se presenta en el galpón 9 de la galería ABRA, del Centro de Arte Los Galpones, es una confirmación de lo anterior. En este caso, Portillo, egresado en Artes Plásticas, mención Dibujo, de la Facultad Experimental de Arte de la Universidad del Zulia, centra su trabajo en la silla, la de jardín destejida por el uso; la de festejos sin una de sus patas; las de escritorio sin la base… que han sido arregladas para “extender” su vida útil.
La investigadora Rigel García, autora del texto de sala que acompaña la muestra, escribe sobre la propuesta de Portillo: “El conjunto de 14 pinturas –en su mayoría de pequeño formato– conforma un ejercicio de observación sobre el mundo de todos los días a través de la representación de un motivo único, la silla. La muestra se comporta también como un catálogo de la improvisación y la inventiva popular usualmente desplegadas para alargar la vida de este mobiliario una vez que se ha declarado su deterioro material o estructural”. No es, pues, el objeto inservible el que el artista pinta, sino el objeto inservible al que se le da una segunda o tercera o cuarta oportunidad…


Inventario de un lugar común, la exposición del artista que hasta el 10 de septiembre se presenta en el galpón 9 de la galería ABRA, del Centro de Arte Los Galpones, es una confirmación de lo anterior. En este caso, Portillo, egresado en Artes Plásticas, mención Dibujo, de la Facultad Experimental de Arte de la Universidad del Zulia, centra su trabajo en la silla, la de jardín destejida por el uso; la de festejos sin una de sus patas; las de escritorio sin la base… que han sido arregladas para “extender” su vida útil.
La investigadora Rigel García, autora del texto de sala que acompaña la muestra, escribe sobre la propuesta de Portillo: “El conjunto de 14 pinturas –en su mayoría de pequeño formato– conforma un ejercicio de observación sobre el mundo de todos los días a través de la representación de un motivo único, la silla. La muestra se comporta también como un catálogo de la improvisación y la inventiva popular usualmente desplegadas para alargar la vida de este mobiliario una vez que se ha declarado su deterioro material o estructural”. No es, pues, el objeto inservible el que el artista pinta, sino el objeto inservible al que se le da una segunda o tercera o cuarta oportunidad…

“La silla se ha convertido en un símbolo de la precariedad”, dice el artista (CORTESÍA GALERÍA ABRA)
-En Inventario de un lugar común vuelve a fijar su mirada en objetos cotidianos que para la mayoría pasan desapercibidos. ¿Qué le dicen esos objetos cuando los ve?, ¿cómo los vincula con su quehacer pictórico?, ¿qué le dicen de la realidad esos objetos deteriorados, remendados y reutilizados de sus pinturas?
-Estos objetos podrían ser un documento o un registro de quién los habitó, también me hablan del rastro del tiempo, me hablan del silencio y lo contemplativo. Me parece curioso mirar y poner atención a todas estas formas y particularidades que se generan en el entorno. Cabe destacar que una de las razones o quizás la razón con mayor fuerza de representar todos estos objetos, se debe al recuerdo de mi abuelo materno; él que se empeñaba en arreglar cualquier cosa que fuese, sillas, microondas, mesitas, ventiladores, etc., a esas soluciones domésticas les confería su impronta, dejaba su huella en cada uno, creo que pintándolos lo rememoro y eso se perpetua en mi memoria.
“Las imágenes de la muestra ilustran aquello del ‘esto todavía puede servir’ o el ‘mientras tanto’: un remiendo que se sugiere como temporal pero que se instala de modo perpetuo. Como perpetua parece ser la misma refacción: a menudo frágil o a medio hacer, con ese aspecto de estar en proceso y, por ende, en el inagotable terreno de la promesa”, apunta Rigel García.
-¿Por qué se enfocó en las sillas?
-Esta vez, me enfoco en la silla como objeto de estudio. Partiendo de la premisa de que, en la vida diaria, la silla se ha convertido en un símbolo de la precariedad y de soluciones y arreglos caseros. Esto ocurre debido a la falta de planificación, lo cual da lugar a situaciones particulares que observo en el entorno. Dentro de este contexto, me interesa explorar estas narrativas recurrentes.
-En Inventario de un lugar común vuelve a fijar su mirada en objetos cotidianos que para la mayoría pasan desapercibidos. ¿Qué le dicen esos objetos cuando los ve?, ¿cómo los vincula con su quehacer pictórico?, ¿qué le dicen de la realidad esos objetos deteriorados, remendados y reutilizados de sus pinturas?
-Estos objetos podrían ser un documento o un registro de quién los habitó, también me hablan del rastro del tiempo, me hablan del silencio y lo contemplativo. Me parece curioso mirar y poner atención a todas estas formas y particularidades que se generan en el entorno. Cabe destacar que una de las razones o quizás la razón con mayor fuerza de representar todos estos objetos, se debe al recuerdo de mi abuelo materno; él que se empeñaba en arreglar cualquier cosa que fuese, sillas, microondas, mesitas, ventiladores, etc., a esas soluciones domésticas les confería su impronta, dejaba su huella en cada uno, creo que pintándolos lo rememoro y eso se perpetua en mi memoria.
“Las imágenes de la muestra ilustran aquello del ‘esto todavía puede servir’ o el ‘mientras tanto’: un remiendo que se sugiere como temporal pero que se instala de modo perpetuo. Como perpetua parece ser la misma refacción: a menudo frágil o a medio hacer, con ese aspecto de estar en proceso y, por ende, en el inagotable terreno de la promesa”, apunta Rigel García.
-¿Por qué se enfocó en las sillas?
-Esta vez, me enfoco en la silla como objeto de estudio. Partiendo de la premisa de que, en la vida diaria, la silla se ha convertido en un símbolo de la precariedad y de soluciones y arreglos caseros. Esto ocurre debido a la falta de planificación, lo cual da lugar a situaciones particulares que observo en el entorno. Dentro de este contexto, me interesa explorar estas narrativas recurrentes.

Jurgens Portillo: "La pintura me permite sumergirme en un proceso creativo más introspectivo” (CORTESÍA GALERÍA ABRA)
-De alguna manera, esos objetos dañados, recompuestos y reusados también hablan de un país que ha pasado por los mismos procesos. ¿Cómo ve a Venezuela?, ¿es optimista en cuanto a su futuro? ¿O más bien, es pesimista?
-Venezuela se ha enfrentado a una serie de problemas y conflictos en los últimos años en lo político, social y económico. Estos procesos han tenido un impacto en mi vida y la vida de muchos venezolanos, y en la estructura social del país. Yo quiero ser optimista y pensar que los desafíos y obstáculos y cualquier piedra en el camino se tendrán que apartar y superar. Parto de la idea de que cualquier acción buena que se pueda hacer puede generar también en el otro buenas cosas.
García también repara en esa conexión de la obra de Jurgens Portillo con el país: “Las imágenes de esta muestra podrían dar cuenta de las dificultades económicas que atraviesa Venezuela desde hace tantos años, allí donde el mueble deviene alter-ego de los individuos en su análoga vocación de resistencia”.
-Usted es un artista muy joven que, sin embargo, no se decanta por el uso de las nuevas tecnologías o las disciplinas híbridas para crear. ¿Qué es para usted la pintura?
-He probado utilizar otras técnicas, pero ciertamente ocupo más la pintura que cualquier otro medio expresivo. La pintura para mí es un lugar o un espacio de expresión que tiene una amplia tradición y una riqueza histórica. Aunque soy joven, siento un fuerte vínculo con la pintura como medio principal en mi obra, creo que es un medio inagotable y que puede generar muchas posibilidades; me permite sumergirme en un proceso creativo más introspectivo y de contemplación, le encuentro un sentido de calma y sosiego; a la vez me atrae la idea de trabajar con materiales nobles y que pueden perdurar en el tiempo.
Inventario de un lugar común se podrá visitar hasta el 10 de septiembre en el galpón 9 de ABRA, galería que abre al público de martes a sábado, de 10:00 am a 6:00 pm, y domingos, de 10:00 am a 4:00 pm.
@juanchi62
-De alguna manera, esos objetos dañados, recompuestos y reusados también hablan de un país que ha pasado por los mismos procesos. ¿Cómo ve a Venezuela?, ¿es optimista en cuanto a su futuro? ¿O más bien, es pesimista?
-Venezuela se ha enfrentado a una serie de problemas y conflictos en los últimos años en lo político, social y económico. Estos procesos han tenido un impacto en mi vida y la vida de muchos venezolanos, y en la estructura social del país. Yo quiero ser optimista y pensar que los desafíos y obstáculos y cualquier piedra en el camino se tendrán que apartar y superar. Parto de la idea de que cualquier acción buena que se pueda hacer puede generar también en el otro buenas cosas.
García también repara en esa conexión de la obra de Jurgens Portillo con el país: “Las imágenes de esta muestra podrían dar cuenta de las dificultades económicas que atraviesa Venezuela desde hace tantos años, allí donde el mueble deviene alter-ego de los individuos en su análoga vocación de resistencia”.
-Usted es un artista muy joven que, sin embargo, no se decanta por el uso de las nuevas tecnologías o las disciplinas híbridas para crear. ¿Qué es para usted la pintura?
-He probado utilizar otras técnicas, pero ciertamente ocupo más la pintura que cualquier otro medio expresivo. La pintura para mí es un lugar o un espacio de expresión que tiene una amplia tradición y una riqueza histórica. Aunque soy joven, siento un fuerte vínculo con la pintura como medio principal en mi obra, creo que es un medio inagotable y que puede generar muchas posibilidades; me permite sumergirme en un proceso creativo más introspectivo y de contemplación, le encuentro un sentido de calma y sosiego; a la vez me atrae la idea de trabajar con materiales nobles y que pueden perdurar en el tiempo.
Inventario de un lugar común se podrá visitar hasta el 10 de septiembre en el galpón 9 de ABRA, galería que abre al público de martes a sábado, de 10:00 am a 6:00 pm, y domingos, de 10:00 am a 4:00 pm.
@juanchi62
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