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Sonia Chocrón: “Quise abordar la poesía amorosa antes de que fuera demasiado tarde”

La reconocida poeta, narradora y guionista de cine y televisión habla de su nuevo poemario "Carnet de identidad" "

  • MARITZA JIMÉNEZ

04/06/2023 05:05 am

Evite los poemas de amor, recomendaba Rilke al joven poeta. Pero después de una exitosa carrera que abarca siete poemarios, siete títulos de narrativa, dos obras de teatro, y numerosos guiones de cine y televisión, Sonia Chocrón (Caracas, 1961), tomó la decisión de abordar el delicado tema en Carnet de identidad, su más reciente poemario, publicado por Lp5 en Chile.

“Este libro fue una decisión. Lo escribí antes de sentir que se me había ido el tren para hablar de amor”, señala. “De manera que no fue que vino solo, sino que yo decidí que quería escribir un libro que tuviera que ver con el amor, el deseo y eros, porque tenía la edad justa para hacerlo. Me dije este ‘es un tema que quiero tocar, y el momento es ahora’. Quizás Toledana, donde abordo mis raíces sefardíes, y Carnet de identidad, tienen eso en común, son libros que no se impusieron en mí, sino que yo tomé la decisión de escribirlos”.

Carnet de identidad nació de poemas que fueron surgiendo al margen de Hermana pequeña, su libro anterior, marcado por el exilio, la fuga y el país. “Los guardé, hasta que sentí que en ellos estaba el germen de un próximo libro. Y así fue. La poesía amorosa –añade-, se me hace que se ha convertido como en un clásico lejano y de pronto la poesía es más desoladora, más triste, más individual, más sola”.

Chocrón estudió Comunicación Social en la Universidad Católica Andrés Bello, y participó por concurso en el taller El Argumento de Ficción, de Gabriel García Márquez, en la Escuela de Cine de San Antonio de los Baños, Cuba, desde donde viaja a México, invitada por el propio Nobel colombiano para fundar el Escritorio Cinematográfico Gabriel García Márquez.

Al mismo tiempo, su producción literaria le ha deparado, entre otros, premios del Concurso de Cuentos del diario El Nacional con La señora Hyde (2000); primera finalista del premio Fundarte de Poesía con Toledana (1991); mención de honor a su poemario La buena hora, en la bienal literaria José Rafael Pocaterra (1996), y premio de la crítica a la Mejor Novela, por Las mujeres de Houdini.

“Este es mi libro más personal, por eso se llama así. En él por fin incursiono en temas que antes tocaba muy tangencialmente. Es como una especie de currículum vitae, presentado tal como se entrega una hoja de vida profesional para solicitar un empleo: Datos personales, estudios habilidades, idiomas. Son como los pilares del libro”.

Y sin embargo, aunque leemos versos como “Cuántos hombres están detrás de un solo verso de mujer”, no son exactamente poemas de amor, en el sentido literal del término, sino una incursión íntima en las profundidades del ser del poeta y su mundo. Una aproximación amorosa a su realidad impulsada, tal vez, por el clima que la pandemia y el encierro dejaron en la psique y la sensibilidad de esta autora que se siente, confiesa, cada vez menos tentada a las obligaciones sociales que el acto de la escritura a veces impone.


"Escribir poesía es una habitación sola, sin ventanas, a la que entro muy callada", dice Chocrón (KARIM DANNERY)

“De repente estos años que siguen a la pandemia me han hecho algo similar a dejar de correr, dejar que las cosas ocurran y no afanarme por nada que no sea de vida o muerte. Escribo con calma, con la pauta y el ritmo que yo misma me impongo. Publico de la misma manera, cuando hay oportunidad. Siento que no tengo que llegar a ninguna parte, sino que más bien voy de regreso. Y eso me da tranquilidad y me da sosiego. Es como si a mi alrededor yo viera a todos afanados y yo estoy sentada en mi lugar, tranquila. Y estoy bien así”.

“Salgo poco”, continúa. “Cada vez voy a menos cosas. Ni presentaciones, ni bautizos, ni premieres. No sé si es una secuela de la pandemia o si es una nueva vocación, que es estar más sola y más callada. Y para comunicarme las redes me bastan”.

Su caso es poco común en nuestra literatura, en el sentido de que su obra abarca prácticamente todos los géneros, y en todos ha recibido reconocimientos, aunque, dice, en los círculos literarios si hablan de poesía la consideran narradora, y viceversa.

Consultada sobre esta versatilidad literaria, y las diferencias que siente ante cada género, aparta un poco el guion, en el que las imágenes se sobreponen con mucha fuerza al diálogo, mientras que la narrativa, como el teatro, es “una fiesta con muchos invitados”, y la poesía “una habitación sin ventanas”.

“Sí, la narrativa es como una fiesta con muchos invitados, cada uno con sus anécdotas e historias personales, a la que voy para enterarme de sus historias, cuitas y satisfacciones. Es un proceso agradable, y además asignarle a cada quien su propia historia se me hace un juego poderoso. Escribir poesía, en cambio, es una habitación sola, sin ventanas, a la que entro muy callada, muy alerta, para ver, oír y sentir, sin hacer ruido. Y a veces me da miedo”.

-¿Qué hace actualmente? ¿Sigue en Caracas?
-Sigo en Caracas, trabajando otro libro, una novela, o una novelita, una historia que ocurre a distintos personajes en la misma noche. Además estoy haciendo tutorías de proyectos y guiones al Centro Nacional de Cinematografía, y mantengo mi columna quincenal en el portal La Gran Aldea. Algo que yo nunca había hecho, una columna de opinión, pero que disfruto mucho porque me gusta el feedback inmediato de los lectores, lo que no ocurre con los libros, y tampoco pasa con el cine, porque demora años que un guion se transforme en una película.
@weykapu




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