"Lo esencial es invisible a los ojos", afirmó el zorro de El Principito antes de revisar la obra de René Descartes. La realidad de nuestros ojos, compuestos únicamente por tres tipos de conos, impide captar espectros de color más amplios, colores que nuestro cerebro no es capaz de procesar, ni siquiera de imaginar.
Hay trucos, sin embargo, para que el ojo sea capaz de comprender una realidad visual compleja. Si usted observa de cerca la obra de David Sánchez-Vagnoni podrá notar los matices de color que componen su propuesta geométrica abstracta. Rectas diagonales sobre un plano y nada más.
La magia ocurre al dar pasos medidos hacia atrás, entonces la obra muta, cambia ante sus ojos. Las líneas componen fugas, los colores se difuminan y crean sombras. Los poliedros adquieren volumen y se escapan del plano al que están confinados.
La percepción del color en nuestros ojos es limitada, nos engaña, y por eso somos incapaces de apreciar lo esencial que yace a la vista.
David Sánchez-Vagnoni (Caracas, 1977) es Ingeniero Civil egresado de la Universidad Metropolitana. Siempre sintió afinidad por el dibujo, destacándose en su juventud como tatuador amateur, haciendo diseños en rapid graff sobre piel.
Durante su carrera rehacía, por diversión, las asignaciones en materia de Geometría Descriptiva. Y un buen día, decidido a retomar el dibujo.
El resultado podrá ser revisado a partir de mañana, a las 11:00 am, en Becerra Guzmán Galería, ubicada en el galpón 7 del Centro de Arte Los Galpones, ubicado en Los Chorros.
La obra de Sánchez-Vagnoni ya ha participado en la feria Art Basel Miami e integrado importantes exposiciones colectivas en suelo estadounidense.
El proceso creativo de Sánchez-Vagnoni comienza con el artista enfrentado al lienzo en blanco, que interviene usando lápiz, calculadora y escalímetro. La mano inspirada en la arquitectura del mundo, pinta con acrílico pequeños rectángulos que componen poliedros, rombos y otras composiciones geométricas, utilizando una paleta de color mínima y siempre partiendo del estudio del punto y la línea para crear ilusiones de fuga y tridimensionalidad.
En esta exposición, además, hay piezas de carácter escultórico que constituyen el debut del creador en esta disciplina de las artes visuales. Una de ellas toma la forma de rayado peatonal doblado, mientras que otra se integrará por segmentos a una suerte de jardín vertical donde macetas de malangas, helechos y papel de música penden exuberantes de una estructura metálica fijada a un lienzo de grama artificial. Esta intervención permitirá tanto al público asistente como a futuros compradores apreciar la obra de Sánchez-Vagnoni al ser integrada a exteriores.
La obra del artista autodidacta ha gozado gran aceptación entre el público. Entre sus obras hay una particularmente popular: la de un Ávila multicolor descompuesto en polígonos. Confiesa que no es su composición favorita. Pero conoce el arraigo y la nostalgia que representa.
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