Visitar, ver, conocer, documentar. La cámara se convierte en un expectador inflexible que no acepta la mentira. Y, por lo mismo, se convierte en el recurso más verídico para captar la emoción ahogada de quien transita por realidades sumamente crudas.
Esa es precisamente la labor de Anayansi Prado, laureada documentalista de origen panameño, quien visitó Venezuela para dictar una master class durante el taller Una mirada singular, dictado por la casa productora Tres Cinematografía en conjunto con el programa American Film Showcase y el auspicio de la Embajada de Estados Unidos.
El nombre de Prado comenzó a resonar en 2005 con Maid in America, su primer documental sobre la vida de empleadas domésticas en Los Ángeles. Posteriormente estrenó Children in No Man's Land (2008), un relato desgarrador sobre los menores de edad que emprenden sin acompañantes la ardua travesía de cruzar la frontera entre Estados Unidos y México.
En abril de este año Anayansi estrenó The Unafraid, documental independiente sobre la vida de tres estudiantes DACA, parte del programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia, a quienes les fue prohibido asistir a universidades tras el derogamiento del decreto que les permitía tener acceso a educación universitaria.
Una mirada singular comenzó con 40 jóvenes residentes en Venezuela que, gracias a las enseñanzas del cineasta Marcel Rasquin y el productor Joe Torres, afinaron sus destrezas en técnicas narrativas y herramientas básicas para realizar un proyecto cinematográfico.
En julio comenzaron el desarrollo de diez documentales para diez organizaciones no gubernamentales, entre las cuales se encuentran Yoga en los barrios, Caracas en 365, Discapacidad Cero, Trazando espacios, Cascos azules, 1001 Ideas para mi país, la Asociación Venezolana para una Educación Sexual Alternativa (Avesa), Alimenta la solidaridad, la Escuela de Boxeo Jairo Ruza y Chama Tech.
Fue en esta etapa del proceso donde se destacó la mirada singular de Anayansi en materia de asesoría a cada alumno. "Ha sido una experiencia sumamente gratificante. Hicieron un excelente material, con historias muy interesantes. En mi labor como asesora, pude notar que había proyectos muy buenos y por muy buenos caminos. Estoy segura de que nos harán sentir orgullosos en un futuro", afirma Prado.
La realidad cambia según la voz de quien la cuenta, de quien la vive. Esa, para Anayansi Prado, es la riqueza y el poder del género documental. La realizadora observa que aún existe en Latinoamérica una grave falta de conocimientos en materia de apoyos para cineastas independientes. "Muchas veces los cineastas desconocen cómo llenar una aplicación, cómo hacer una propuesta, elementos básicos para aplicar a un fondo de cine". Por eso, a donde va, siempre comparte dicha información con los jóvenes.
Por décadas, el cine venezolano ha cargado con el estigma de convertir la realidad incómoda de la vida en el barrio en su bandera. Hoy, el sino se ha convertido en bendición.
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