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A CONTROL REMOTO

Nino Bravo, aún vigente a 50 años de su muerte

El músico español falleció en un accidente automovilístico el 16 de abril de 1973, pero el recuerdo de su música persiste

  • AQUILINO JOSÉ MATA

23/04/2023 01:00 am

Que Nino Bravo es uno de los artistas más influyentes de la música pop en español de todos los tiempos, es algo que muy pocos discuten. Desde Te quiero, te quiero, hasta América, América, pasando por NoeliaLibre, Cartas amarillas, Un beso y una flor y muchas otras de las canciones que popularizó, permanecen vigentes y en el recuerdo, al cumplirse 50 años de su trágica muerte en un accidente automovilístico, ocurrido el 16 de abril de 1973. Apenas tenía 28 años y acababa de alcanzar el tan deseado estrellato, dentro y fuera de su España natal. Tres años, de 1970 a 1973, le bastaron en la industria discográfica para consolidar con rotunda contundencia su categoría de ídolo de multitudes, que ha perdurado en el tiempo por encima de modas y generaciones.

Su verdadero nombre era Luis Manuel Ferri Llopis y nació el 3 de agosto de 1944 en un pueblo valenciano llamado Ayelo de Malferit. A los 20 años fundó con dos amigos el grupo Los Hispánicos, con mucho éxito en los bailes, pero sus compañeros no se tomaban la música en serio. Al poco tiempo decidieron dejarlo. Luego formó parte de otro grupo, Los Superson, hasta que decidió probar suerte como solista. Su lanzamiento discográfico se realizó en 1969 en medio de una gran campaña mediática, según lo relata su web oficial. Sus primeras grabaciones fueron Como todos y Es el viento, compuestas ambas por Manuel Alejandro, compositor habitual de Raphael. No tuvieron el recibimiento esperado y provocaron injustas comparaciones con el intérprete de Yo soy aquel, al tener la firma del autor de sus grandes éxitos.

Te quiero, te quiero tiene su historia
El panorama cambia cuando al año siguiente, en 1970, le llega su primer gran suceso: Te quiero, te quiero. Esta canción tiene una historia muy peculiar. Su compositor, Augusto Algueró, se la entregó a Lola Flores para una película argentina en donde trabajaría, pero los productores del filme querían cambiarle la letra y Algueró se la ofreció entonces a Raphael, quien la grabó, pero quedó archivada por desavenencias entre el artista y su discográfica. Después llegó a las manos de Nino Bravo, quien la convirtió en un éxito indiscutible y la incluyó en su primer LP. Desde entonces es una de las canciones más versionadas del pop español. Poco después, Latinoamérica le abre las puertas y comienza a realizar actuaciones televisivas y directos en Venezuela, Argentina y Chile. A finales de 1971 recibe triple disco de oro por las ventas de Te quiero, te quiero.

El 20 de abril de 1971, en plena cresta de la ola y en total secreto, contrajo matrimonio con María Esther Martínez Gil, una joven a la que había conocido meses atrás en una discoteca en Valencia. El matrimonio tuvo dos hijas, la última de ellas nacida poco después de la muerte del cantante. Tras un verano repleto de actuaciones, y con su segundo larga duración ya grabado, en septiembre de 1971 inicia su primera gira latinoamericana de presentaciones personales y de TV, en la que visitó Argentina, Chile, Perú, Colombia y Venezuela.

A principios de 1972 apareció su tercer elepé, titulado Un beso y una flor, un álbum eminentemente romántico, con una producción más cuidada y un repertorio que lo colocó rápidamente en las listas de éxitos discográficos con las canciones Cartas amarillas y Noelia. Tras su regreso a España se publicó Mi tierra, su cuarta producción en acetato, que incluye el hit Libre, una oda a la libertad que narra la muerte de un joven acribillado por soldados mientras intentaba escapar de la Alemania comunista saltando el muro de Berlín. Con este tema termina 1972 encumbrado en las listas de difusión y ventas en varios países hispanoamericanos.

Muerte a los 28 años
1973 lo comenzó inmerso en la preparación del que sería su quinto álbum de estudio, cuya orquestación fue grabada íntegramente en Inglaterra. Por entonces había decidido también incursionar en la producción de otros artistas. En ello andaba cuando encontró la muerte el 16 de abril de 1973, en una carretera de Villarrubio, cerca de Madrid. Se dirigía desde Valencia a la capital con su guitarrista, Pepe Juesas, y el Dúo Humo, formado por los jóvenes Fernando Romero y Miguel Ciaurriz, con el objetivo de producir el primer disco de este nuevo dueto, al que apadrinaba. Su muerte produjo una gran conmoción y se calcula que más de 10.000 personas acudieron a su entierro. En junio de 1973, su disquera publicó el single póstumo de América, América, que consiguió un récord al colocar más de 90.000 copias antes de salir a la venta. Semanas después editaron su último LP, titulado …Y vol. 5, que contenía las diez canciones que grabó poco antes de fallecer.

A través de estas cinco décadas, la figura de Nino Bravo no ha hecho sino resurgir una y otra vez en el panorama musical. Discos de duetos con artistas contemporáneos a través de técnicas digitales de grabación, más de un millón de copias vendidas, un musical sobre su vida que ha recorrido España y Latinoamérica, su propio museo en su ciudad natal, numerosas calles con su nombre en el callejero español, así como los 10 discos de diamante entregados en 2013 a su familia por Universal Music, son la prueba de que aún vive en el corazón de miles de admiradores que lo recuerdan y apuntalan su vigencia.

A Venezuela vino dos veces
Nino Bravo visitó Venezuela en dos oportunidades. En octubre de 1970 cantó en el programa de Venevisión, Sábado Sensacional y realizó presentaciones personales en el local nocturno El Hipocampo, ubicado en el Centro Comercial Chacaíto, donde compartió escena con la cantante venezolana Nancy Ramos. Las presentaciones fueron a casa llena, según reseñó la prensa de la época.

Su segunda y última presentación entre nosotros fue en noviembre de 1971. Vino contratado por Radio Caracas Televisión en ocasión del lanzamiento del programa Martes Monumental. Entonces sonaba apreciablemente en las radioemisoras de todo el país con Te quiero, te quiero y Mi gran amor. Esta vez sólo hizo TV, pues aunque recibió ofertas para actuaciones personales, debía regresar a España a cumplir otros compromisos.

Fue tan popular en Venezuela, que la empresa disquera Polydor lanzó un elepé recopilatorio, titulado Nino Bravo en Caracas, en cuya carátula aparecía el cantante posando, con la nao “Santa María” de fondo, en el Parque del Este. El disco, como era de esperarse, resultó todo un récord de ventas.
@aquilinojmata






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