Salzburgo.- Bajo el lema Pasión y éxtasis, comienza mañana el programa de los Festivales de Salzburgo, el mayor festival de ópera y música del mundo.
El evento, que se mantiene hasta el 30 de agosto, ha sido considerado una hazaña, ya que presentará cinco óperas y cuatro reposiciones teatrales, además de numerosas orquestas, solistas, conciertos de cámara, lecturas y simposios, con más de 200 representaciones en 18 lugares distintos.
Tras la turbulenta etapa del director artístico Alexander Pereira, y una nada espectacular fase con una dirección provisional, el festival navega aguas tranquilas bajo la dirección de Markus Hinterhäuser, un joven gestor cultural y pianista que se dedica en su segunda temporada a aquello que mejor conoce: crear programas para todos los gustos sin olvidarse de las sorpresas.
El programa operístico de este evento que cada año convierte a Salzburgo en centro del mundo durante seis semanas, arranca con una nueva versión de La flauta mágica, de Mozart, dirigida por la estadounidense Ludia Steier. El director artístico Romeo Castellucci ultima los retoques de su Salomé, de Richard Strauss, mientras que el maestro Hans Neuenfels trabaja en La dama de picas, de Chaikovski.
Además habrá reposiciones de Las bacantes de Hans Werner Henzes (dirigida por Krzysztof Varlikovski) y La coronación de Popea, de Claudio Monteverdi, dirigida por Jan Lauwers.
Hace tiempo que se agotaron las entradas para los grandes estrenos operísticos, así como para el clásico Jedermann, de Hugo von Hofmannsthal, que se ha representado más de 680 veces en casi un siglo y está totalmente ligado al festival. La versión modernizada de esta obra desde la óptica de Michael Sturmiger se representará por segundo año consecutivo.
Los espectáculos teatrales incluyen una versión de Pentesilea, de Heinrich von Kleist, reducida a dos personas, una dramatización de la novela de Knut Hamsun Hambre y Ulrich Rasche interpretará Los persas de Esquilo.
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