A CONTROL REMOTO
45 años sin Renny
El Número Uno de la televisión venezolana fue un hombre excepcional y un profesional insustituible
Que desde su trágica muerte, de la cual se acaban de cumplir 45 años, no haya aparecido otro hombre de televisión del talento, la inteligencia y el conocimiento de su oficio de Renny Ottolina, es algo que habla por sí solo de la estatura profesional de este hombre excepcional, cuya huella aún permanece imborrable, en un medio que hoy, como contrapartida, vive una de las más graves crisis de toda su historia. Si uno hoy día, gracias a YouTube, se pasea por algunas de las imágenes que recogen fragmentos de sus shows -desafortunadamente muy pocos, tomando en cuenta la prolífica producción del bien llamado Número 1 de la TV, tanto en su época de Radio Caracas Televisión, como posteriormente en el Canal 8-, puede percatarse de que este hombre era un adelantado a su tiempo, en una época en que la pequeña pantalla apenas comenzaba a absorber sus primeros desarrollos tecnológicos.
Desde las escenografías hasta las coreografías, pasando por la concepción de los mensajes publicitarios -en vivo o grabados-, así como la utilización nada convencional de recursos como el video tape, las grúas con cámaras para tomas aéreas y hasta las primeras grandes pantallas adosadas al ciclorama, que repetían hasta el infinito, o gigantescamente, la imagen de los cantantes que estuviesen haciendo su presentación con ellas como telón de fondo, todos fueron inventos que Renny traía a Venezuela, en esos lapsos anuales que se tomaba para reciclarse y respirar nuevos aires que le permitieran oxigenarse profesionalmente y poner los conocimientos adquiridos al servicio de sus programas.
Cada dos años se iba del país y luego regresaba, con más bríos, y ante la expectación de su múltiple legión de seguidores, revelaba esas excelentes lecciones de buena televisión a las que nos tenía acostumbrados a través de sus dos programas: El Show de Renny, que iba de lunes a viernes al mediodía; y Renny Presenta, el musical de una hora, que transmitía los domingos, con producciones musicales de primer nivel y sumamente cuidadas, que iba grabando durante toda la semana, con las estrellas más destacadas de Venezuela, los nuevos talentos nacionales en ascenso a los que tanto apoyó y figuras internacionales de la relevancia de Mina, Tom Jones, Ellis Regina, Ella Fitzgerald, Agostinho Dos Santos, Charles Aznavour y Armando Manzanero, por sólo mencionar algunas.
Pero el compromiso de Renny iba mucho más allá de hacer una televisión digna y de calidad. Era también un comunicador consciente de su poder e influencia en las masas, de allí las campañas de concientización pública, como la muy célebre de las señales de tránsito, tan bien diseñadas y ejecutadas que su impacto era eficaz e inmediato. La radio se convirtió, en sus últimos años, en tribuna para expresar sus ideas en torno al país. De allí a pasar a la política fue una consecuencia natural. Hoy, 45 años después de su muerte, ocurrida en un accidente aéreo el 16 de marzo de 1978, lo que se impone es recordarlo como la gran personalidad que fue en todos los ámbitos en los que se movió. Fue un hombre único, insustituible, el Número 1 por excelencia.
@aquilinojmata
Desde las escenografías hasta las coreografías, pasando por la concepción de los mensajes publicitarios -en vivo o grabados-, así como la utilización nada convencional de recursos como el video tape, las grúas con cámaras para tomas aéreas y hasta las primeras grandes pantallas adosadas al ciclorama, que repetían hasta el infinito, o gigantescamente, la imagen de los cantantes que estuviesen haciendo su presentación con ellas como telón de fondo, todos fueron inventos que Renny traía a Venezuela, en esos lapsos anuales que se tomaba para reciclarse y respirar nuevos aires que le permitieran oxigenarse profesionalmente y poner los conocimientos adquiridos al servicio de sus programas.
Cada dos años se iba del país y luego regresaba, con más bríos, y ante la expectación de su múltiple legión de seguidores, revelaba esas excelentes lecciones de buena televisión a las que nos tenía acostumbrados a través de sus dos programas: El Show de Renny, que iba de lunes a viernes al mediodía; y Renny Presenta, el musical de una hora, que transmitía los domingos, con producciones musicales de primer nivel y sumamente cuidadas, que iba grabando durante toda la semana, con las estrellas más destacadas de Venezuela, los nuevos talentos nacionales en ascenso a los que tanto apoyó y figuras internacionales de la relevancia de Mina, Tom Jones, Ellis Regina, Ella Fitzgerald, Agostinho Dos Santos, Charles Aznavour y Armando Manzanero, por sólo mencionar algunas.
Pero el compromiso de Renny iba mucho más allá de hacer una televisión digna y de calidad. Era también un comunicador consciente de su poder e influencia en las masas, de allí las campañas de concientización pública, como la muy célebre de las señales de tránsito, tan bien diseñadas y ejecutadas que su impacto era eficaz e inmediato. La radio se convirtió, en sus últimos años, en tribuna para expresar sus ideas en torno al país. De allí a pasar a la política fue una consecuencia natural. Hoy, 45 años después de su muerte, ocurrida en un accidente aéreo el 16 de marzo de 1978, lo que se impone es recordarlo como la gran personalidad que fue en todos los ámbitos en los que se movió. Fue un hombre único, insustituible, el Número 1 por excelencia.
@aquilinojmata
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