La hora cero, su ópera prima estrenada en 2010, fue vista por más de 600 mil espectadores en el país. Eso la ubicó entre las películas nacionales más taquilleras de todos los tiempos, con una recaudación de 2,6 millones de dólares, solo en el mercado local. No obstante, para su director, Diego Velasco, emprender otro proyecto en casa -nació en Estados Unidos, pero se crió en Venezuela- no fue nada fácil, sobre todo por la volátil situación económica del país que obliga a los cineastas a replantearse constantemente los presupuestos de sus obras o, en casos extremos, a replantearse también sus carreras.
Desde Los Ángeles, ciudad en la que reside, Diego Velasco se prepara para el estreno de la serie de comedia musical Grease: Rise of the Pink Ladies, precuela de Grease, la cinta que protagonizaron a finales de los años setenta John Travolta y Olivia Newton-John y en la que ese ícono de la rebeldía femenina que en su juventud fue la actriz Stockard Channing encarnó a Betty Rizzo, la líder de facto de la pandilla de chicas conocida como The Pink Ladies, la contraparte de la banda de chicos, los Thunderbids.
Grease: Rise of the Pink Ladies centra su atención en ese grupo de jóvenes estudiantes hartas e inadaptadas que el amorío entre Sandy (Newton-John) y Danny (Travolta) opacó en Grease. Pero desde el 6 de abril se contará su historia a través de la plataforma de streaming Paramount+. La serie, creada por Annabel Oakes, está ambientada en 1954, cuatro años antes de los eventos de Grease, y en ella Cynthia (Ari Notartomaso), Jane (Marisa Dávila), Olivia (Cheyenne Isabel Wells) y Nancy (Tricia Fukuhara) arremeten contra la moral imperante en la secundaria Rydell High.
Diego Velasco dirigió el tercer episodio…
-Desde que llegó a Los Ángeles centró su trabajo en series para televisión y plataformas digitales. ¿Por qué no ha desarrollado más proyectos cinematográficos?
-Hacer cine es como correr maratones, sólo cuando entrenas para cruzar Caracas de Este a Oeste, de pronto cambian la ruta de Caracas a La Guaira, pero por el Ávila. Cambias ropa, zapatos, comida y cuando llegas al Ávila se volvió a cambiar, pero a los Médanos de coro, ¡ah, y ahora es de noche! Por mucho que te preparas, siempre sale algo que no fue tu culpa, pero que igual te afecta directamente. Eso hacer cine para mí. Vives en la lucha diaria esperando que se alineen todas las estrellas y de pronto pasaron cinco años y aún no has empezado. Luego de La hora cero, luchaba para levantar una película y cuando me di cuenta de pronto habían pasado siete años sin haber podido dirigir a un actor.
Y prosigue: “Me volví experto en presentaciones, presupuestos, demos de ventas, pero no estaba dirigiendo. Los directores tienen que dirigir, así me enfoqué en dirigir televisión. Es difícil entrar a ese club exclusivo, pero una vez adentro, tienes el chance de dirigir todas las veces que quieras. En la TV no tienes el control o la libertad creativa que tienes en el cine, pero tampoco tienes la responsabilidad y la presión que viene en hacer cine. La TV te permite entrenar, pulir tus talentos y empujarte en géneros o estilos que quizás no sean tuyos, pero que si estás abierto te hacen mejor director. Como los atletas olímpicos, tenemos que entrenar lo más que podamos para estar preparados para el chance que nos toca cada cuatro años en las olimpiadas de ganar una medalla de oro”.
-¿Cuál es el estatus de The Whistler, el proyecto que se anunció después de La hora cero?
-The Whistler (El silbón) casi se ha rodado dos veces, pero entre una crisis económica, y una pandemia cada vez que estamos cerca de arrancar algo pasa. Ahora he aceptado que las películas saben cuándo tienen que salir, en verdad agradezco que no se dio antes porque ahora estoy mucho más preparado y maduro para contar esta historia. Todo apunta que la tercera vez que intentamos rodar pueda que sea la vencida. Ya tenemos financiamiento y (tocando madera) aspiro poder firmarla este año.
Desde Los Ángeles, ciudad en la que reside, Diego Velasco se prepara para el estreno de la serie de comedia musical Grease: Rise of the Pink Ladies, precuela de Grease, la cinta que protagonizaron a finales de los años setenta John Travolta y Olivia Newton-John y en la que ese ícono de la rebeldía femenina que en su juventud fue la actriz Stockard Channing encarnó a Betty Rizzo, la líder de facto de la pandilla de chicas conocida como The Pink Ladies, la contraparte de la banda de chicos, los Thunderbids.
Grease: Rise of the Pink Ladies centra su atención en ese grupo de jóvenes estudiantes hartas e inadaptadas que el amorío entre Sandy (Newton-John) y Danny (Travolta) opacó en Grease. Pero desde el 6 de abril se contará su historia a través de la plataforma de streaming Paramount+. La serie, creada por Annabel Oakes, está ambientada en 1954, cuatro años antes de los eventos de Grease, y en ella Cynthia (Ari Notartomaso), Jane (Marisa Dávila), Olivia (Cheyenne Isabel Wells) y Nancy (Tricia Fukuhara) arremeten contra la moral imperante en la secundaria Rydell High.
Diego Velasco dirigió el tercer episodio…
-Desde que llegó a Los Ángeles centró su trabajo en series para televisión y plataformas digitales. ¿Por qué no ha desarrollado más proyectos cinematográficos?
-Hacer cine es como correr maratones, sólo cuando entrenas para cruzar Caracas de Este a Oeste, de pronto cambian la ruta de Caracas a La Guaira, pero por el Ávila. Cambias ropa, zapatos, comida y cuando llegas al Ávila se volvió a cambiar, pero a los Médanos de coro, ¡ah, y ahora es de noche! Por mucho que te preparas, siempre sale algo que no fue tu culpa, pero que igual te afecta directamente. Eso hacer cine para mí. Vives en la lucha diaria esperando que se alineen todas las estrellas y de pronto pasaron cinco años y aún no has empezado. Luego de La hora cero, luchaba para levantar una película y cuando me di cuenta de pronto habían pasado siete años sin haber podido dirigir a un actor.
Y prosigue: “Me volví experto en presentaciones, presupuestos, demos de ventas, pero no estaba dirigiendo. Los directores tienen que dirigir, así me enfoqué en dirigir televisión. Es difícil entrar a ese club exclusivo, pero una vez adentro, tienes el chance de dirigir todas las veces que quieras. En la TV no tienes el control o la libertad creativa que tienes en el cine, pero tampoco tienes la responsabilidad y la presión que viene en hacer cine. La TV te permite entrenar, pulir tus talentos y empujarte en géneros o estilos que quizás no sean tuyos, pero que si estás abierto te hacen mejor director. Como los atletas olímpicos, tenemos que entrenar lo más que podamos para estar preparados para el chance que nos toca cada cuatro años en las olimpiadas de ganar una medalla de oro”.
-¿Cuál es el estatus de The Whistler, el proyecto que se anunció después de La hora cero?
-The Whistler (El silbón) casi se ha rodado dos veces, pero entre una crisis económica, y una pandemia cada vez que estamos cerca de arrancar algo pasa. Ahora he aceptado que las películas saben cuándo tienen que salir, en verdad agradezco que no se dio antes porque ahora estoy mucho más preparado y maduro para contar esta historia. Todo apunta que la tercera vez que intentamos rodar pueda que sea la vencida. Ya tenemos financiamiento y (tocando madera) aspiro poder firmarla este año.
"Me encantó que en este show, nadie es víctima, todos toman el control de sus vidas", afirma Diego Velasco (CORTESÍA PARAMOUNT+)
-¿Cómo llega a Grease: Rise of Pink Ladies?
-Grease es un proyecto muy especial para mí. Lo cómico es que antes de tomar el trabajo no era fanático de los musicales y por eso me gustó el reto de hacerlo. La creadora del show le quería rendir tributo a la película y el estudio nos dio todo el apoyo para hacer algo mágico. Todo el vestuario, decoración y la cinematografía es muy fiel a la película original. Filmamos con los mismos lentes anamórficos de la época pero con cámara y luces de última generación para obtener una imagen increíble. Los guiones son dinámicos y reflejan una realidad más interesante, más compleja, a la que estaba en la película. Yo dirigí el tercer episodio y no puedo relevar la trama, pero sí puedo decir que me tocaron tres canciones muy divertidas.
-¿Cómo fue su encuentro con el musical, luego de haber realizado una carrera entre el thriller policial, el drama social y la comedia?
-Todo lo que pude dirigir antes de Grease me ayudó mucho para enfrentarme a este gran reto. Le conseguí muchas semejanzas a filmar tomas de acción y filmar números musicales. Los buenos musicales parecen fáciles de hacer porque todo el elenco está gozando. Pero detrás de esa ilusión hay un gran trabajo de ensayo y preparación. Claro, hay mucha presión y muy poco tiempo. Hay que definir dónde se va a concentrar toda la energía y el equipo para lograr lo que nos hemos propuesto. Como las buenas escenas de acción, quería filmar todo en cámara para todo fuera lo más real posible y con la menos cantidad de cortes. Si podía hacer toda una secuencia en una sola toma, lo hacía. Creo que los grandes musicales siempre tienen pocos cortes y planos abiertos para que la audiencia puede ver y apreciar todo lo que está pasando. Los pasos, el canto, el decorado, la escenografía son tan importantes como la cámara y la música. Siento que los musicales son más difíciles porque no hay planos cerrados, mientras que en las secuencias de Acción un plano cerrado te puede salvar la vida. En los musicales no puedes hacer trampa, mientras más honesto eres, mejor es el número.
-Grease: Rise of Pink Ladies se desarrolla a mediados de los 50. ¿Qué investigó de esa época?
-El show se desarrolla cuatro años antes que la película. En esa época, los hombres tenían sus grupos/ pandillas con sus respectivas chaquetas. En la película son los Thunderbirds. Las mujeres no podían tener lo mismo que los hombres, hasta que llegan las Pink Ladies y deciden tomar una postura y formar a su grupo con respectivas chaquetas rosadas. Me encantó que en este show, nadie es víctima, todos toman el control de sus vidas.
-¿Volverá a hacer cine en Venezuela?
-Siempre sueño volver a Venezuela. ¿Quién no quiere volver a casa? Por ahora resido en Los Ángeles, es donde tengo que vivir para hacer lo que hago, pero tengo la dicha de filmar en todo el mundo. Grease fue filmada en Vancouver, Canadá, y justo acabo de filmar un show que se llama While You Were Breeding en tres ciudades distintas de Argentina, así que espero que en un futuro pueda volver a filmar en la tierra que me inspiro a ser cineasta.
@juanchi62
-Grease es un proyecto muy especial para mí. Lo cómico es que antes de tomar el trabajo no era fanático de los musicales y por eso me gustó el reto de hacerlo. La creadora del show le quería rendir tributo a la película y el estudio nos dio todo el apoyo para hacer algo mágico. Todo el vestuario, decoración y la cinematografía es muy fiel a la película original. Filmamos con los mismos lentes anamórficos de la época pero con cámara y luces de última generación para obtener una imagen increíble. Los guiones son dinámicos y reflejan una realidad más interesante, más compleja, a la que estaba en la película. Yo dirigí el tercer episodio y no puedo relevar la trama, pero sí puedo decir que me tocaron tres canciones muy divertidas.
-¿Cómo fue su encuentro con el musical, luego de haber realizado una carrera entre el thriller policial, el drama social y la comedia?
-Todo lo que pude dirigir antes de Grease me ayudó mucho para enfrentarme a este gran reto. Le conseguí muchas semejanzas a filmar tomas de acción y filmar números musicales. Los buenos musicales parecen fáciles de hacer porque todo el elenco está gozando. Pero detrás de esa ilusión hay un gran trabajo de ensayo y preparación. Claro, hay mucha presión y muy poco tiempo. Hay que definir dónde se va a concentrar toda la energía y el equipo para lograr lo que nos hemos propuesto. Como las buenas escenas de acción, quería filmar todo en cámara para todo fuera lo más real posible y con la menos cantidad de cortes. Si podía hacer toda una secuencia en una sola toma, lo hacía. Creo que los grandes musicales siempre tienen pocos cortes y planos abiertos para que la audiencia puede ver y apreciar todo lo que está pasando. Los pasos, el canto, el decorado, la escenografía son tan importantes como la cámara y la música. Siento que los musicales son más difíciles porque no hay planos cerrados, mientras que en las secuencias de Acción un plano cerrado te puede salvar la vida. En los musicales no puedes hacer trampa, mientras más honesto eres, mejor es el número.
-Grease: Rise of Pink Ladies se desarrolla a mediados de los 50. ¿Qué investigó de esa época?
-El show se desarrolla cuatro años antes que la película. En esa época, los hombres tenían sus grupos/ pandillas con sus respectivas chaquetas. En la película son los Thunderbirds. Las mujeres no podían tener lo mismo que los hombres, hasta que llegan las Pink Ladies y deciden tomar una postura y formar a su grupo con respectivas chaquetas rosadas. Me encantó que en este show, nadie es víctima, todos toman el control de sus vidas.
-¿Volverá a hacer cine en Venezuela?
-Siempre sueño volver a Venezuela. ¿Quién no quiere volver a casa? Por ahora resido en Los Ángeles, es donde tengo que vivir para hacer lo que hago, pero tengo la dicha de filmar en todo el mundo. Grease fue filmada en Vancouver, Canadá, y justo acabo de filmar un show que se llama While You Were Breeding en tres ciudades distintas de Argentina, así que espero que en un futuro pueda volver a filmar en la tierra que me inspiro a ser cineasta.
@juanchi62
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