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Érika De la Vega: "Improvisar es romper el protocolo"

La animadora se estrena como actriz de la mano del director Michel Hausmann con la obra "Puras cosas maravillosas", que se presenta hasta el 5 de agosto en el Colony Theatre de Miami

  • CATHERINE MEDINA MARYS

16/07/2018 01:00 am

Primer intento. Llamada. Espera. Contestadora: "The person you're calling is not avaliable at this moment!". Cuelgo.

Segundo intento. Llamada. Silencio absoluto. Cuelgo. Le escribo. Poco después me envía una nota de voz pidiendo que la llame inmediatamente. 

Tercer intento. Corro. Llamo. Atiende, hablamos, colgamos. La llamada no se realiza cuando el precario servicio telefónico de Venezuela haga viable la llamada, o cuando la agenda periodística lo permite. Es cuando a Érika De la Vega le es posible sacar algunos minutos de su tiempo en familia, de la revisión de su stand-up, de reuniones de los proyectos por venir. Es la receta que le ha permitido el reconocimiento internacional. Y la receta no admite modificaciones.

En los pasillos de Circuito Onda los productores cuentan que había dos nombres que utilizaban para marcar los alimentos en la nevera comunitaria y evitar que algún colega abusador y goloso lo consumiera. Uno era el de César Miguel Rondón, por supuesto. Y el otro, el más temido y por ende el más utilizado, era el de Érika. La leyenda negra de su temperamento ahuyentaba a quien hubiese reunido el coraje de secuestrar la vianda con su nombre escrito a marcador sobre tirro. Pero lo de Érika no es una cuestión de mal carácter. Es la necesidad del profesional disciplinado, perfeccionista. Una mujer que no tiene la necesidad de hacer reír por agradar, sino por el desarrollo de cierta ironía, de cierta acidez que la han posicionado en el top of mind del público latinoamericano. 

En esta oportunidad, De la Vega protagoniza, dirigida por Michel Hausmann, la primera versión en español de la obra Puras cosas maravillosas, original de Duncan Macmillan y John Donahoe. Las indicaciones para el protagonista son sencillas: un hombre o mujer de cualquier edad o etnicidad. De la Vega comienza a contar aquellas cosas por las que vale la pena vivir interpretando a una niña de 7 años que desea convencer a su madre, quien ha perdido las ganas de vivir, de que existen cosas en este mundo por las cuales vale la pena seguir con vida. Es su primera vez actuando, "sin truco".

-¿Por qué sin truco?
-Porque cuando lo he hecho me ha tocado hacer de mí misma, o un cameo en una película…sabes, con truco. Pero esta vez sí es en serio. Lo que pasa es que esta obra, cuando Michel Haussman me la propuso, me explicó que era "40% improvisación, 60% de texto". Por más que fuera actuación y que podría sentirme ajena, como hay tanta improvisación me iba a sentir cómoda porque es lo que he hecho a lo largo de mi vida.

-¿Qué retos representa su primera vez actuando?
-Primero, caletrearme un texto. Y segundo, poder decirlo de una manera que pareciera mío. Esa ha sido mi gran preocupación mas no la de Michel, que me ha apoyado mucho, creyó en mí para hacerlo y que sería más fácil de lo que yo pensaba. Me he sentido muy satisfecha cuando el público no sabe si es mi historia o la de otra persona. Quiere decir que sienten que les estoy echando un cuento de mi vida. Eso quiere decir que no estoy actuándolo. Esa es mi meta.

-¿Nota usted alguna diferencia entre la improvisación cómica y la dramática?
-Aquí la improvisación tiene mucho humor, porque aunque se habla de depresión se trata en clave de humor, como en una clave de conga. Muchos me preguntan: "¿cómo puedes hablar del suicidio con ese tono?" Y creo que es lo más normal del mundo hacerlo así. Los días de uno no son 100% felicidad, ni 100% tristeza. Ese espacio de poder hablar de algo serio con humor  me dio la libertad para no sentir que estoy haciendo algo dramático. Creo que al final la improvisación, sin importar el tono, drama, comedia, serio o no, es la necesidad de romper con el protocolo, con lo que está establecido. Y a mí me encanta hacer eso. La improvisación está para jugar, para sorprender al espectador que tienes en frente. Y la risa es terapéutica, así sea stand-up u obra de teatro, soy fiel creyente de que la risa sana y de cualquier manera la seguiré llevando a donde sea.

-¿Piensa usted que existe alguna reticencia del público para hablar de estos temas?
-Fíjate que la gente va muy interesada en ver esta obra porque es un espacio para hablar de eso. No sabes la cantidad de comentarios que salen después de la obra. La gente se acerca y te cuenta su vida, se abre para decirlo. Sí siento que el mundo de hoy no te deja estar triste, o no está permitido, es una ofensa deprimirse. Nadie lo muestra. Nadie brinda en Instagram con vino rosado con sus amigas diciendo “Aquí, en un mal día”. Una cobra como Puras cosas maravillosas invita, abre un espacio para hablar de esto. El público sale muy agradecido. Es un tema del cual nadie habla. Pasa. Y en eso la obra tiene un mensaje muy claro: hay que escucharse, hay que evaluarse, hay que estar pendiente de la gente a nuestro alrededor, y hay que hablar las cosas. La obra es un mensaje a tiempo también para empezar a buscar las cosas maravillosas de tu vida que no estás viendo. Cada quien la lleva al lugar donde quiera llevarla. 

-¿Cuáles son las cosas maravillosas?
-Creo que estoy haciendo terapia gratis...Esta obra me ha permitido hablar de un tema del cual nunca he hablado, y me siento aliviada. Ahora puedo decir: “Sí, todos hemos estado tristes, ¿cuál es el problema?". Puras cosas maravillosas llega en un momento de mi vida en el que puedo identificar con cierta tristeza. Si me la hubieran ofrecido hace diez años la hubiese aceptado, pero sin tanta conexión. He crecido un poquito, me fui de mi país y he vivido otro tipo de experiencias diferentes. Es ahora cuando puedo relacionarme con mi personaje y decir: "Yo sé de donde viene la tristeza, yo la he vivido, yo la he sentido, y no soy ajena a ello". La tristeza también hay que celebrarla, atesorarla, y guardarla o ponerla en acción. Aceptar que es parte de tí.

-La gente ha tenido la oportunidad de colocar sus cosas maravillosas en una gran cartelera que está en el teatro. Van desde una arepa pasando por Messi, hasta divorciarse. Cada quien tiene su propia historia, y es chévere que busquen sus cosas maravillosas a su alrededor. Para mí, las cosas maravillosas son las nuevas oportunidades. Las papas fritas. La serie Friends. Tener a tu abuela viva todavía. 


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