Espacio publicitario

De la Shakira de "Pies descalzos" a la mujer que no llora pero factura

A raíz de su éxito polémico con Bizarrap, analizamos la obra de la cantautora colombiana: el largo viaje de una artista que no cesa de cantar su vida

  • DULCE MARÍA RAMOS

29/01/2023 01:00 am


Shakira tiene más de treinta años de carrera. Premios, millones de discos vendidos, una estatua en su ciudad natal, Barraquilla, una estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood y la interpretación de himnos de copas mundiales la han convertido en una celebridad e ícono de la música pop hispanoamericana que ha sido inspiración de nuevas voces como las de Rosalía y Karol G. Pero por qué sorprende tanto su sesión con Bizarrap dedicada de forma tan explícita a su expareja y padre de sus hijos Gerard Piqué, por qué se ha convertido, especialmente en España y Colombia, en un tema de dominio público tanto para el ciudadano común como para intelectuales y hasta políticos.

Simplemente, cambió el cómo se concibe y se muestra ante los otros la artista colombiana, porque cuando se revisa su obra discográfica desde Pies descalzos (1995) -partimos de esta placa que la consolidó internacionalmente porque sus dos primeros álbumes, Magia (1991) y Peligro (1993) son omitidos de su palmarés ni aparecen en las plataformas- hasta El Dorado (2017), sus canciones giran alrededor de lo autobiográfico, hablan de sus amores y despechos, de los que conocemos además a sus protagonistas: Osvaldo Ríos, Antonio de la Rúa y Gerard Piqué. En ellas también aparecen sus tres yo: la roquera, la diva pop y la folklórica.

Shakira parte de un amor de telenovelas (Suerte y Me enamoré), platónico (Antología), romántico, con besos a sapos incluidos (En tus pupilas), y un desamor tóxico donde la mujer no es nada sin el ser amado (Ciega, sordomuda), para llegar a una especie de empoderamiento y renacer de la autoestima (Loba), su afrenta a la causa de su dolor (Si te vas), hasta culminar con una venganza o catarsis al mejor estilo del teatro griego (Te aviso, Te anuncio).

Esto no es nuevo en la industria. Hay casos recientes: Adele y Taylor Swift usan sus vivencias para hacer arte, igual sucede en la pintura o en el cine. Entonces, ¿cuál es la diferencia?, que Shakira es latina, cercana, creció con nuestros referentes culturales, de ahí que, inconscientemente, nos apropiamos de sus sentimientos como si fueran nuestros. Shakira es la nieta, la hija, la hermana, la amiga, eres tú y yo.

Las tres Shakira
En esa construcción autobiográfica, Shakira ha concebido tres yo que van a la par de su proyección y exploración de estilos musicales. El primero fue la roquera que pasó del cabello negro al rojo y que está representada en Pies descalzos (1995) y Dónde están los ladrones (1998). Más allá de lo amoroso, la artista explora temas como la doble moral de la sociedad (Octavo día) o el aborto (Se quiere, se mata). Sin embargo, en esa misma época aparece Ojos así, que la conecta con sus raíces libanesas y le dieron un sello distintivo por su movimiento de caderas, que potenció años después con sus himnos mundialistas Hips Don't Lie, Alemania 2006; Waka Waka, Sudáfrica 2010, y La La La, Brasil 2014.


¿Extrañan los fans a la Shakira de sus inicios? (CORTESÍA SONY MUSIC COLOMBIA)

Esa imagen de la Alanis Morissette latina la llevó en 2000 a realizar el primer MTV Unplugged en español. Este hito hizo que su nombre fuera respetado en la industria a tal punto que Gustavo Cerati y Santana trabajaron con ella. Sin embargo, en su proceso de crossover, algo iniciado por Gloria Estefan y Ricky Martin, su imagen cambió a un cabello platinado y un sonido más pop y electrónico. A partir de aquí muchos fans empezaron a extrañar a la Shakira de los inicios, cuyas letras eran más elaboradas y no estaba obsesionada por acumular hits y encajar.

En su ejercicio autoficcional de diva pop hizo colaboraciones con Rihanna y Beyoncé. Su imagen era más delgada, mostraba más la piel y en ocasiones explotaba su lado sensual. Su musa y mánager era el argentino de La Rúa. Pero cuando acaba esta relación y aparece Piqué, Shakira abandona el brillo, los tacones y las lentejuelas.

Quizás, la época Piqué sea la menos atractiva musicalmente, hace seis años lanzó su última producción y desde ahí se ha dedicado a lanzar singles; de alguna forma, la artista decidió dedicarle tiempo a su familia, dejar de lado su carrera y mudarse de Miami a Barcelona, lo cual no es bueno ni malo, pero sí la afectó en un medio donde las reglas del juego han cambiado. De ahí que algunos fanáticos consideren que su sesión con Bizarrap sea la mejor canción de la carrera de Shakira; aunque analizando su obra la mejor es la menos comercial y que no fue número uno en los rankings: Día especial, escrita junto a Gustavo Cerati.

Shakira configuró su nuevo yo -quizás sin pensarlo- como cualquier diva española del siglo pasado: Lola Flores (La Faraona), Rocío Jurado (La Chipionera) o Isabel Pantoja (La Reina de la Copla), perseguidas por los paparazis, con sus vidas y amores documentados con detalles en las revistas del corazón como Hola!... ¡y problemas con Hacienda! Para ellas, su obra artística quedó invisibilizada.

Es así que la Cornuda de Barcelona, como es llamada Shakira en la Ciudad Condal, adoptó el epíteto de Loba para reivindicar su imagen, hacer renacer su carrera, conectar de nuevo con su fanaticada y sacarle provecho a algo que no estaba tan en auge cuando inició: las redes sociales. Y aunque el escándalo se desató por la trilogía de Piqué: Te felicito, Monotonía y Sesión 53, que a modo de folletín nos contaba el chisme ya desde 2020, y en plena pandemia, sus colaboraciones con Anuel y Black Eyed Peas hablaban sobre su separación y la nueva vida que quería tener.

No es que se cuestionen los cambios y transformaciones de un artista, en eso radica la evolución. El asunto es que esa evolución no se produzca por criterios artísticos, sino para encajar en un mercado o gustar. Ojalá, el nuevo álbum de Shakira explore otras temáticas, que la cantante no se obsesione con los récords en YouTube o Spotify, en ser viral o el nuevo trend de TikTok. Si bien Shakira necesita facturar, lo que sus fans aguardan es a la artista, no que los hagan parte de un cotilleo innecesario, porque a esta fecha nadie ha dicho si la sesión de Bizarrap es buena o mala, tampoco se han preocupado por examinar la carrera del argentino y sus colaboraciones con artistas emergentes.

El tema de Shakira deja una inquietud: ¿En realidad nos interesa la obra de un artista o excavar de forma enfermiza como marujas en su vida?
@DulceMRamosR





Siguenos en Telegram, Instagram, Facebook y Twitter para recibir en directo todas nuestras actualizaciones
-

Espacio publicitario

Espacio publicitario

Espacio publicitario

DESDE TWITTER

EDICIÓN DEL DÍA

Espacio publicitario

Espacio publicitario