Espacio publicitario

Nicomedes Zuloaga: “Nunca he creído mucho en eso de esperar la musa”

El escultor habla de lo aprehendido por él en 50 años de carrera y de la muestra que recorre su amplia trayectoria: "Zuloaga y lo transconceptual: Antológica 1972-2022", abierta en La Caja del Centro Cultural Chacao

  • JUAN ANTONIO GONZÁLEZ

02/10/2022 01:00 am

“La muestra intenta describir un camino, a veces tortuoso, otras veces recto. Toda mi obra está, según me parece, en un proceso de descubrimiento y de trabajo interior. Trabajo, por cierto, inconcluso ya que supongo durará a lo largo de mi existencia física”. Con estas palabras, el artista Nicomedes Zuloaga comienza a descifrar las claves de la exposición Zuloaga y lo transconceptual: Antológica 1972-2022, que se presentará hasta el 9 de este mes en La Caja, del Centro Cultural Chacao.

Son 55 obras que desandan el recorrido creativo de un artista ajeno a las clasificaciones, renuente a las etiquetas. Un artista cuyo trabajo, además, trasciende de las artes plásticas para encontrar diversas formas de expresarse en los campos de la comunicación, la literatura, la publicidad, la radio, el ámbito diplomático, la reflexión filosófica y el mundo esotérico.

"He llegado a la conclusión de que la mujer, como naturaleza, oculta toda la sabiduría y el conocimiento", afirma Nicomedes Zuloaga (CORTESÍA)

Cinco décadas que el artista, nacido en Caracas en 1949, divide en etapas para facilitar su revisión y comprensión:

“Me gusta ver la primera etapa de mi trabajo como algo que describo como ‘El mundo’. Una etapa de contradicciones y rebeldía ante ‘un mundo’ que desde muy niño me parecía, no solo injusto sino, además, incongruente. Uno de esos primeros despertares, si acaso se puede definir como despertar, fue la pobreza y la marginalidad en la cual vivía la gran mayoría de los habitantes de este planeta. Especialmente en Venezuela.

“Mis primeros trabajos estaban marcados por la denuncia. En este sentido publiqué, desde el diario La Verdad, varias campañas en las barriadas caraqueñas: Las catacumbas de la Avenida Libertador, un grupo de familias que vivía bajo el pavimento; campañas en el barrio Los Eucaliptos; sobre los leprosos en Cabo Blanco... Esto impactó mi trabajo plástico, y diría que la obra tuvo un carácter social. Algunas de estas campañas están documentadas en la exposición; así como también, una obra titulada Hunger (Hambre) que fue prestada por un coleccionista.

“No cabe duda que en cinco décadas mi trabajo sufrió cambios y transformaciones. Después de esa etapa, me fui a estudiar en Nueva York. Me inscribí en talleres libres de escultura y fotografía en la Escuela de Artes Visuales de Nueva York, en la calle 23. Durante esa época, mi trabajo se volvió más abstracto; diría que la obra de Brancusi y la de Giacometti tuvieron una influencia innegable en mi trabajo desde un punto de vista formal. En el taller de mi amigo Rafael Bogarín realice serigrafías de las cuales, lamentablemente, no conservo ninguna y no logré conseguir ninguna para esta nuestra.

Zuloaga: "La escultura es una especie de columna vertebral de mi trabajo" (CORTESÍA)

“La perspectiva de mi visión del mundo se ha transformado en la misma medida de mis descubrimientos y de mi trabajo de autoconocimiento. Me dediqué a superar lo que consideré mis irreductibles mecanismos internos. De allí que, en estas ‘etapas’ siempre hubo una especie de revisión circular de lo que hacía. Nunca he creído mucho en eso de esperar la musa. Considero que es en el trabajo permanente y en la concentración en la acción creadora, cuando se modifican nuestros estados habituales de conciencia, cuando se realizan las mejores obras. Durante cinco décadas he realizado un trabajo solitario, de hallazgos, de aciertos y a veces también de desencuentros. Y así…”, resume Zuloaga su fecunda andadura.

-Ha sido pintor, fotógrafo, orfebre, artista gráfico, literato, aparte de periodista y agregado cultural y de prensa en varias misiones diplomáticas. ¿Qué peso tiene la escultura en su vida, quizás la disciplina por la que más se le conoce?
-Entre mis actividades, no cabe duda, la escultura es una especie de columna vertebral de mi trabajo. Durante los años de la diplomacia, o del trabajo en la agencia de publicidad jamás dejé de trabajar la escultura. Fueron años en los cuales no tenía que vivir vendiendo mi obra y participando en exposiciones individuales o colectivas. La verdad me gustaba ese anonimato. Hice obra y escribí durante esos años. Algunas están expuestas en La Caja. Por otra parte nunca he tenido, según creo, mucho talento para el dibujo aunque me gusta hacer bocetos de mis obras. Me considero fundamentalmente escultor. Creo que hay que hacer de todo hasta descubrir nuestro talento y, después de eso, desvelar nuestra misión.

"Trascender mis taras y limitaciones ha sido el motivo de mi trabajo en todos los órdenes", asegura el escultor (CORTESÍA)

-En su trabajo escultórico predomina la figura femenina. ¿A qué reflexiones le lleva el cuerpo de la mujer?
-¡Ah , la figura femenina! En mi búsqueda he llegado a la conclusión de que la mujer, como naturaleza, oculta toda la sabiduría y el conocimiento. Al menos me da la impresión, ahora que estoy viejo, que todo lo he aprendido de lo que me han mostrado las mujeres al levantar, por lo menos, la punta del velo del conocimiento que ocultan. Por eso estoy profundamente agradecido de todas las mujeres, sin excepción, que han compartido su misterio conmigo. Es el alma de la mujer, en sus infinitas y extrañas facetas, lo que pretendo descubrir, mientras trabajo el barro.

“Por otra parte -agrega-, desde un punto de vista más formal, las formas convexas representan la vida y las formas cóncavas, la destrucción y la muerte. Por ejemplo, al observar la naturaleza , una fruta, al descomponerse, se llena de concavidades, lo mismo que un animal cuando muere. En cambio, la fruta madura tiende a ser convexa , como los senos o las nalgas de la mujer. De allí que, la esfera, junto a la mujer ha sido un tema recurrente en mi trabajo”.

-¿Qué es lo que define su obra como “transconceptual”?
-A lo largo de mi vida, trascender mis taras y limitaciones ha sido, digamos, el motivo de mi trabajo en todos los órdenes. Mi actividad plástica es solo uno de los medios que utilizo para comunicar los descubrimientos, más o menos conscientes, de mi mundo interior. Los antiguos egipcios consideraban que existía un ser maléfico que nos hacía creer que estábamos despiertos y vivos , cuando en realidad estábamos dormidos y, quizás , muertos. Entiendo la conciencia como un estado de despertar no habitual. Cuando modificamos nuestro nivel de conciencia, se modifican todos los niveles de significación. En un estado de conciencia alterada podemos conciliar, quizás, lo divergente y acceder a lo transconceptual. Esta exposición pretende mostrar, parcialmente, ese periplo a través de los significados descubiertos en esa batalla contra las aparentes contradicciones de mi mundo interior con la esperanza que otros descubran algún sendero, alguna puerta más allá de los conceptos, y en esta confrontación me muestren también a mí otros umbrales.
@juanchi62



Siguenos en Telegram, Instagram, Facebook y Twitter para recibir en directo todas nuestras actualizaciones
-

Espacio publicitario

Espacio publicitario

Espacio publicitario

DESDE TWITTER

EDICIÓN DEL DÍA

Espacio publicitario

Espacio publicitario