Los Premios Pepsi cumplen una década de su creación y, a lo largo de este período, la academia que está detrás de los galardones ha sorteado los obstáculos y no ha quitado la mirada de su objetivo: reconocer lo mejor del talento nacional.
“Estamos sorprendidos que hayamos sobrevivido a tantas cosas. Estoy feliz. Cuando vemos cómo empezaron los premios, cómo evolucionaron y todo lo que hemos aprendido, disfrutado y llorado nos impactamos. Celebrar el décimo aniversario es lo mejor que le puede pasar a la música hecha en Venezuela”, asegura el presidente de la Academia Pepsi, John Fabio Bermúdez.
Lo que nacieron como unos galardones necesarios para la industria local han logrado trascender.
“La iniciativa que arrancó para apoyar a los artistas, hoy en día es una sinergia. No un salvavidas para la música. Los Pepsi se transformaron en una alianza estratégica”, sostiene Otto Ballaben, vicepresidente de la Academia Pepsi.
“Pocas cosas tienen 10 años en Venezuela y eso te habla de la constancia de las personas que trabajan en ellos, de la manera en cómo los han hecho evolucionar, aunado al empeño de la marca por ejecutarlo”, destaca José Ricardo Di Guida, gerente de Categoría de Pepsi.
Y a pesar de los objetivos que ha sumado a lo largo de la existencia, Bermúdez cree que es necesario que el público sepa que el ente que preside es el alma mater de los reconocimientos.
“Hay gente que desconoce que existe una academia detrás de esto. Tal vez piensa que los artistas son escogidos a dedo. La academia está conformada por más de 100 personas, cantantes, productores, managers, periodistas, gente valiosa de radio y televisión que escucha cada obra, con diferentes puntos de vista, que aman la música y evalúan los trabajos”, expone el directivo.
El vicepresidente de la Academia Pepsi explica que el proceso de los premios arranca con la convocatoria a los músicos, quienes se postulan a través de una plataforma web; luego se pasa a una estandarización y se inician las sesiones con los especialistas de cada ritmo.
“Después de muchos filtros, en cada género quedan los nominados por categoría (tema, video, disco y artista) y luego, eso va a una votación popular. De hecho, nosotros publicamos nuestros nominados antes que los del Grammy Latino y no es casualidad que todos los años cantantes que han quedado como Artista del Año son nominados en esa ceremonia o en los Billboard u otros. Afuera están empezando a ver los Pepsi con mucha atención”, subraya Otto Ballaben.
Los directivos están conscientes de los desafíos que implica poner a andar la maquinaria de los reconocimientos.
“El mayor reto es que los premios sigan siendo congruentes con la realidad del mercado. Entre las cosas más espectaculares que pueden pasar es descubrir nuevos talentos. Mientras tengan sanidad y transparencia seguirán siendo exitosos”, asevera Bermúdez.
A juicio de Ballaben, otro de los desafíos que tienen los Premios Pepsi es integrarse más a la industria musical.
“Estamos conversando sobre nuevas ideas que se puedan realizar en función de esa incorporación. Ideal sería que no solo Pepsi sino también otras marcas hicieran un aporte a la causa que hemos abrazado. Es algo que hay que reconocer y valorar, que anualmente saca una tajada de su presupuesto para hacer esto”, expresa.
Una vez completado el proceso, la Academia Pepsi y los directivos recogen el fruto de su esfuerzo en la gala final.
“Es para nosotros como el acto de graduación y cuando anuncian a los ganadores, dices: ‘Wow. Estoy de acuerdo con que ganó este o ¡Qué lástima que este no quedó! Siempre me emociona y siempre digo: ¡Qué bonito. Ojalá que lo podamos repetir el año que viene! Agradecemos a la marca por permitirnos hacer esto”, dice el presidente de la Academia.
Ballaben va más allá. “Me gusta ver el efecto que generan los premios. He hecho estudios de impacto sobre esto con mi socia Gwen Mora. Los Premios Pepsi son más que un programa de televisión, son una plataforma que impulsa a todos. Muchos artistas activan su internacionalización a través de una premiación y usan la carta de nominación para gestionar sus visas. Es un aval hoy en día y empiezas a entender el prestigio de esta iniciativa”.
José Ricardo Di Guida, gerente de Categoría de Pepsi, confiesa que anualmente desean elevar la calidad de la ceremonia de la edición anterior.
“Siempre uno quiere superarse como equipo multidisciplinario no solo de marca, academia, comunicaciones. Armar un equipo con tantas personas pensando en lo mejor para el evento es complicado. Trabajamos para diferenciarnos. Nos preguntamos qué artista no ha estado, cuál conecta con el consumidor. Este año nos pusimos como objetivo volver en vivo y con público para sentir esa energía espectacular que influye en el show, sumado al hecho de que en cada edición alcanzamos un número mayor de votos, lo que nos dice que la gente cree y participa”.
“Estamos sorprendidos que hayamos sobrevivido a tantas cosas. Estoy feliz. Cuando vemos cómo empezaron los premios, cómo evolucionaron y todo lo que hemos aprendido, disfrutado y llorado nos impactamos. Celebrar el décimo aniversario es lo mejor que le puede pasar a la música hecha en Venezuela”, asegura el presidente de la Academia Pepsi, John Fabio Bermúdez.
Lo que nacieron como unos galardones necesarios para la industria local han logrado trascender.
“La iniciativa que arrancó para apoyar a los artistas, hoy en día es una sinergia. No un salvavidas para la música. Los Pepsi se transformaron en una alianza estratégica”, sostiene Otto Ballaben, vicepresidente de la Academia Pepsi.
“Pocas cosas tienen 10 años en Venezuela y eso te habla de la constancia de las personas que trabajan en ellos, de la manera en cómo los han hecho evolucionar, aunado al empeño de la marca por ejecutarlo”, destaca José Ricardo Di Guida, gerente de Categoría de Pepsi.
Y a pesar de los objetivos que ha sumado a lo largo de la existencia, Bermúdez cree que es necesario que el público sepa que el ente que preside es el alma mater de los reconocimientos.
“Hay gente que desconoce que existe una academia detrás de esto. Tal vez piensa que los artistas son escogidos a dedo. La academia está conformada por más de 100 personas, cantantes, productores, managers, periodistas, gente valiosa de radio y televisión que escucha cada obra, con diferentes puntos de vista, que aman la música y evalúan los trabajos”, expone el directivo.
Desorden Público en su presentación como nominado de la edición de 2020 (CORTESÍA)
El vicepresidente de la Academia Pepsi explica que el proceso de los premios arranca con la convocatoria a los músicos, quienes se postulan a través de una plataforma web; luego se pasa a una estandarización y se inician las sesiones con los especialistas de cada ritmo.
“Después de muchos filtros, en cada género quedan los nominados por categoría (tema, video, disco y artista) y luego, eso va a una votación popular. De hecho, nosotros publicamos nuestros nominados antes que los del Grammy Latino y no es casualidad que todos los años cantantes que han quedado como Artista del Año son nominados en esa ceremonia o en los Billboard u otros. Afuera están empezando a ver los Pepsi con mucha atención”, subraya Otto Ballaben.
Los directivos están conscientes de los desafíos que implica poner a andar la maquinaria de los reconocimientos.
“El mayor reto es que los premios sigan siendo congruentes con la realidad del mercado. Entre las cosas más espectaculares que pueden pasar es descubrir nuevos talentos. Mientras tengan sanidad y transparencia seguirán siendo exitosos”, asevera Bermúdez.
Laura Guevara posó feliz con su trofeo en la gala de 2015 (CORTESÍA)
A juicio de Ballaben, otro de los desafíos que tienen los Premios Pepsi es integrarse más a la industria musical.
“Estamos conversando sobre nuevas ideas que se puedan realizar en función de esa incorporación. Ideal sería que no solo Pepsi sino también otras marcas hicieran un aporte a la causa que hemos abrazado. Es algo que hay que reconocer y valorar, que anualmente saca una tajada de su presupuesto para hacer esto”, expresa.
"La gala es para nosotros como el acto de graduación", dice John Fabio Bermúdez, presidente de la Academia (CORTESÍA)
Una vez completado el proceso, la Academia Pepsi y los directivos recogen el fruto de su esfuerzo en la gala final.
“Es para nosotros como el acto de graduación y cuando anuncian a los ganadores, dices: ‘Wow. Estoy de acuerdo con que ganó este o ¡Qué lástima que este no quedó! Siempre me emociona y siempre digo: ¡Qué bonito. Ojalá que lo podamos repetir el año que viene! Agradecemos a la marca por permitirnos hacer esto”, dice el presidente de la Academia.
Ballaben va más allá. “Me gusta ver el efecto que generan los premios. He hecho estudios de impacto sobre esto con mi socia Gwen Mora. Los Premios Pepsi son más que un programa de televisión, son una plataforma que impulsa a todos. Muchos artistas activan su internacionalización a través de una premiación y usan la carta de nominación para gestionar sus visas. Es un aval hoy en día y empiezas a entender el prestigio de esta iniciativa”.
José Ricardo Di Guida, gerente de Categoría de Pepsi, confiesa que anualmente desean elevar la calidad de la ceremonia de la edición anterior.
“Siempre uno quiere superarse como equipo multidisciplinario no solo de marca, academia, comunicaciones. Armar un equipo con tantas personas pensando en lo mejor para el evento es complicado. Trabajamos para diferenciarnos. Nos preguntamos qué artista no ha estado, cuál conecta con el consumidor. Este año nos pusimos como objetivo volver en vivo y con público para sentir esa energía espectacular que influye en el show, sumado al hecho de que en cada edición alcanzamos un número mayor de votos, lo que nos dice que la gente cree y participa”.
@yolimer
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