DIEGO PENZO VIVAS
ESPECIAL PARA EL UNIVERSAL
Barcelona (España).- Raudal multilingüe de asistentes es el que ha acudido, una vez más, a la 25º cita del Festival Internacional de Música Avanzada y el Congreso de Creatividad y Tecnología Sónar, donde confluyen melómanos, curiosos, fiesteros, geeks y entusiastas de la escarcha, los atuendos poco comunes y los colores ruidosos.
Y es que más allá de la música y la tecnología, parte de la distracción de este encuentro es su público variopinto.
En cuanto a la faceta musical del Sónar, los grandes ganadores de la primera jornada han sido, sin lugar a dudas, la artista catalana Rosalía y la agrupación británica Gorillaz. La primera en la edición diaria del festival, y los segundos en la nocturna.
Sobre la cantaora Rosalía, se puede decir que es una de las voces más trascendentales que ha tenido el flamenco en los últimos años. La intérprete incursionó en la escena musical ibérica con un disco extraordinario, el célebre “Los Ángeles”, basado esencialmente en el género andaluz, aunque ahora pareciera haber decidido explorar otros caminos sonoros más electrónicos, lo que quedó más que demostrado en su presentación en el festival.
No en vano abrió con el fenómeno viral “Malamente”, primer y exitoso sencillo de “El mal querer”, disco que será estrenado antes de culminar el año.
Acompañada por el productor de ese trabajo, el músico canario El Guincho, así como un grupo de bailarinas, dos coristas y dos palmeros, la cantante demostró que ahora aspira a ser una diva pop, pero una que desborda carisma, naturalidad y quizás hasta un poco de libertinaje.
Gran contraste para una artista que comenzó presentándose a dúo en un formato acústico muy recatado, junto al productor de su primer disco Raül Refree tocando la guitarra.
Pero el flamenco parece haberse quedado corto para Rosalía y, sin haberlo abandonado, el hip hop y la electrónica más urbana también forman parte de su nuevo repertorio. Y la evolución funciona bien, porque tiene la voz para soportar semejantes cambios y se ha sabido rodear de la gente correcta para llevar a cabo su visión.
La sala estuvo a reventar, lo que siempre entorpece un buen concierto, pero las contorsiones, los cambios de traje con faralaos estridentes y mangas rumberas, la moto de cuatro ruedas en tarima, el vídeo de animación protagonizado por ella, junto a bulerías y esencias fandangueras se pudieron notar en todos los rincones de aquel recinto que disfrutó a rabiar aquella ocasión.
Por otro lado, Gorillaz fue el clímax de la edición nocturna del Sónar.
Aquel proyecto que se dio a conocer como un grupo musical de dibujos animados a principios del milenio, es mucho más que un cuarteto virtual. En tarima son casi una orquesta no sólo con bajo, teclado, guitarras y batería, sino también con varias coristas.
A la cabeza Damon Albarn, con franela manga larga amarilla, color bastante identificable al momento de seguirlo ante aquel tumulto, porque vaya si se mueve de un lado a otro aquel ícono de los años noventa, que se dio a conocer con la banda Blur.
Gorillaz en vivo tiene tanto de hip hop como de rock, sus descargas son constantes, así como su regocijo contagioso.
Aquella gente no para de reír y bromear en el escenario, como si disfrutaran a más no poder aquellos menesteres.
Si bien los clásicos no faltaron, desde luego cerraron con el clásico “Clint Eastwood”, la banda presentó temas como “Humilty”, “Tranz” y “Sorcererz”, que formarán parte de su próximo trabajo, titulado “The Now Now”.
Albarn descendió varias veces hacia el público e interactuó constantemente con los asistentes, y tuvo tiempo para tocar melódica, guitarra y teclado. Además hicieron acto de presencia raperos como Pos & Dave, del grupo De La Soul, Michelle Ndegwa, Jamie Principle y Little Simz, en vivo, y artistas como Snoop Dogg y el actor Jack Black, en proyecciones en gigantescas pantallas que los mostraban en junto a 2-D, Murdoc Niccals, Noodle y Russel Hobbs, los componentes originales de Gorillaz.
Si bien Rosalía y Gorillaz fueron los dos platos fuertes de esta jornada, hubo otros conciertos dignos de mención, como el espectacular show de Bonobo, quien lleva exquisitamente el formato electrónico de su música al directo con su banda. El grupo mostro una serie de proyecciones ambientales y juegos de luces espectaculares.
El dj set de Modeselektor, enfocado en el tecno alemán más potente. Además de la vibrante y sexy presentación electro pop de Sophie. Diferente fue la actuación de otra de las cabezas de cartel, el popular dj norteamericano Diplo, cuyas selecciones ya aburren y agobian. Desde hace años casi todo lo que produce este Dj, tanto en solitario como junto a las decenas de artistas con los que trabaja, suena demasiado similar y pareciera que los promotores del mundo quieren colocarlo en absolutamente todos lados.
Para una muestra, nada más en el Sónar se presentó dos veces el mismo día. Mucho más entretenido en vivo resulta su proyecto Major Lazer, con el cual se presentó años atrás en una ocasión mucho más memorable que esta.
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