El rodaje de una película es en sí mismo otra película. Durante el tiempo en que se filma o graban las escenas de las que saldrá, montaje de por medio, una sucesión de imágenes que contarán una historia, pueden ocurrir miles de anécdotas, accidentes, amoríos, riñas y un sinfín de situaciones con un interés propio más allá del proyecto que los provoca.
En el cine venezolano, muchas de esas historias del detrás de cámaras de las películas tienen que ver con la forma en la que técnicos y artistas sortean toda clase de inconvenientes al momento de rodar. Travellings sobre rieles improvisados, traslado de equipos por ríos caudalosos, emplazamientos de cámara complicados, escenas de sexo filmadas con equipo mínimo, rudimentarias técnicas de iluminación… En fin, todo lo que se puede hacer cuando se hace una película sin un soporte industrial.
Pero más allá de la precariedad, las fotografías que ha captado durante años el foto fija Rafael Salvatore (Lavello, Italia, 1946) dan cuenta de una mística y una pasión por el cine indetenibles. Estás imágenes pertenecen a la serie de la que nació en 1997 la exposición Fijaciones que una foto fija, presentada en el Ateneo de Caracas.
El de Salvatore es un cine que no se ve, que permanece invisible a los ojos de los espectadores. Pero es también un universo revelado que hasta el 30 de este mes se podrá ver en el hall de la Biblioteca Central de la Universidad Central de Venezuela.
La muestra, organizada por la Fundación Audiovisual Margot Benacerraf, la Fundación Cinemateca Nacional, el Vicerrectorado Académico y la Biblioteca de la Universidad Central de Venezuela, con la colaboración de la Fundación Fondo Andrés Bello y la Dirección de Cultura UCV, es, sin más un homenaje al cine nacional, a sus héroes, a los que lo hacen posible en medio de las precariedades y la escasez.
Son 70 fotografías en blanco y negro realizadas con película 35 mm y copiadas en papel de fibra, pertenecientes a la Colección de la Fundación Cinemateca Nacional. También se incluyen algunas impresiones digitales a color, que nos revelan el detrás de cámara de numerosas películas venezolanas y extranjeras rodadas en el país. El cine soy yo, Macu, la mujer del policía, El móvil pasional…
Con esta serie, Rafael Salvatore invita a atravesar la pantalla, a conocer las maneras insólitas como la realidad construye la ficción, a aproximarnos a ese lado humano, cotidiano, imperfecto que vibra bajo los reflectores y las gruesas capas de maquillaje. Y lo hace con humor, con cierta ironía no exenta de ternura. Durante sus años como foto fija el fotógrafo ha logrado con estas imágenes desconcertantes algo que resulta decididamente subversivo y transgresor: desmitificar el cine a partir de sus propias entrañas.
Fijaciones que una foto fija puede visitarse de lunes a viernes, de 8:00 a.m. 10:00 p.m.; sábados, de 8:00 a.m. a 7:00 p.m., y domingos, de 9:00 a.m. a 1:00 p.m.
mirada.expuesta@gmail.com
Siguenos en
Telegram,
Instagram,
Facebook y
Twitter
para recibir en directo todas nuestras actualizaciones