Natalia Traven: “Somos cocreadores de nuestras oportunidades”
La actriz mexicana protagoniza, junto a Clint Eastwood, "Cry macho", disponible ahora en HBO Max
En Cry macho (2021), Mike Milo (Clint Eastwood), una exestrella del rodeo y criador de caballos, acepta el encargo de su antiguo jefe: traer de vuelta a Estados Unidos a su hijo Rafo (Eduardo Minett), quien se encuentra en México. En ese viaje aparece Marta (Natalia Traven), una viuda a cargo de cuatro nietas, un aire que recuerda a la emblemática María Félix y dueña de un pequeño restaurante en medio de la frontera, que termina protegiendo a Mike y Rafo de la persecución de la policía y de Aurelio (Horacio García Rojas), el macho tradicional y violento que los pone en peligro.
A pesar de las críticas variadas que ha recibido el filme, el personaje de Natalia Traven tiene una fuerza que sobresale en la pantalla, demostrando el gran talento de los actores latinos, muchas veces ignorados en su propia tierra: “Ahora tengo la fortuna de revivir esta experiencia con las entrevistas y la promoción de la película. No sé cómo definirlo, pero es lo mejor que me ha sucedido en mi vida profesional”, dice.
Natalia Traven es una actriz mexicana con más de veinticinco años en la industria del cine, teatro y la televisión; además es docente en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). En su trayectoria profesional destaca su participación en la película Daño colateral (2002), protagonizada por Arnold Schwarzenegger, y su trabajo en dos proyectos del director alemán Marco Kreuzpaintner: Trade (2007) y la serie Soulmates, junto al actor sueco Bill Skarsgård.
Desde su casa en México y vía Zoom, El Universal conversó en exclusiva con la actriz.
-¿Que vio Clint Eastwood en usted?
-Yo me pregunté lo mismo y me dio mucha curiosidad. Cuando lo conocí me dijo algo interesante: que él en los actores no buscaba que racionalicen o intelectualicen a los personajes, quería que se llevaran por los estadios emocionales. Esto no quiere decir que un actor no tenga técnica; es lo contrario, tener técnica, pero justamente que no se note. Me encontré muy a gusto con mi personaje de Marta, trabajé mucho su mundo interior, me gusta que mis personajes sean transparentes y honestos.
-¿Cómo fue el proceso de construcción del personaje de Marta?
-La entendí como una mujer autosuficiente, viuda, que tenía que criar y cuidar a sus cuatro nietas; además es una mujer mexicana de finales de los años setenta y que vive en la frontera mexicana. Estos puntos me ayudaron a ver a Marta como una mujer muy femenina, que le gusta cuidar y proteger a su familia, pero que al mismo tiempo tiene que defenderse ante el entorno que vive.
-Si bien tiene una larga trayectoria, ¿qué aprendizaje se llevó de una leyenda del cine como Eastwood?
-Dos muy importantes. Primero, rodearse de personas con las que puedes confiar plenamente. Segundo, no importan los años de profesión o si eres una leyenda, en el set eres, antes que todo, un ser humano. Clint echaba chistes, escuchaba ideas o sugerencias, te respetaba y buscaba la armonía en la filmación.

A pesar de las críticas variadas que ha recibido el filme, el personaje de Natalia Traven tiene una fuerza que sobresale en la pantalla, demostrando el gran talento de los actores latinos, muchas veces ignorados en su propia tierra: “Ahora tengo la fortuna de revivir esta experiencia con las entrevistas y la promoción de la película. No sé cómo definirlo, pero es lo mejor que me ha sucedido en mi vida profesional”, dice.
Natalia Traven es una actriz mexicana con más de veinticinco años en la industria del cine, teatro y la televisión; además es docente en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). En su trayectoria profesional destaca su participación en la película Daño colateral (2002), protagonizada por Arnold Schwarzenegger, y su trabajo en dos proyectos del director alemán Marco Kreuzpaintner: Trade (2007) y la serie Soulmates, junto al actor sueco Bill Skarsgård.
Desde su casa en México y vía Zoom, El Universal conversó en exclusiva con la actriz.
-¿Que vio Clint Eastwood en usted?
-Yo me pregunté lo mismo y me dio mucha curiosidad. Cuando lo conocí me dijo algo interesante: que él en los actores no buscaba que racionalicen o intelectualicen a los personajes, quería que se llevaran por los estadios emocionales. Esto no quiere decir que un actor no tenga técnica; es lo contrario, tener técnica, pero justamente que no se note. Me encontré muy a gusto con mi personaje de Marta, trabajé mucho su mundo interior, me gusta que mis personajes sean transparentes y honestos.
-¿Cómo fue el proceso de construcción del personaje de Marta?
-La entendí como una mujer autosuficiente, viuda, que tenía que criar y cuidar a sus cuatro nietas; además es una mujer mexicana de finales de los años setenta y que vive en la frontera mexicana. Estos puntos me ayudaron a ver a Marta como una mujer muy femenina, que le gusta cuidar y proteger a su familia, pero que al mismo tiempo tiene que defenderse ante el entorno que vive.
-Si bien tiene una larga trayectoria, ¿qué aprendizaje se llevó de una leyenda del cine como Eastwood?
-Dos muy importantes. Primero, rodearse de personas con las que puedes confiar plenamente. Segundo, no importan los años de profesión o si eres una leyenda, en el set eres, antes que todo, un ser humano. Clint echaba chistes, escuchaba ideas o sugerencias, te respetaba y buscaba la armonía en la filmación.

"Los personajes para las mujeres con la edad se van reduciendo", afirma la actriz (RODRIGO MARÍN)
-Sabemos lo limitante que es el medio audiovisual y cinematográfico para las mujeres.
-Es verdad, los personajes para las mujeres con la edad se van reduciendo. Yo a mis alumnas les digo que desde los 22 a los 37 años no paras de trabajar porque das para todos los personajes femeninos, pero después esto no pasa porque hay muy pocos personajes escritos para las mujeres ya adultas. Estoy muy agradecida que a mis 52 años haya llegado este personaje y además en plena pandemia; pienso que es el resultado de la persistencia, la constancia y la disciplina.
-Ni hablemos de la industria en México, donde se encasillan a los actores para hacer ciertos papeles según sus rasgos físicos.
-A mí me gusta el mundo de las posibilidades, de alguna manera somos corresponsables o cocreadores de nuestras oportunidades. Yo siempre supe que no sería la protagonista de una telenovela. Gracias a que mi país no me dio esa opción, tuve otras oportunidades. No opté por ser una víctima ni quejarme, a veces desperdiciamos energías en eso. Me enfoqué en lo que sí podía hacer, de lo contrario me hubiera frustrado.
-Usted da clases en la UNAM, la universidad más importante de su país.
-Dar clases es una retribución por lo afortunada que he sido en la vida. Soy más una maestra de vida, me parece terrible y deleznable que durante la formación actoral algunos docentes tengan como objetivo destruir la autoestima de sus alumnos, cuando lo más importante para un actor es tener una autoestima en el centro para poder generar personajes. A mí me llegan en tercer año de la carrera, me gusta enseñarles mis experiencias y conocimientos desde el lugar del compartir, no desde la superioridad. También les enseño el método Strasberg porque es muy importante la técnica, que descubran y estén atentos a todo lo que pueden hacer.
-¿Qué recuerda de su experiencia con Arnold Schwarzenegger?
-Yo iba a hacer el protagónico, hasta que Warner decidió que querían abarcar el mercado europeo y eligieron a Francesca Neri. Fue una película de acción y con mucha producción, mi personaje era de una guerrillera. Él entraba al set solo cuando iba a filmar, fue muy reservado y amable.
-¿Su pasión siempre fue la actuación, se imaginaba tener estas experiencias profesionales desde niña?
-No, nunca lo imaginé. Sabía que me gustaba mucho estar frente a las cámaras y arriba de un escenario. Recuerdo que hace poco cuando fui a Madrid a grabar la serie Soulmates, mis alumnas estaban emocionadas porque iba a grabar con Bill Skarsgård. Yo veo a mis compañeros como profesionales, no en otro sentido.
-Después de Eastwood, ¿con quién le gustaría trabajar?
-Con Cate Blanchett, Julianne Moore, Robert De Niro, Al Pacino, Anthony Hopkins…
-Y finalmente, ¿cómo es la ventana por donde mira Natalia Traven?
-Veo el mundo como una cocreación que nos permite a todos vivir en libertad, armonía y gozo, que nos permita disfrutar la vida.
-Sabemos lo limitante que es el medio audiovisual y cinematográfico para las mujeres.
-Es verdad, los personajes para las mujeres con la edad se van reduciendo. Yo a mis alumnas les digo que desde los 22 a los 37 años no paras de trabajar porque das para todos los personajes femeninos, pero después esto no pasa porque hay muy pocos personajes escritos para las mujeres ya adultas. Estoy muy agradecida que a mis 52 años haya llegado este personaje y además en plena pandemia; pienso que es el resultado de la persistencia, la constancia y la disciplina.
-Ni hablemos de la industria en México, donde se encasillan a los actores para hacer ciertos papeles según sus rasgos físicos.
-A mí me gusta el mundo de las posibilidades, de alguna manera somos corresponsables o cocreadores de nuestras oportunidades. Yo siempre supe que no sería la protagonista de una telenovela. Gracias a que mi país no me dio esa opción, tuve otras oportunidades. No opté por ser una víctima ni quejarme, a veces desperdiciamos energías en eso. Me enfoqué en lo que sí podía hacer, de lo contrario me hubiera frustrado.
-Usted da clases en la UNAM, la universidad más importante de su país.
-Dar clases es una retribución por lo afortunada que he sido en la vida. Soy más una maestra de vida, me parece terrible y deleznable que durante la formación actoral algunos docentes tengan como objetivo destruir la autoestima de sus alumnos, cuando lo más importante para un actor es tener una autoestima en el centro para poder generar personajes. A mí me llegan en tercer año de la carrera, me gusta enseñarles mis experiencias y conocimientos desde el lugar del compartir, no desde la superioridad. También les enseño el método Strasberg porque es muy importante la técnica, que descubran y estén atentos a todo lo que pueden hacer.
-¿Qué recuerda de su experiencia con Arnold Schwarzenegger?
-Yo iba a hacer el protagónico, hasta que Warner decidió que querían abarcar el mercado europeo y eligieron a Francesca Neri. Fue una película de acción y con mucha producción, mi personaje era de una guerrillera. Él entraba al set solo cuando iba a filmar, fue muy reservado y amable.
-¿Su pasión siempre fue la actuación, se imaginaba tener estas experiencias profesionales desde niña?
-No, nunca lo imaginé. Sabía que me gustaba mucho estar frente a las cámaras y arriba de un escenario. Recuerdo que hace poco cuando fui a Madrid a grabar la serie Soulmates, mis alumnas estaban emocionadas porque iba a grabar con Bill Skarsgård. Yo veo a mis compañeros como profesionales, no en otro sentido.
-Después de Eastwood, ¿con quién le gustaría trabajar?
-Con Cate Blanchett, Julianne Moore, Robert De Niro, Al Pacino, Anthony Hopkins…
-Y finalmente, ¿cómo es la ventana por donde mira Natalia Traven?
-Veo el mundo como una cocreación que nos permite a todos vivir en libertad, armonía y gozo, que nos permita disfrutar la vida.
@DulceMRamosR
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